Allá, por el 2006, teníamos en el trabajo una discusión de hasta donde iba a llegar el euribor. La verdad es que yo era de los que decía que finalmente llegaría en torno al 4, pero que no subiría demasiado de allí. La realidad es que había dos bandos y había otro que decía que iba a subir bastante más.
El argumento que daba mi bando es que ningún servicio de estudios de ningún banco había estimado unos tipos superiores al 4, (pongámonos en 2006). Por supuesto, no es que asumiésemos los informes de los bancos como palabra de Dios, pero sin embargo lo que todos teníamos claro es que si los bancos no contaban con situaciones con tipos por encima del 4, hubiesen tomado las decisiones en base a ese escenario.
Desde luego, la gente y las empresas cuando hicieron los cálculos en las hipotecas y préstamos, se supone que preguntaron a las entidades financieras, o leyeron informes, de tal forma que si todo el mundo estimaba que el euribor no iba a subir por encima del 4, está claro que el límite a las subidas parecía un limite razonable.
Por otra parte, partíamos de un euribor en torno al 2, y sería impensable duplicar el coste en poco más de dos años.
Por supuesto, el argumento fundamental es que en una subida a valores muy superiores al 4, al final iba a arrastrar a los bancos. Todos teníamos claro que una subida del euribor muy por encima del 4, al final se llevaba la economía por delante, incluyendo familias, empresas y desde luego los bancos. Por tanto, mi opinión era que nos iban a “exprimir”, pero que con la información de la que disponía el BCE y entendiendo que no era difícil ver los efectos de una subida loca de los tipos, después de una bajada completamente absurda y durante tanto tiempo, iban a recular a tiempo.
El argumento contrario era muy similar, pero dudaba de la capacidad de los organismos, en el sentido de que era posible que no se estuviesen enterando de los riesgos de la política monetaria que estaban llevando a cabo.
En fin, como tantas y tantas discusiones, al final siempre estaba en el aire, y en eso que llegó el verano de 2007, y con el verano de 2007, la caída de las subprime. Yo estaba de vacaciones ese día en Portugal, con unos amigos, y aprovechaba para hacer un primer desayuno mientras todo el mundo se arreglaba para un día de turismo. Fue leyendo “el país”, en un hotel portugués, donde me enteré del batacazo Subprime, y mi primera impresión fue alegrarme.
La verdad es que mis amigos no entendían la alegría, cuando contaba la historia. ¿Por qué me alegraba?. Pues porque Trichet, estaba siguiendo la estela de la FED, y por decirlo finamente, ellos iban primero. Por tanto, dado que se habían metido el tortazo, por fin el amigo francés, iba a recular y dar marcha atrás.
De hecho después del verano de 2007, se empezó a hablar de las bajadas de tipos, y de hecho el euribor acabó el 2007, significativamente por debajo de 4. Paralelamente empezó el acelerón en las commodities con la liquidez que inyectaron los bancos centrales para paliar la caída de las subprime.
Sarkozy, recién llegado al poder, cargaba contra las medidas de liquidez y los tipos altos, empieza una guerra usando Le Monde en septiembre de 2007, acusando a Trichet de beneficiar a los especuladores y complicar la tarea a los empresarios, con el argumento de que encontraba curioso dar liquidez a los mercados financieros y mantener los tipos altos.
Pero en fin, lo que fue mi alegría inicial, fue convirtiéndose en desesperación, conforme se iban desarrollando los acontecimientos, ya que el otro Sarko había acertado en el diagnóstico y la liquidez y los tipos altos, fueron la mecha para que el sector financiero se embarcase en la burbuja de commodities. Llevando a la extrema ironía la replica de Trichet a Sarkozy, que decía que el BCE "de ninguna manera favorece" a los especuladores. "Por el contrario, protegemos a los que se comportan correctamente contra las turbulencias y los perjuicios causados por aquellos que se comportan incorrectamente”;
En la primavera de 2008, fue cuando la verdad un poco harto de todas las tonterías que se estaban oyendo, en el sentido de que había que subir tipos para evitar la inflación, (que venía del petróleo), y bueno, una gran cantidad de burradas, empecé las discusiones en los foros de expansión. La verdad es que alguien se preguntaba quién podía defender una bajada de tipos en esos momentos. (los argumentos de siempre, que si los hipotecados se fastidiasen, que si lo importante era la inflación, que quien iba a retribuir el ahorro…. ). Pues de ahí salió mi Nick: “yo mismo”, y la verdad es que como la discusión fue violenta, ¡quedó!.
y en ese momento llegó el 5 de junio de 2008, donde realmente yo no me creía lo que estaba oyendo. Ese 5 de junio, la verdad es que yo aún creí que el anuncio de subida de tipos en la reunión de julio era un farol, ya que era de todo evidente lo que se venía encima. Es en esa creencia, en la que hay que entender uno de los primeros post que hice, (de pura desesperación porque creo que ese día, Trichet se cargo las últimas posibilidades de salir de este embrollo). Acababa de empezar la primera parte de este blog, (que luego abandoné durante mucho tiempo), y simplemente puse un post muy rudimentario, donde si se lee, se comprobará que no me creía que Trichet fuese a subir los tipos en julio. Realmente el post era un comentario de expansión, que era el sentido del blog en aquella época, en el que afirmaba que Trichet el 5 de junio había dado el golpe de gracia al sector financiero, en el sentido de que cuando no pudiese subir los tipos, los mercados de commodities se iban a derrumbar arrastrando a la banca de inversión al abismo. Pero el caso es que si se lee ese post, simple y llanamente no me podía creer que Trichet fuese a subir los tipos realmente en Julio. ¡Me volví a equivocar!.
A todo esto, es evidente que hacía tiempo que los que defendíamos que “los de arriba”, no estaban tan locos, habíamos cambiado de opinión. El tortazo era más que evidente.
Llego julio y con él la sonada bronca de Sarkozy a Trichet, en la que le decía:
“No pongo en duda la independencia del BCE", ""¿Pero es razonable unos tipos de interés al 4,25% cuando en EE UU están al 2%?"
"nadie puede impedir un debate sobre qué tipo de interés o de cambio es el correcto"
"Nadie está en posesión de la verdad". "Ni yo ni tampoco unos especialistas que tienen que demostrar la eficacia de sus decisiones".
En fin, pese a las declaraciones de todos los expertos, conforme la relajación del petróleo iba a dar un respiro a los consumidores, y por tanto mejorar la situación, resulta que al final, cuando los tipos no se pudieron subir, y las commodities comenzaron a bajar, el sector financiero se derrumbó con estrépito y lo bueno fue que las decisiones sobre tipos pasaron a un segundo plano, pero claro, el BCE no.
En diciembre comenzaron las inyecciones de dólares, las barras libres, los tipos al 1. Y de repente nos encontramos con todos los mercados a nivel de septiembre de 2008. Claro que la pregunta que todo el mundo debe hacerse, es como hemos llegado a esta situación y como ha acabado cuando estuvimos aquí la última vez.
Curiosamente en los últimos meses se ha duplicado el precio del petróleo, tenemos un rally de bolsas y mercados financieros reciente, tenemos el euro que ha subido de forma notable, tenemos a todo el mundo hablando de subidas de tipos, tenemos al bce empezando a hablar y tenemos la discusión otra vez sobre la inflación generada por las inyecciones de tipos, (otra vez, sin darse cuenta que lo que generan las inyecciones es subida del precio de los activos financieros que en este caso se trasladan a los consumidores, por los commodities).
Claro que el Sr. Trichet no ha aprendido nada, y resulta que aunque se haya cargado la economía europea, para salvar al sector financiero, (siempre me hizo gracia aquello de que el BCE apoyaba a Francia y Alemania, cuando en realidad apoya al sector financiero y no a los países que los tiene bajo mínimos, con los tipos a Francia y con el tipo de cambio a Alemania), el simpático Francés nos cuenta aquello de es importante contener los salarios, subir los tipos, para contrarestar la subida de los precios, que por otro lado patrocina, y todo eso según parece para que mejore nuestro poder adquisitivo.
Olvida el Sr. Trichet que tras dividir los tipos entre 4, (piense en el dato de esta forma), no apareció la inflación, (Esa que aparecía cuando el BCE luchaba contra ella).
Y nos sorprende con declaraciones curiosas en el sentido de que los bancos no tendrán una segunda oportunidad. Y es que publicadas las ayudas a la banca que han sumado 3,36 billones de euros en Europa, va y suelta
"Los que piensen que no ha pasado nada, se equivocan: hemos evitado una gran depresión, porque fuimos suficientemente ágiles y valientes, tanto el BCE como los gobiernos"; lo cual no deja de ser una triste ironia. Por otra parte remara que los contribuyentes no aceptarían que esto se pueda volver a repetir, que se utilice el dinero público para rescatar bancos con problemas. "Una vez y nunca más", dijo con rotundidad el presidente del BCE.
Luego vuelve a lo de siempre, que si vigilar los salarios, y todo su discurso.
Claro que a mí me queda la duda de sí realmente han inyectado 3.36 billones de euros, porque no podían hacer otra cosa, ¿si la banca vuelve a la misma, volverán a hacerlo?. Si realmente al final resulta que dejan quebrar a los bancos, ¿se reconocerá que eso se pudo hacer antes?
La realidad es que yo ahora no tengo ni idea de que es lo que va a hacer este paisanete, tampoco sé como tiene la vergüenza de seguir en el carro, y desde luego no sé cómo es posible que le sigamos pagando el sueldo.
Pero me temo que la segunda oportunidad ya la tuvieron, cuando en el 2009 volvió a repetir las tácticas empleadas en 2007. La duda es si habrá tercera oportunidad. Aunque desde luego Trichet supongo que entiende las virtudes de las segundas oportunidades, ya que en definitiva, después de estar envuelto (aunque absuelto), en el escándalo de credit lyonnais, tiene la oportunidad de estar involucrado en una quiebra mucho más profunda. La europea.
¿Qué va a hacer?. Ni idea; es lo que ha conseguido este señor con esta historia. Soy incapaz de predecir los limites de este señor y soy capaz de esperar cualquier cosa.