Mucho se ha hablado del famoso error de la agencia tributaria en relación a las ventas de tierras y pisos de la infanta Cristina. Parece que todo el mundo está de acuerdo en que no puede ser un error debido a la improbabilidad de que se equivoquen tantos registros con el mismo DNI, y que además este número coincida con el 14Z que es el que tiene la infanta cristina.
Evidentemente las posibilidades de que varios registradores y notarios se equivoquen con el mismo DNI son astronómicas, pero no tanto si tenemos en cuenta algún pequeño detalle que implica que las probabilidades de errar precisamente con el 14Z son muy elevadas. En definitiva, y para avanzar la línea del post, tengo que decir que esto no es una historia de blanqueo, (no tiene sentido blanquear si no se declara), ni desde luego una maniobra de la agencia tributaria; no lo es para defenderla, porque por mucho que Hacienda quedase desacreditada, eso no mejorará la opinión de nadie, además de que legalmente no tendrá mayor repercusión en nada; y por otro lado tampoco es para atacarla, porque Hacienda no va a inventar algo tan fácilmente comprobable para esto. Desde luego todo el mundo va a intentar atacar a Hacienda, (aunque luego nos creamos que los brokers introducen por error ordenes de billones de dólares en lugar de millones sin problemas).
¿Qué puede haber pasado?. En primer lugar entendamos que en los registros constan numerosas propiedades registradas a personas que no tienen DNI; las causas son varias y básicamente son propiedades muy antiguas. De hecho, yo he pedido una vez una certificación al registro de propiedades, y han aparecido 4 fincas a un nombre igual que el mío, en el que no consta DNI, y que por tanto pudieran ser, (aunque no es el caso), mias.
Entonces partimos de la base de que existen un buen número de terrenos que no tienen asociado DNI, en un perfil que coincide curiosamente con el de las personas que vamos conociendo que eran las propietarias de los terrenos en cuestión, (una escritura de 1928…).
Asumamos entonces que en determinado momento se acomete la informatización del registro de la propiedad; y en ese momento se genera una base de datos. Cualquiera que use una base de datos con frecuencia sabe que tienen un grave problema; Resulta que hay que meter el dato, sí o sí, para que se grabe la totalidad del registro. En este caso es normal que cuando haya que introducir una operación tendremos que introducir el DNI del transmitente. El problema es que hay ocasiones donde resulta que no tenemos el DNI, porque pueden existir ciertas personas que tuviesen tierras a su nombre y hubiesen muerto antes de que fuese generalizado.
¿Qué se hace entonces?. Pues resulta que hay que introducir un número de DNI; normalmente en estos casos se crea un DNI ficticio, pero lamentablemente este DNI ficticio se crea en el momento en el que alguien avisa al informático de esta necesidad, y arregla el programa para introducir el que seguro que es el DNI más usado en España que es el 99.999.999 R o el 00.000.000 T. Sin embargo, entre que se lanza el programa y que se soluciona el problema, lo que hace todo el mundo es “engañar a la aplicación”.
Puestos a engañar a la aplicación y teniendo en cuenta que el DNI tiene un sistema de control en el que la letra surge de un algoritmo con las cifras. Es decir, el 12345678-A no lo aceptaría el programa informático, (irónicamente para evitar errores). En consecuencia, es lógico que las personas encargadas de introducir el dato tendrían que buscar algún DNI que sí cumpliese la formula, aunque por supuesto no vale lo de introducir un DNI de otra persona. (de ahí la consecuencia de usar los dos anteriores normalmente, que no es más que un truco para evitar este problema en ocasiones).
¿Cómo se calcula la letra?. Pues se divide el número entre 23 y el resto se asigna en función de una tabla; seguimos teniendo el problema de siempre. No es demasiado problema buscar información en internet y encontrar conversores; pero sin embargo este problema no evita lo del número. Normalmente ya digo que se usan los dos mencionados, pero curiosamente en las páginas web que aparecen en las primeras páginas de google, podéis realizar la búsqueda: ejemplos DNI y os aparecerá esto:
Numerosas páginas ponen que al 14 le corresponde la Z, porque curiosamente el 14 es el resto que sale del algoritmo para sacar la letra del 12345678. Es decir, cada uno de los post que explican ejemplos de DNI, lo que hacían era introducir el 12345678; dividían entre 23 y el resto es el que se lleva a una tabla; como el resto para este famoso número es 14, todo el mundo acaba concluyendo que al 14 le corresponde la Z.
Por lo tanto, todo el mundo tiene un ejemplo perfecto de DNI que engañará a la aplicación: 14Z; y desde luego mucha gente, (entre ellos un servidor), ni se le pasaba por la cabeza que ese DNI estuviese pillado, (tengo que reconocer que jamás había preguntado por el DNI de la familia real).
Por tanto es perfectamente posible que algunas personas cuando les pedían un DNI llegasen a la conclusión de que el 14Z funcionaba para engañar a la aplicación y cómo además estamos hablando de transmitentes que estaban muertos, (se supone que estas cosas vienen de herencias, registros desactualizados…), y que los primeros poseedores del DNI estaban muertos también… ¿Qué problema habría?. Posteriormente esta base se interconecta con Hacienda y ya estamos con el lío. Es perfectamente posible que 4 personas en 4 registros llegasen a estas conclusiones y en consecuencia, además explicaríamos otro suceso muy improbable: que los errores se concentren, (13 terrenos en 4 registros, implican que al menos una persona introdujo numerosas veces este DNI por error).
Lo curioso es que estos datos es que pueden haber estado años ahí, sin que saltasen, (lo que la verdad dice mucho de Hacienda o mejor dicho de la inexistencia de comprobaciones acerca de la infanta, aspecto que por cierto no debería sorprendernos), hasta que alguien metió el DNI 14Z en la base de datos para hacer una búsqueda. En ese momento saltan todos los errores que se hayan cometido a lo largo de los años y es fácil entender que en Hacienda habrán pasado un mal dato, sobre todo teniendo en cuenta la publicidad y los anteriores cabreos del juez.
El problema de los que sacan datos es que jamás se les pasa por la cabeza que los datos pueden estar mal introducidos, a menos que sean completamente irreales, (lo de la infanta Elena con el tractor), pero en este caso no se podía sospechar; la base de datos da unas ventas de terrenos de la infanta, lo cual es perfectamente posible, por lo que se manda un informa aséptico de todo. ¿Se va a meter alguien a investigar esto?. Pues se podría enviar un oficio o incluso llamar al registro de la propiedad y comprobar los antecedentes y analizar las operaciones; pero desde luego no es extraño que se haya preferido no investigar y ampararse en que se trataban de operaciones en períodos prescritos y por lo tanto no investigables. ¿Por qué?. Pues porque investigando normalmente se descubre, y eso es un marrón. Sé que en este caso hubiese sido al revés, pero repito, significaría dudar de la calidad de la base de datos y eso nunca entra en el pensamiento de nadie; si el ordenador dice esto, es que es esto.
En definitiva, ¡cagada mayúscula de todo el mundo!, y en todo caso recordemos que esto no afecta a la seguridad o al funcionamiento en general de los registros de la propiedad, que no se ven afectados por la existencia de un DNI incorrecto o incluso inexistente, ya que parten de la base de referencia catastral.