La cumbre que acabó con la seguridad jurídica en los depósitos y cuentas corrientes, comenzó con una clase de economía impartida por Draghi a los líderes europeos. En dicha clase parece ser que todo se resumió a tres Cs; confianza, competitividad y crédito; y por supuesto en la que tras una serie de tablas se ha llegado a una conclusión simple: ¡Hay que bajar los salarios, que parecen ser los culpables de todo, y por altos!.
Si en realidad fuese una clase, desde un profesor, lo primero que tendríamos que plantearnos es el pasado. Es decir; el que estaba hablando era una persona al frente de una institución que recurrentemente ha lanzado previsiones que no se han cumplido en el largo plazo, ni tan siquiera teniendo en cuenta que a su vez tienen la capacidad para tomar las decisiones que sean necesarias para que estas se cumplan. Y esto lo sabe o lo debería saber todo el mundo si realmente fuese importante, que en definitiva no lo es.
¿Por qué no es importante?; pues porque el BCE no imparte lecciones, sino que está dando órdenes; da un poco igual si lo que dice tiene o no sentido, ya que a lo que se reduce toda esta historia es a la capacidad de resistencia a aceptar unas órdenes. Es decir, lo que estaba haciendo el BCE es imponiendo, (y de forma nada sutil), lo que hay que hacer.
A esta situación llegamos pensando en lo que Draghi ha puesto como claves y que no es otra cosa que las tres Cs que no corresponden a las tradicionales, (aunque obsoletas), causas de muerte en España: Cáncer, Corazón y Carretera. Corresponden ahora a tres palabras que son, según este Confianza, Competitividad y Crédito, pero en realidad se pueden resumir en tan sólo una C: Cuento.
Para analizar la confianza no tenemos más que repasar todo el pasado y curiosamente, no hay más que determinar lo que ha pasado el día siguiente, cuando se imponen las pérdidas en el único activo en el que existía una garantía para los ahorradores, (aunque sean los chipriotas). Sólo falta que ahora tengamos que escuchar aquello de que la culpa es de los depositantes que deberían haber sabido que las reglas del juego iban a cambiar. ¿Confianza?. Si quedaba alguna, la realidad es que ya no puede quedar absolutamente nada.
Hace tiempo que el Banco Central Europeo se ha cargado todas sus reglas con los bancos; iban a ser duros con ellos, sólo se aceptarían activos con la máxima calidad, se lucha contra la inflación.. y una larga lista de declaraciones que siempre se han comprobado mentira porque cada vez que una regla o norma estorbaba en el plan de recapitalización de entidades financieras, (¡que ganen más dinero con menos volumen de negocio!), era sistemáticamente ignorada. Pero desde luego el golpe a la confianza que dio o permitió (no está claro si fue una imposición esta quita, pero por lo menos está claro que el BCE podía bloquear cualquier cosa), el BCE unas horas más tarde, deja bien claro que la confianza no es algo que les importe demasiado.
Si cambiamos de C, podríamos pasar a la competitividad. Pero claro, resulta que el BCE entiende únicamente la competitividad como la brecha entre salarios y productividad. En este sentido parece que la única receta es bajar los salarios, en aquellos sitios donde los salarios están más bajos, para compensar que la productividad es la menor precisamente en estos lugares. Voy a dejar aparte el hecho de que hayan propuesto medidas para que la financiación a la economía real sea cada vez más cara, (efecto secundario de que el sector financiero tenga que conseguir más beneficios prestando menos), o de que las decisiones tomadas están tras los incrementos de precios de materias primas, energía y petróleo, (aspectos que afectan y mucho a la competitividad), o incluso la manía por mantener un tipo de cambio alto que afecta también a las exportaciones de los países. Y lo que voy es a recordar que lo primero que debe explicar una persona que quiere dar una lección de economía, es que la economía es la ciencia que se ocupa de cómo convertir unos recursos escasos en bienes para su consumo. Para elegir los bienes, tenemos las famosas ofertas y demandas que constituyen un mercado, y para analizar cómo se produce tenemos los mercados de factores y la base pura de las productividades marginales. Es decir, se usará intensivamente el factor de producción más barato, de tal forma que la productividad de este factor siempre caerá. Es una regla básica en economía que explica perfectamente porque cuando baja el precio de un factor, (sueldos por ejemplo), la productividad de este factor cae, porque se tiende a usar más.
Alguien dirá que esto no se está viendo, con una bajada de sueldos importante y paro, pero es que debemos tener en cuenta que la inversión real se ha desplomado porque resulta que los sueldos son también los ingresos de los consumidores, lo que ha hecho que la economía sea cada vez más pequeña. Y por otro lado, tenemos que en el corto plazo tenemos que atenernos a la existencia de rigideces que son mucho menores en el trabajo. Esto implica que tenemos una productividad creciente, (debido a que los trabajadores se despiden mucho más pronto que se elimina el stock de bienes de producción, a la vez que se cesa primero lo no productivo), pero dentro de un proceso más amplio que profundiza en un modelo basado en costes laborales reducidos, que jamás se puede caracterizar por la productividad elevada.
Y nos cuenta una tercera C que es la de Crédito, Pero.. ¿Cómo se va a reactivar el crédito a la economía real?. Inversión desplomándose, (no hay clientes, no hay ventas y por tanto no hay incentivos para invertir en un contexto en el que la financiación a la economía real es más cara). Consumidores, sin capacidad de obtener créditos, con precarización salvaje, ingresos cayendo, sobreendeudamiento y sobre todo con unas expectativas que no pueden ser peores tras una ideología y un dogmatismo salvaje, que provocan entre otras cosas que no se recuerda una buena noticia para las personas en años. Y a todo esto, tenemos a las entidades financieras con carta blanca para generar beneficios sin tener que prestar y con el seguro de que absolutamente todos haremos lo necesario para que sean las últimas en caer. (¡claro que caerán pero tras todos nosotros!). ¿Cómo es posible que hable de reactivarse el crédito?.
Son todo aspectos muy básicos, tanto como para entender que al final las tres C de Draghi se resumen en una: C de Cuento, o si tengo que poner tres usaría las del título de este post: ¡Cuento Chino para un Chantaje!.