El otro día me preguntaban por las propuestas para salvar la seguridad social y entiendo que es un aspecto importante; sobre todo porque muestra un grave error que ha venido inferido por todo un conjunto de manipulaciones que al final han logrado que entremos en un error que no es sencillo de explicar. Para ello voy a tratar de centrar un poco el tema, el problema es que dada la situación económica no hay nada sostenible; ni pensiones, (ni privadas, ni públicas), ni actividades económicas, ni banca, ni absolutamente nada. Por lo tanto, en principio no hay forma alguna de que la seguridad social se arregle de forma derivada de otras cosas. Por otra parte, la seguridad social surge con unos objetivos, respondiendo a una utilidad y logrando unos efectos determinados sobre la economía. Dicho de otra forma, la seguridad social es un instrumento sobre el que se actúa para producir unos efectos y no al revés.
Usando un símil, cuando los frenos de nuestro coche, (instrumentos que cumplen una función determinada), se estropean diremos que “el coche está fallando”, pero en realidad arreglar el coche, es arreglar los frenos y jamás podríamos hacerlo al revés; es decir, esperar que se arreglen los frenos, cuando nos dedicamos en abstracto a “arreglar el coche” es del todo absurdo.
Bien, pues entendiendo esto, está claro que la primera parte de la solución a los problemas de la seguridad social, significa actuar sobre ésta, intentando que cumpla sus objetivos. Igualito que cuando pretendemos arreglar los frenos de un coche, actuamos para que el dispositivo detenga el vehículo cuando lo necesitamos. La seguridad social sirve para dos cosas fundamentales; la primera (y muy obvia), que es la de garantizar las rentas de los que son pensionistas y la segunda (y también muy obvia), que es la de garantizar que aquellos que aún no sean pensionistas tendrán unas rentas que permitan la subsistencia cuando lo sean. Esto directamente choca con todas y cada una de las “reparaciones” a las que ha sido sometida la seguridad social, que van en el sentido contrario.
De hecho, todas y cada una de las reformas, han ido en el camino de usar la seguridad social, como tantas otras cosas, como una parte del plan para recuperar los planes de pensiones privados, lo cual me sirve perfectamente para explicar algunas opciones que podríamos tener si en realidad quisiésemos salvar el sistema de seguridad social.
Por ejemplo; los sistemas de pensiones privados están atravesando por numerosas dificultades, de las que vemos una pincelada muy de cuando en cuando. (Por ejemplo el defícit de 3.000 millones de los planes de pensiones ¡de los empleados! de Santander (explicado en su día por McCoy), los agujeros del plan de pensiones que tenía British antes de la fusión con Iberia o determinados informes que salen de muy en cuando sobre déficits ingentes en los planes globales en países como USA (véase por ejemplo este artículo de Ignacio Sarria en El confidencial también). La primera gran diferencia es precisamente esta; con problemas muy evidentes en los planes de pensiones privados, incluso en un momento en el que la mayoría son “cotizantes” y pocos pagadores hay, absolutamente nadie habla de ellos; desde luego la actuación ante el sistema público es totalmente diferente, ya que todo el mundo es capaz de ver sus problemas incluso con décadas de antelación. Por lo tanto la primera medida para salvar el sistema de seguridad social sería un escrutinio igual de severo para los planes de pensiones privados, a su situación, a sus rentabilidades y desde luego a todos los problemas y riesgos que plantean, lejos todo esto de lo que se pretende que no es otra cosa. Está claro que toda noticia adversa o toda incertidumbre o cualquier análisis sobre el futuro de los pensiones privados motivaría una reducción de la entrada de flujos en estos, lo cual los hundiría. De hecho, es curioso cómo nos encontramos con multitud de mensajes conforme el sistema de reparto es un sistema ponzi, pero no con un el sistema privado, que depende (y mucho), de la entrada de fondos en el sistema.
Pero ¿y si a pesar de todo hay problemas?. Pues no hace falta más que escuchar las declaraciones de intenciones; Recordemos que una parte de los planes de pensiones privadas están invertidos en los mercados financieros, pero también debemos recordar que estos instrumentos son lo que se llaman: “inversores institucionales” o incluso “entidades del sector asegurador”, lo cual nos lleva a las deudas públicas y deudas privadas cotizadas, commodities, infraestructuras…. Si tenemos esto en cuenta, comprobaremos que tras los problemas en cualquier ámbito en el que estos fondos se encuentran nos encontraremos la garantía de que los gobiernos, los bancos centrales y todos los organismos actuarán haciendo lo posible y lo imposible. Es decir existe la garantía de que se hará lo necesario para que el sistema no caiga, incluso cuando no se pueda. Es muy paradójico e ilustrativo que los bancos centrales ponen todo el dinero necesario para salvar a los fondos mientras piden reducir los fondos privados. Si se quisiese salvar el sistema de pensiones, desde luego se daría algún tipo de garantía en lugar de usar la incertidumbre para salvar el sistema de pensiones privado. Esto va desde las políticas monetarias o absurdos como los de salvar el sistema concesional.
Pero es que además las declaraciones tienen que ser creíbles. Está claro que absolutamente nadie cree al personaje de turno del momento, cada vez que nos dicen lo de salvar el sistema de pensiones, de la misma forma que absolutamente todo el mundo entenderá que se va a hacer lo posible por salvar al sector financiero, (aunque no se diga expresamente).
Es cierto que por ahora, no he dicho absolutamente nada concreto para salvar el sistema de pensiones, entre otras cosas, porque resulta que lo importante es querer salvarlo y dejar de usarlo para otras cosas. O en un concepto más amplio, lo que hace falta es que se busquen soluciones para salvar la economía, y buscar alguna forma de integrarlo todo. De hecho no es tan difícil, pero pasa por evitar lo insostenible, que no son las pensiones.
O para que nos entendamos, si lo que pretendemos es arreglar el coche, tendremos que buscar la forma de arreglar los frenos, (para que frenen), y todo lo demás en su conjunto para tener un coche funcional; al que pretenda arreglar el coche, quitando piezas de los frenos para sostener mediante chapuzas el sistema de dirección, le diría que tire el coche a la basura.