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Ayer he colocado un post en el que me hacía eco de los resultados de eurobarómetro en los que se cuantificaba la economía sumergida. Varios comentarios incluyen la sorpresa ante los resultados y me parece desde luego muy interesante esta perspectiva.

En primer lugar, todos tenemos que tener claro que estamos hablando de una encuesta, y que por tanto, estamos ante un dato puramente estadístico y por tanto no real. Es cierto que las personas encuestadas mienten y es cierto que podemos tener defectos de diseño de muestra, de recogida de datos y toda la problemática común a todo tipo de encuestas. Es evidente que todas las encuestas tienen un margen de error, y también es evidente que las encuestas “serias” (y las de las instituciones lo son siempre), son las más fiables que pueden existir. (Otra cosa son las explicaciones de los datos y las conclusiones obtenidas a partir de ellas que normalmente son interesadas o incluso los datos de cocina).

Por tanto, me gustaría aclarar que estamos hablando de una encuesta seria y no de un dato exacto. Cierto es que el dato exacto tampoco sería demasiado útil: ¿a alguien le importa que el porcentaje de personas que cobran en negro sea el 5% o el 5,5644565%?; máxime cuando se nos lanzan continuamente mensajes que la cifran en torno al 20% del PIB.

Pero es difícil de creer; por varios motivos. El primero es el dicho; nos han repetido muchas veces que el fraude fiscal está en torno al 20% del PIB. Ese dato es simplemente absurdo, pero ha sido repetido frecuentemente y se nos ha argumentado con ejemplos que todos conocemos; el taller del coche cuando no hay seguros por medio, la limpiadora en casa, el chapucillas de las reformas, el bar, el que da clases particulares…

Por supuesto que existe fraude fiscal y por supuesto que existen personas trabajando en negro, pero ese 20% es directamente imposible, porque representaría casi la mitad de los beneficios de todas las empresas en España según el PIB, (que por cierto es un dato estadístico también). Por mucho que exista economía sumergida, lo que pagamos es en su mayor parte en A, si atendemos a todos los datos; lo que pagamos al banco, a la gasolinera, al supermercado, al centro comercial, a la compañía eléctrica, en la compra del coche, en el teléfono y el adsl, los regalos que compramos con la tarjeta. Todo esto, salvo burradas son pagos en A, y que cada cual haga sus cálculos teniendo en cuenta “lo que puede dejar de pagar”. Los sectores en los que existe movimiento incontrolado no llegan ni de lejos a este porcentaje, por lo que este dato sería imposible. Por otra parte sería casi imposible encontrar una sola persona que gaste el 20% de sus gastos anuales en estos sectores, año tras año.

De hecho, este cálculo que cada cual puede hacer con su presupuesto nos explica lo del 20% de todas las estimaciones; que vienen siempre de un cálculo simple: cogemos el PIB y le restamos las bases imponibles de los distintos impuestos y generamos lo que no está sujeto a impuestos, lo que acabamos traduciendo en fraude, cuando en realidad son las deducciones a las grandes empresas lo que acaban explicando la diferencia. Calculen el porcentaje de gasto en los sectores anteriores, encontrarán que los impuestos pagados por las empresas que cobran la mayor parte de los gastos apenas pagan impuestos legalmente y como eso un analista no lo puede decir, lo atribuimos al fraude aprovechando la concentración del dinero negro en pocos sectores explica también la visibilidad, y aquello de no desviarse del consenso.

Se mire por donde se mire, el 5% es un dato mucho más fácil de creer que el 20%. Sin embargo, hay otra razón por la que es difícil de creer un dato así, y la exponía precisamente como el motivo por el que se lanza continuamente el mensaje de la existencia de una gran economía sumergida. Es aquello del 26% de paro, sin la explosión social. No deja de ser curioso este argumento, porque problemas sociales hay para aburrir, a pesar de que se esté mirando para otro lado, y desde luego la paralización de la economía es evidente en todos y cada uno de los indicios. Cierto que no hay una revolución social, pero ¿en que nos basamos para esperar una revolución social?.

Me gustaría señalar que existen numerosos países y entornos con niveles de paro y miseria disparados. De hecho, no hace falta buscar demasiado para encontrar en España épocas en el pasado en las que nos hayamos encontrado con condiciones iguales o peores que las actuales. En todos y cada uno de los casos nos encontramos con la desafección, los problemas sociales, el malestar entre la población, la paralización económica…(y esto lo encontramos actualmente en España) pero en muy pocos casos encontramos algo parecido a “revoluciones sociales”.

Me gustaría que se pensase en esto, y que se revisasen ciertas sensaciones que tenemos. Esperamos una revolución e imágenes en blanco y negro de la miseria. Las imágenes ya las tenemos, pero en determinados reportajes que un día servirán para ilustrar los libros en los que aún no salen y no tiene sentido que esperemos una revolución, sino que lo que debemos esperar, (y temer), realmente no es precisamente una revolución social, sino más bien determinados movimientos al calor de unas circunstancias de malestar y de miseria, que pueden ser calificados como revolución social por los instigadores, (e incluso pueden ser consideradas como tales por ellos). De hecho es evidente que algún tipo de desenlace de la situación actual se generará, pero dependerá de otras circunstancias que debemos temer; entre ellas si nos negamos a ver o no, y negarse a ver es esconder los problemas amparándose en que algo en la nebulosa es lo que minimiza los problemas que se empiezan a ver muy claramente.

Es muy importante entender que la situación actual es muy coherente con la cocina a fuego lento de un cocktail perfectamente compatible con una situación de miseria y paro como la descrita por los datos oficiales, y entender el riesgo que corremos ignorándolo.

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  1. #3
    28/03/14 08:08

    Solo teniendo en cuenta que los autónomos de media declaran unos ingresos de 9.600€ anuales, no me parece descabellada la estimación del 20% de fraude.

  2. #2
    27/03/14 11:19

    Las encuestas no son fiables porque las interpretan (Si conoces un alcalde es que eres un alcalde, si conoces un dentista eres un dentista)

    La encuesta dice:
    - que el 67% no conoce a nadie que trabaje en negro. (que sea alcalde, dentista)
    - que el 92% no es consciente de haber comprado algo en negro (tratos con alcalde, dentista)
    - que el 95% piensa que no trabaja en negro. (no es alcalde, dentista)
    Con unos márgenes de confianza fiables.
    Lo que se refiera a engaños estarán considerados en la estadistica.

    Como economía sumergida que es, el 67% la desconoce el 92% no es consciente de haberla utilizado y el 95% no trabaja en ella.

    Con el 5% que dicen trabajar en economía sumergida los otros porcentajes deberían ser muy superiores, de lo que debo deducir que este 5% que trabaja en econmía sumergida tiene la apariencia de no serlo.

  3. #1
    27/03/14 08:51

    Puede que el dato del 20% sea desorbitado, pero en mi opinión el 5% que señala el eurobarómeto se queda muy corto.

    Como tu dices, somos la mayoría los que pagamos en A, pero con más de 4.800.000 de parados en Febrero de este año y pensando que a muchos de ellos se les ha terminado cualquier tipo de prestación y que en muchas casas no trabaja (legalmente) ninguno de los miembros, ¿cómo es posible que la sociedad aguante sin revueltas sociales, sin asaltos a supermercados, cuando se supone que del total de parados son menos de 250.000 los que trabajan en B? eso sin tener en cuenta que habría que calcular que porcentaje de ese 5% corresponde a actividades en B y cuál a trabajadores en B.

    Un saludo.


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