La situación del mercado eléctrico en España está caracterizada por una caída de la demanda, acompañada de un incremento de la capacidad instalada. Un incremento de la oferta, acompañado de una caída de la demanda, económicamente tan sólo puede suponer una cosa: bajadas de precios. Sin embargo existen demasiados ejemplos donde esto no ocurre, que nos quedan dos opciones: o todo lo que se dice del libre mercado está mal, o simplemente se están cargando todas las reglas del mercado para tratar de compensar con subidas de precios las caídas de consumo.
La semana pasada, conocimos que los precios mayoristas de la electricidad están en máximos, lo que tan solo puede ser explicado de una forma; este mercado no responde al mercado de la electricidad y tan sólo responde a las expectativas de precios que podrán imponer las compañías a la sociedad. Tenemos que decir que en este mercado están las empresas “eléctrica con morro generación S.A.” y las “eléctrica con morro distribución S.A.” y que no cumple ni de lejos la menor de las condiciones para que sea considerado algo parecido a un mercado, (ya ni menciono lo de “eficiente”).
¿Por qué suben los precios?. Pues porque la semana pasada tendremos la subasta CESUR, con los mismos participantes, (otra vez las distribución vs las generación), que definirán el coste real de la electricidad, (para las distribución), lo que a su vez generará los precios que se pueden pagar.
Lo que tenemos que entender es que aunque las empresas demandantes y oferentes no fuesen las mismas, tendríamos una perversión importante en todo este proceso, (y exactamente la misma perversión que tenemos en el mercado de las gasolinas). Si la sociedad puede asumir un mayor coste por la electricidad la comercializadora podrá poner precios mayores, (siempre gracias a la connivencia del gobierno), lo que a su vez permitirá que las generadoras impongan un precio mayor, lo que acabará generando el precio superior.
En definitiva lo que tenemos es un mercado que nadie entiende, en el que nadie participa y en el que siempre existen subidas de precios, en los momentos en que se fija el precio para los clientes.
Pero más allá de la previsible subida de los precios, de la deuda, de la retribución a las renovables y en definitiva, de la previsible subida tanto de beneficios de las eléctricas como de deuda generada porque se supone que tenemos que asumir sus pérdidas “legalmente reconocidas”, nos encontramos cada vez con mayores niveles de morro.
Si a fecha de hoy es imposible ya descifrar un recibo de electricidad, a partir del mes que viene nos encontraremos con unas sanciones por consumo que son particularmente ridículas. ¿Tiene algún sentido hablar de medidas para reducir el derroche en los momentos en los que se reduce la demanda?. ¿Tiene sentido subir el precio para penalizar el derroche cuando tenemos la energía más cara de europa, con sueldos a la mitad?. Más allá de que siempre hemos de reducir el consumo de energía, la realidad es que no tiene demasiado sentido introducir una medida similar cuando se reduce el consumo energético en un entorno en el que se derrumba la renta disponible de la gente, entre otras cosas porque la factura eléctrica es suficientemente disuasoria per se.
Tampoco tiene ningún sentido el hecho de que se “obligue” a las empresas a imponer unos costes elevados por ¡vender más!. Podría tener algún sentido que se imponga un coste por el consumo de un determinado bien, si este coste sirve para compensar a los perjudicados del consumo de determinado bien. Por ejemplo, las sanciones y decomisaciones de narcotráfico van destinadas a la lucha contra la droga o a paliar los efectos que esta actividad genera en la sociedad. ¿Tendría sentido obligar a los narcos a cobrar más por la droga?.
Curiosamente después de la noticia de que vamos a pagar más por la electricidad, nos encontramos con la crítica de las eléctricas en el sentido de que disponen tan sólo de quince días para cambiar el sistema informático y adecuar su facturación al nuevo sistema. ¿no es un poco absurda esta reclamación?. Se supone que los castigos por consumir demasiado afectarán al consumo a partir de enero, de tal forma que será el consumo de este mes el que se verá afectado. En definitiva, el consumo de enero será el que será penalizado y lo seré en febrero, (a menos que ya se nos sancione por derroche antes de derrochar). Por tanto tienen un mes y medio para adecuar su facturación, a menos que ya sepan que va a emitirse sobre las facturas, (como ha ocurrido con las subidas de IVA que han generado el mayor coste por fecha de factura en lugar de por el momento en el que se han producido efectivamente los consumos). En este caso, quedaría claro que la medida es puramente recaudatoria, (con la salvedad de que el estado no recaudará), ya que difícilmente va a tener el mínimo impacto disuasorio sobre el consumo de diciembre una medida que no conocemos.
El desconocimiento de cómo afectará, sin embargo no se limita sólo a diciembre, sino que en cada uno de los meses, resulta que nadie sabrá si tiene que pagar o no, ya que se define como consumir por encima de la media en cada una de las potencias, (o esto parece). Por tanto, mientras no sepamos cual es el consumo medio, no podremos conocer jamás si estamos derrochando o no. ¿Tenemos un objetivo para reducir el consumo?. Es imposible porque depende del resto de hogares de los países, sobre los que no tendremos jamás información anterior a que se produzca el resultado.
Pero ya que estamos, ¿se está penalizando el derroche?. Pues hoy hemos estado hablando varios de cómo nos va a ir el sistema. Una de las personas tiene todo eléctrico en su casa; (calefacción, vitrocerámica, termo para el agua caliente… ). Esta persona será de las derrochadoras. Otra estaba en el caso contrario; incluso la cocina, agua caliente y calefacción a gas. (previsiblemente esta persona no se verá afectado más que por la subida “normal”, lo cual nos lleva a otra inconsistencia de lo del ahorro, al no beneficiar determinados comportamientos). En mi caso estaré en la media, (vitrocerámica, pero calefacción y agua caliente a gas); por tanto supongo que estaré en la media.
Lo curioso del caso es que si nos damos cuenta no se penaliza el derroche, sino que se cobra más a aquellos que más dependen de la electricidad, lo cual es justo lo que ocurre con aquellos mercados en los que existe un gran poder de oferta y donde se puede segmentar el mercado.