Configurada la unión europea como una unión de territorios en lugar de ciudadanos, tendremos que tener en cuenta que los países periféricos tienen una serie de problemas derivados de muchas circunstancias. Algunas son resolubles y otras simplemente no. Para entender esto, tenemos que tener en cuenta la situación geográfica, nos guste o no.
Para ilustrar esto, voy a tirar de un ejemplo práctico que me afecta este fin de semana, y que de paso afecta a Rankia. Todos sabemos que los promotores de esta página están en Valencia y que por tanto los actos que se celebran son fundamentalmente en esta ciudad. El caso es que en bastantes ocasiones me han invitado a algunos actos, pero en ningún caso he podido acudir debido a la distancia y los problemas de comunicación.
Estoy seguro que mucha gente lo entiende, ya que en diversos foros se ha pedido que algunos actos se organicen en Madrid o en otros lugares. En fin, este fin de semana, tenemos una quedada en un pueblo de Cuenca, y por fin voy a aprovechar la oportunidad para conocer a la gente de rankia. Y digo oportunidad, porque situado donde estoy, la realidad es que es difícil que exista una oportunidad mejor.
Con todo, y dado que no puedo viajar el viernes, la realidad es que me tocará un madrugón impresionante el sábado, para perdiéndome los actos de la mañana, llegar a la comida. Me lo tomo como un acto lúdico, pero está claro que si mi intención fuese hacer contactos para hacer cualquier tipo de negocios, la realidad es que el coste supera con mucho el de los demás asistentes.
Tanto el tiempo, como el coste en el desplazamiento superan holgadamente los costes del resto de asistentes, lo cual tendría cierta importancia en el supuesto de que estuviésemos compitiendo. Por ejemplo, podemos imaginar que me quiera dedicar a vivir de ir impartiendo charlas y conferencias. Es absolutamente indudable que el incremento de costes derivados de los viajes impone unas dificultades añadidas a todo aquel que resida en una localidad alejada del centro. Es más que evidente que este sobrecoste no tendría nada que ver con el contratante que en principio difícilmente tendría que soportarlo, (sobre todo porque de existir competencia no tendría posibilidad de repercutirlo).
Es cierto que las tecnologías de la información reducen estos costes de localización y que los aviones y los trenes de alta velocidad, (o velocidad alta, como parece que son ahora los que tenemos), reducen estas diferencias. Pero por supuesto, es el coste el que acaba determinando esto. Es decir, si tengo disponibles unas infraestructuras caras, puedo jugar con el punto donde perder la competitividad, bien en tiempo, bien en dinero. Nunca lo podrán eliminar, por otro ejemplo de este fin de semana. Si el acto fuese en Madrid, hubiese tenido opciones razonables, pero el problema es luego hacer el recorrido adicional, que al final me acaba obligando al coche.
Por el mismo argumento, nos encontramos con el impacto de medidas que se plantean, o que se han llevado a cabo en Portugal, que es el de cobrar por las autovías. Hoy la alternativa más rápida que me da la guía Repsol supone 752 km, (con su gasoil), y unos cuantos euros en peajes, lo que subiría ante la imposición de peajes “blandos”, (llamados así para que sean más fácilmente aceptados), en las autovías. Hagamos un cálculo rápido: en torno a 3 céntimos el km, estaríamos hablando de un encarecimiento para de 45 euros para este viaje de ida y vuelta, que ya no es en absoluto barato. O eso o una prolongación de las horas de viaje hasta niveles propios de África. Evidentemente esto tendrá su impacto en los precios de velocidad alta en tren o avión que reducen su competencia.
Y añadamos casuísticas: el turismo, los camioneros, todo el que traslade mercancía… Y entendamos que esto evidentemente perjudica a las zonas periféricas, pero también perjudica a las zonas centrales, al reducirse competencia y encarecer los productos que vengan de fuera o que se pretendan colocar fuera.
Por esto, las planificaciones de infraestructuras han de hacerse de acuerdo a criterios económicos y organización de las zonas, en lugar de la posibilidad de negocio de unos cuantos.
Pd. Espero ver a unos cuantos en la comida del sábado; no tendré demasiadas oportunidades, por razones obvias.