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A lo largo de los últimos años, he buscado la forma de ahorrar en combustible, electricidad, comida, el adsl, la hipoteca y unos cuantos gastos más. La realidad es que a pesar de tomar unas cuantas medidas, la realidad es que en el conjunto el resultado no es muy esperanzador.

He logrado reducir el consumo de gasoil, (un poquito), pero me han subido el precio de forma importante, de forma que al final resulta que mi gasto en Gasoil es mayor. De hecho en las últimas semanas he visto como el precio del petróleo y el del gasoil en los mercados financieros, se ha derrumbado en torno a un 15%. Lamentablemente, las gasolineras se olvidan de actualizar los precios cuando bajan. Por supuesto, nos contarán que realmente bajarán en unos días porque existe un desfase entre las bajadas en los mercados financieros y las bajadas en las gasolineras. Desfase que debe ser debido a la famosa geometría variable, porque es de horas cuando suben y de semanas cuando bajan.

Quien más y quién menos, estamos aprendiendo a ahorrar, hasta el punto de que podemos definir nuestra situación, con la muy expresiva frase de “economía de guerra”. Pero realmente estamos perdidos por nuestra escasa cultura financiera.

Mientras nosotros vigilamos la presión de las ruedas, evitamos acelerones y restringimos desplazamientos para ahorrar, no nos damos cuenta de que el éxito del objetivo no está en estas soluciones. El truco no está en intentar hacer más quilómetros con cada litro de gasoil. El truco está en pagar menos por el gasoil.

Imaginamos la carcajada si llegamos a la gasolinera y decimos: “le pagamos un 5% menos, porque estoy en problemas”. El señor de la gasolinera dirá “le doy un 5% menos de gasolina”, ¿no?.

O quizás lo entendamos mejor en el caso del gobierno; imaginemos que dice mañana: “todos los contratos públicos se van a reducir un 5%”. Desde luego el ahorro sería considerablemente superior, pero todo el mundo entiende que eso es una barbaridad, nos vendrán con la seguridad jurídica, que si se para la actividad económica y tantas y tantas cosas que hasta aburren. Uno de los aspectos más tristes de esta historia es que todos los que piden sacrificios, son los que no lo van a hacer.

Es más, curiosamente, ante la caída de ventas de todo el mundo, que he comentado el otro día, derivado del ajuste en cascada, lo más normal será que los que ahora piden sacrificios, pidan subvenciones y ayudas para mantener un sistema productivo que estará pasando por una situación de caída de la demanda generalizada, (¡Ironía en estado puro!).

Lo curioso es que es muy sencillo ahorrar mucho dinero, sin tocar el empleo. Lo dije en el post de “bienes privados y bienes públicos”; Está claro que el estado puede hacer las carreteras por sus medios o contratando con las grandes constructoras de obra pública. Pues dado que realmente hay que ahorrar, lo más sencillo es construir directamente las carreteras y ahorrar a los impuestos de la gente los beneficios de las constructoras. Sobre todo si al final resulta que el estado financia y asume los riesgos de la actividad. Es así de sencillo.

Supongo que en nuestra casa, lo primero que ahorramos es haciendo nosotros mismos las cosas que podemos encargar, sin tener que pagar los beneficios de quien nos venga a casa  a hacer cualquier chapuza. Se nos dice que esto generaría caída de empleo, pero la realidad es que en todas las administraciones existe una empresa que presta servicio de limpieza, (donde las personas encargadas de limpiar ni tan siquiera conocen en la mayoría de los casos a sus jefes), o un servicio de informática, (que reciben instrucciones de la propia administración), y así podemos seguir y seguir. Eso es lo primero que se ha de hacer, y es “hacer lo mismo más barato”. En definitiva, se trata de que la administración pública haga lo mismo o más con menos dinero, cargándose todos y cada uno de los suculentos negocios a cuenta de la administración; (Véase el post: “¿Ahorramos o generamos negocios?”).

Por supuesto está claro que lo primero que debemos hacer es conseguir que la administración pública no sea una fuente de negocios para todo el mundo. Y entender que el que genera valora  a la sociedad es un obrero arreglando una carretera, no ACS generando unos beneficios, (y unos costes), inmensos gestionando subcontratas, y más subcontratas, en las que corren comisiones, beneficios, y gastos de gestores, abogados, consultores y toda una caterva de personas que viven a cuenta de nuestros impuestos a pesar de no ser funcionarios. (Aquí recomiendo el post de “De la comunidad a Aquí no hay quien viva”).

Por supuesto, habrá que empezar a pensar en esto  de retirar ayudas a las empresas, (que en teoría son las que crean la riqueza, las más capaces y las que soportan todo), porque no tiene sentido ninguno que en este panorama dediquemos lo incontable a salvar a la banca, automovilísticas, energéticas, constructoras. Y para que no haya polémicas, cuento como ayudas, las subvenciones directas, las subvenciones a los clientes, peajes en la sombra, garantías financieras, el ico, el uso indebido de boe, inventar déficits, protecciones de mercados y “ante” consumidores, (en lugar de la “protección del consumidor”) y demás instrumentos que nos permiten crear campeones no precisamente baratos.

Y en todo caso, por supuesto sería necesario despedir a todos los cargos públicos y gestores de lo público que no consideren como primera opción el conseguir sacar más productividad a los empleados. Este sería un ahorro considerable, porque esto parece no importar a nadie.

Pero desde luego en el caso de que pretendiesen ahorrar y tras estas medidas, y aquellas obvias, (las de las comidas, coches oficiales, meter en la cárcel a los de tramas varias…), lo que debe hacer el gobierno es lo que ha hecho el gobierno de California, o el de Nueva Jersey, o varios en Estados Unidos. Es por lógica pura y dura; en esos estados, tienen problemas para pagar el personal y han aplicado lo mismo que tiene que hacer todo el mundo: “bajar su uso”. Es un clarísimo error hoy, pero en el supuesto de que no quedase más remedio y siempre después de las anteriores, lo que habría que hacer es lo que han hecho estos estados, y es mandar de vacaciones tres viernes a los trabajadores al mes sin sueldo. Es así de sencillo. Por supuesto, el efecto de la caída de la demanda se mantiene, al igual que  con el recorte actual, pero en todo caso se reducen los gastos a los trabajadores, y ¡no se bajan los sueldos!.

En lo que respecta a todos los que piensan o defienden que los trabajadores públicos no hacen nada, supongo que no pondrán objeciones, porque se ahorraría en electricidad, limpieza y varios aspectos más derivados de mantener edificios con zombies dentro, (siempre y cuando se pudiesen bajar los ingresos a la concesionaria de la empresa de limpieza). En el caso de los que (espero sean mayoría), piensan que si realizan un trabajo importante, deberán entender lo que todos entendemos: ¡Cuando vamos a la gasolinera, si no podemos pagar 50 litros de gasoil pagamos 40 litros!. Es así de sencillo.

Por supuesto, en el caso de servicios que se necesiten y se pida un doble sacrificio a estas personas, (que bajen sus ingresos y su sueldo, entendido como valoración del trabajo), lo que procede es PEDIRLO, y articular algún sistema de voluntariado; fácil. “De lunes a jueves eres trabajador y los viernes voluntario”.

Las razones son bastante obvias y se encuentran en el verdadero motivo de esta bajada de sueldos; ¿se ahorra?. Si, pero una cantidad que no llega para cubrir los intereses de una semana de la deuda que se genera con el tremendo cachondeo de las administraciones públicas.

El motivo real es que esta bajada de sueldo tiene un efecto arrastre importante en la negociación de los sueldos privados, (según el servicio de estudios BBVA, o el Banco de España, por poner ejemplos). Por tanto, independientemente del ahorro, lo verdaderamente goloso es que ahora la patronal va a negociar los sueldos de la inmensa mayoría de los trabajadores en otro contexto, (en el que por cierto los rematan con la reforma laboral que se viene encima). Y este es el efecto económico grave que nos podemos encontrar..

Porque por supuesto, las empresas tampoco parece que están por la labor, (por lo menos las grandes), de innovar, crear, organizar mejor, invertir o aunque sea buscar trucos para ahorrar, sino que lo que hacen es buscar la forma de pagar menos, en este caso por despidos y por los sueldos.

Si nos damos cuenta esta es otra de las ironías de esta situación, en la que todo el mundo parece que está metido en una lucha en la que todo el mundo pierde. Parecemos no darnos cuenta que cuantos más despidos existan peor para todo y cuanto menos sueldo tenga la gente, menos ventas para las empresas, menos beneficios, más quiebras y más despidos.

En muchos ámbitos nos encontramos con la típica guerra entre: “A ti no te pueden despedir y tenemos 4.500.000 de parados”, a lo que se enfrenta: “A mí no me han subido el sueldo y un obrero cobraba más que un médico”.

A ver, ambas verdades son ciertas, pero debemos entender de una santa vez, que o nos organizamos todos y tratamos de mejorar todos, o esto se va a ir degenerando durante mucho tiempo. El funcionario, el dueño de la panadería donde este compra el pan y el dependiente contratado van en el mismo lote. Es así de sencillo. Si el uno pide miseria para el otro, le vendrá de vuelta y con los intereses derivados de que el otro va a pedir miseria para el uno.

Parece que ni los de la privada se dan cuenta de que la bajada de sueldos en los funcionarios va a suponer una bajada para ellos, ni los que trabajan en el sector público parecen entender que la precariedad vendrá de vuelta con ajustes y precariedad.

Todo el mundo conoce algún empresario, algún pensionista, algún funcionario y algún trabajador de la empresa privada; y todo el mundo debería pensar antes de pedir miseria para estos o usar frases del estilo: “los empresarios se han forrado, está bien lo que les pase”; “ganaba 3.000 euros colocando ladrillos”, “tiene pocos gastos”, “no lo van a despedir”.

Y debe pensar dos cosas: La primera es que siendo todos más pobres, nadie es más rico. (lo expliqué el otro día en la serie de post de “mandan los idiotas”.

Y la segunda es que en un universo donde estén esos cuatro amigos, el empresario cierra el negocio, el pensionista tiene que comer días alternos, el trabajador privado se va al paro y el funcionario a la miseria, es muy ruin alegrarse de que el funcionario “Por lo menos puede comer”.

En realidad debemos sumar cabreos, y el hecho de que existan 4.500.000 de parados es un motivo que ha de ser un cabreo adicional al que ocasiona la bajada de sueldos e ingresos de muchas familias. Es momento de cabrearse y luchar contra varias cosas, no que las injusticias peores, sirvan para justificar injusticias menores y de coartada para justificar un empeoramiento de la situación.

Y por último me parecerá una falta de respeto importante, cualquier comentario desde los formadores de opinión, acerca de cosas como la irresponsabilidad de las familias, los trabajadores o el “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”. Porque desde luego, la última es la única cierta. No podemos mantener con nuestro trabajo y con las empresas que crean valor, todo el cachondeo que circula por los despachos de las administraciones públicas.

 

Y a todo esto, lo olvidaba. ¡Si sirviese para algo sería injusto, un robo, un engaño, demagogia en estado puro, una estafa y todo lo que se les ocurra!. Pero es que como es el camino a la depresión pura y dura: ¡Es una soberana estupidez!.

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  1. en respuesta a Parlotides
    -
    #25
    23/05/10 18:23

    Más de lo mismo:

    Con otro ejemplo más cercano:

    Yo he llevado proyectos llave en mano, en los cuales cobras "primas" por entregar o conseguir que el cliente recepcione antes de determinadas fechas y a los técnicos que están contigo una serie de incentivos por trabajar más horas diarias, etc, etc, etc.

    De entrada el sistema parece bueno, es más, es bueno de narices. Yo "empresa" ofrezco unas jugosas recompensas a mis empleados para que consigan realizar unas tareas en un tiempo determinado. Eso me va ha costar 3,4 o 5 pero yo voy a ganar 20 o 30 más, es decir gano 15 o 25 extra sin invertir ni hacer nada más.

    ¿Cual es el problema?; ¿Por qué no funciona siempre bien?

    La respuesta es bien simple, se parte de la base que el proyecto a realizar está bien realizado y que las soluciones adoptadas son las pertinentes, por otra parte lógico.

    El personal de RRHH que se encarga de articular estas "primas" no tiene ni zorra de que se está haciendo y si es realizable o no, cosa tambien lógica hasta cierto punto.

    Por tanto AQUI tienes el problema, me van a dar una prima por finalizar un proyecto en un determinado tiempo, pero demasiadas veces, el proyecto está cojo, por dos posibles motivos:

    1)Por fallos externos al mismo proyecto: No ha tenido en cuenta determinados factores como que el estudio topográfico no era completo o que los materiales no se podían servir a tiempo, las empresas suministradoras no cumplen, etc. por citar algunos ejemplos.

    2)Por fallos en el propio proyecto, las soluciones adoptadas no pueden responder a los requerimientos especificados. No te creas que es tan raro, a mi me ha pasado más de una vez y al final se ha de pactar con el cliente para que lo acepte.

    En cualquiera de los dos casos tienes unas primas no reales, que no vas a poder cobrar o que aunque las cobres a la empresa no le va a significar ningún beneficio adicional, o sea no va a conseguir ganar más, más bien al contrario perderá beneficios económicos, perderá imagen ante sus clientes y lo que es peor perderá el compromiso de sus trabajadores, que van a empezar a chotearse o cabrearse según el carácter y necesidad de cada uno.

    Esto planteado en la empresa privada, si esto lo pasas a la pública, la cosa se vuelve Kafkiana, no son capaces de fijar unos objetivos claros o reales porque el que los fija no tiene ni puñetera idea de que és realmente importante, cuales son los aspectos que realmente caen en la esfera de responsabilidad del trabajador y si realmente dispone de los medios necesarios para llevarlos a cabo,...... para llorar.

    Un ejemplo: " No hace mucho uno de los objetivos del sistema público sanitário de mi CCAA era conseguir vacunar de la gripe a un porcentaje de población determinado, fuera o no necesario y sin tener en cuenta la opinión de los pacientes, ¡Ah! y las dosis de la vacuna no llegaban para cubrir los objetivos... ¿Genial, no?

    Por tanto, como conclusión cuidado con los objetivos, primas, bonus, etc. no sólo se pueden volver perversos en el sistema financiero, aunque no salgan en la tele pueden llegar a ser igual de contraproducentes en otros muchos sectores si no se hace un correcto uso de los mismos.

    Atentamente: Parlótides

  2. en respuesta a Atreides
    -
    #24
    22/05/10 19:46

    Buenas tardes Atreides:

    Con todos mis respetos, la idea para cualquiera que se haya movido en el ámbito industrial es fantástica, como casi todas las ideas, el problema sin embargo es doble: una ponerla en práctica y otra si realmente esa es la causa inicial del problema o mas bien el efecto.

    Me explico, no tengo inconveniente en pasarte una lista de los objetivos que se les están poniendo desde hace algunos años a los trabajadores del sector sanitario en mi comunidad y la verdad rezo devotamente para no ponerme enfermo.

    ¿Que la clave es eficiencia y productividad? sinceramente creo que no, ese creo que es un efecto de la causa inicial, y es que la organización de esos servicios públicos se ha hecho con muchos crirterios menos el importante, dar un buen servicio y de una forma eficiente.

    Luego se quiere arreglar el problema atacando los efectos y no las causas, " Si tengo fiebre, es por que tengo una infección" por tanto a la vez que miro de controlar la fiebre hago lo básico, que es detectar la infección y curarla, sino la fiebre seguirá subiendo.

    Atentamente: Parlótides

  3. en respuesta a Yo mismo
    -
    #23
    22/05/10 03:25

    Eso lo entiendo

    El problema es que me estoy imaginando lo que piensa el acreedor, en su miope perspectiva:

    Tenemos un pastel (la producción) a repartir entre el trabajador, el empresario, el funcionario y yo, que tengo unos cobros pendientes de las deudas de todos ellos. Como no tengo muy claro que me vayan a pagar, ¿qué hago?. Pues me dedico a "recomendarles" a todos los demás que se se ajusten. Primero que se ajuste el trabajador, en particular si no me debe nada, para que el empresario tenga más margen para poder pagarme. Después el funcionario, por el mismo motivo. Si baja su sueldo baja la presión fiscal, el empresario gana más y yo cobro. De las deudas del funcionario y del trabajador no hay que preocuparse porque están avaladas con sus bienes presentes y futuros.

    ¿Que ésto causa a la postre deflación y bajan los precios que cobran las empresas? Mejor. Así la deuda se revaloriza y yo cobro más en términos reales.

    Todo son ventajas mientras que el empresario deudor no quiebre. Y no se le va a dejar quebrar, luego todo es perfecto

  4. en respuesta a Yo mismo
    -
    #22
    22/05/10 02:05

    Dices que la empresa publica es mas eficiente en innovar..? no tengo datos..pero me asalta la curiosidad debere indagar en cuantas patentes son de emp. publicas y cuantas de privadas....

    donde posiblemente hay mas "funcionarios" doctores investigando son los que trabajan en la universidad publica..

  5. en respuesta a Kirtan
    -
    Top 100
    #21
    22/05/10 01:52

    Hombre....¡solo faltaba que hubiese menos!!!!!!

    y totalmente de acuerdo con lo primero.

    Hemos puesto a los mas burros y siguen ahí... ¡en este sentido es jodido!


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