La verdad es que me ha costado decidirme y salvo sorpresa de última hora me voy a apuntar a la huelga general más rara que haya imaginado jamás.
Comenté en este blog los primeros videos de UGT en el que supuestamente se nos motivaba para ir a la huelga atacando al partido en la oposición y pintando una realidad casposa en la que ni empresarios ni trabajadores quedábamos nada bien. De hecho, no soy capaz de entender a cuales dejaba peor.
El caso es que al final he tratado de ser práctico y he tratado de analizar la situación en la que nos encontramos y que es lo mejor que puedo hacer. No me ha costado mucho llegar a la conclusión de que ninguna de las opciones es mejor, y que simplemente tenía que buscar la menos mala.
Ahí es donde me he encontrado con los problemas, y de hecho, me cuesta imaginar que esto no ha sido un compadreo de los sindicatos y el gobierno. La razón es que en un contexto en el que han repartido y van a repartir palos a discreción, de tal forma que habiéndome comido unos cuantos y a la espera de otros, (mañana siguen con las pensiones), puede parecer increíble que llegue a dudar seriamente de ir a la huelga.
No tengo ni idea de que pasará mañana en la sociedad española, pero lo que ya sé es que será un fracaso. Será un fracaso porque resulta que entre los sindicatos, el gobierno, las empresas y el partido de la oposición, lo curioso es que habremos perdido pase lo que pase.
Se puede parar el país, y realmente esto dará alas al gobierno, (que podrá salir a presumir de la fuerza, de la seguridad y de la firmeza), y a los sindicatos, (que tendrán más gasolina para apoyar, o mejor dicho seguir entregados al gobierno). Pero por otro lado puede ser un fracaso sonoro, de tal forma que al final el gobierno saldrá reforzado, (asumirá implícitamente apoyo o por lo menos fuerza), y los sindicatos se tendrán que entregar a los gobiernos.
Sea como sea, lo curioso es que yo entiendo que esta huelga tiene que ser contra el gobierno, porque a fin de cuentas es quien ha bajado el sueldo a los funcionarios, es quien ha subido el irpf, (aunque sin subirlo), es quien nos ha cazado en el IVA, en gasolinas, en tabacos, es quien ha aprobado la reforma laboral, es quien se va a cargar las pensiones y es quien nos ha entregado totalmente a todo el que quiera cobrarse algo.
Por lo tanto, pase lo que pase, resulta que habremos reforzado a quien intentaba protestar. Sólo de esta forma, se entiende que se ha protestado más desde el partido de la oposición, que desde el gobierno, que simplemente ha dejado hacer.
De hecho, no deja de ser curioso que la colaboración sea máxima por parte del gobierno para la huelga. Si contra los controladores, (en una supuesta huelga, que siempre fue desmentida), se actuó con una contundencia increíble o en la huelga de transportes del 2008, donde se pusieron multas y un guardia civil por camión, en este caso todo son facilidades y todo son buenas palabras.
De hecho es curioso, como al final resulta que tanto los sindicatos como el gobierno, (en teoría, los contendientes), se han unido contra la oposición, bajo el argumento de que será peor que el partido en el gobierno. Es posible que esto sea cierto, pero sin embargo, el partido en la oposición es el partido en la oposición y cuesta mucho hacer una huelga contra quien no gobierna.
Lo malo de esta situación es que apesta tanto, que queramos o no queramos, todo el mundo se da perfecta cuenta de lo que está ocurriendo, de forma que tengo la sensación de que no soy el único que se ha encontrado tratando de elegir la alternativa menos mala. Y eso no suele ilusionar ni motivar demasiado.
Tengo claro que en estos momentos, necesitamos otro gobierno, otros sindicalistas, otros partidos en la oposición y otra patronal. Necesitamos esto incluso más que un sistema financiero, porque cada uno de estos grupos representa un papel en un sistema económico, papeles que son vitales para que esto funcione. Hoy estamos sin sindicatos que defiendan los intereses que defiendan los derechos de los trabajadores, sin gobiernos que defiendan los derechos de los ciudadanos, una oposición a la que han exagerado el programa de gobierno y una patronal empeñada en destruir en lugar de crear. En este panorama es comprensible una huelga que no sirve para nada y que no se sabe muy bien porque razón se convoca, (a pesar de que existan mil y una razones que por sí sola la justifican).
Aunque acertasen con el enemigo y eligiesen el motivo, (aunque bien pueden decir todos), la realidad es que la huelga sólo puede funcionar si es algo que no se acaba pasado mañana. Lo dije en su día, lo único efectivo es una huelga para conseguir algo y planteada de forma indefinida hasta que se consiga algo; o cuando menos que se repita con cierta frecuencia, como en Grecia (que han tenido el mismo plan que nosotros, aunque el suyo con más prensa), donde van por la novena y las últimas noticias es que las carreteras llevan bloqueadas un par de semanas, o como en Francia, donde se han hecho 5 huelgas generales para protestar porque se habla de pasar la edad de jubilación de 60 a 62 años, (ya tiene guasa que la receta siempre sea subir un par de años).
¿Qué es duro, un sacrificio, y algo que la gente tendría dificultades para asumir?. Pues estoy convencido de que no soy el único que prefiere asumir un gran sacrificio a cambio de buscar algo, a esto de tirar 100 euros a cambio de nada. A fin y a cuentas, en mi portal que les tocaba mañana limpiar, lo han hecho hoy, lo que no haré mañana, lo haré el jueves, he adelantado la compra en el supermercado, y la mayor parte de lo que se iba a hacer mañana se hará pasado mañana, de forma que al final resulta que las ventas no caerán demasiado, (aunque tengamos estudios que obvien esto). La gran diferencia es que al final haremos lo mismo, pero no cobraremos el día.
A todo esto, cuando hoy salía de trabajar, me he enterado de que el comité de empresa, (UGT), resulta que la mayoría no secunda la huelga. Curiosamente, una de las que sí me soltó un rollo de la solidaridad, que no acabé de entender. ¡Mal vamos cuando tenemos que tirar de conceptos como la solidaridad cuando tenemos razones para ir a la huelga!.
El caso es que no deja de ser triste y un gran fracaso esta huelga. Por supuesto, si alguien piensa que le estoy animando a ir a la huelga, soy consciente de que lo estoy haciendo fatal porque como dicen los unos, “no servirá para nada”, “ha sido muy tarde”, “están vendidos y todas estas cosas que son verdad. Si alguien cree que lo estoy animando a no ir a la huelga, debe saber que tampoco me gusta sentirme solo en esto, en una situación que me recuerda a lo del chiste de los dictadores:
“Estaban Mussolini, Hitler y Franco recluidos en un campo de concentración y deciden escapar. Primero escapa Mussolini y cuando está cruzando el patio se oye una ráfaga de ametralladora, se encienden las luces y el dictador transalpino cae exclamando: “¡Por Italia!”.
Hitler lo intenta después, cruza el patio, llega a la alambrada y cuando está saltándola, se oye la ráfaga y el tirano cae proclamando: “¡Por Alemania!”.
Llega el turno de Franco, que cruza el patio, salta la alambrada y casi sin darse cuenta sale a la calle. Intrigado vuelve a mirar a ver qué pasa con los guardianes, no entendiendo que pasa, y al asomarse para mirarlos se oye una ráfaga, Franco cae diciendo: “¡Por gilipollas!”.
Pues yo mañana me sentiré como tal, tanto si voy a trabajar como si no. Y confieso que no ayuda el hecho de que crea que el escenario más probable para mañana sea que la huelga funcione porque se hayan bloqueado las carreteras, ante la pasividad de un gobierno al que parece que le interese.
¿Apostamos a que el PP echa en cara (y con razón) al gobierno que ha apoyado la huelga que montan contra el PSOE?