Parece que algunos se han sorprendido de que las sucesivas reformas laborales no hayan contribuido a generar empleo estable. Sin embargo tenemos que tener en cuenta que era sencillamente imposible que tal cosa ocurriese y lo podemos hacer tanto por el lado de los contratos indefinidos como de los temporales, cuyos números son los que definen en definitiva la situación de precariedad final.
Las sucesivas reformas laborales, lo que han hecho es introducir facilidades a la hora de despedir, siempre entendiendo que despedir siempre fue tan sencillo como hacer una carta y lo que se ha hecho es abaratar el despido de todas las formas posibles. Por supuesto, cuando se habla de clarificar el despido o abaratarlo, nos estamos refiriendo tan sólo a los despidos de los contratados indefinidos, de forma que lo que se ha hecho es buscar eliminar a aquellas personas que tenían contratos estables. Por este lado, es obvia la precarización, aunque no se contratase a ningún trabajador temporal.
Pero por otro lado, tenemos que la inmensa mayoría de las contrataciones laborales tienen carácter temporal, que es el punto donde algunos parecen sorprenderse. El hecho de facilitar el coste de despido de los fijos, no supone incrementos de contratados fijos. ¿por qué?.
Pues porque las empresas pueden realizar los contratos que les dé la gana con carácter temporal, y los trabajos con carácter temporal no tienen derechos de casi ningún tipo, (o mejor dicho, no los pueden ejercer porque al día siguiente desaparecerán las circunstancias de la producción que motivaron su contratación o bien acabará la obra o servicio determinado). Esta falta de derecho y la falta de indemnizaciones de despido, llevan a que las condiciones sean mucho más económicas para la empresa y más cómodas ya que podrá hacer lo que le venga literalmente en gana.
¿Por qué una empresa va a contratar a alguien indefinido?. Por mucho que se reduzca la indemnización, o por mucho que se facilite el despido, siempre se harán los contratos temporales, o por lo menos hasta el punto (no demasiado lejano), en el que el trabajador indefinido sea un temporal sin fecha de fin de contrato, (muy similar a los de obra o servicio determinado).
Si miramos las dos cosas; abaratamiento de despido y facilidad máxima para contratación de temporales, ¿Qué esperábamos?. Pues lo lógico, razonable y lo único que podríamos esperar es lo que ha ocurrido, ya que en realidad lo que estamos planteando en las reformas laborales es dotar de medios a las empresas para que puedan imponer sus condiciones a las empresas y despedir a aquellas personas que tienen unas condiciones con una mínima estabilidad para luego, en caso de ser necesario, contratar con mayor precariedad.
Así de simple.