Hace unos meses fue un minicrash en Wall Street que absurdamente se atribuyó a un bróker que introdujo mal una orden de venta; y hoy nos encontramos con una petición de liquidez de emergencia al banco central europeo por valor de 15.801 millones al 1,75%, lo cual es una cantidad anormalmente alta, ya que normalmente estas operaciones se sitúan por debajo de los 1.000 millones.
Pues otra vez nos hemos encontrado con la explicación del posible error por parte de un banco, como explicación para cubrir esta anomalía. Más allá del chiste fácil de que vamos a tener que pagar un curso de mecanografía a los operadores de las entidades bancarias, tenemos que entender que lo del error es un absurdo total y absoluto. (o eso espero).
En primer lugar cuesta creer que los sistemas informáticos de las entidades no tienen ningún tipo de control sobre este tema; es del todo absurdo encontrarnos introduciendo dos veces la contraseña nueva, cuando nos registramos gratuitamente en una cuenta tonta, o cuando tengo que cambiar la contraseña en el trabajo por tema de seguridad, mientras se supone que un operador de un banco puede mandar cualquier operación de miles de millones sin el mínimo control. Sobre todo en el caso de una operación que se hace una vez al día.
Por supuesto, el hecho de que sea absurdo el hecho de que pueda lanzarse la orden sin un control o una repetición de seguridad, no significa en absoluto que no sea posible que tal dislate ocurra en la realidad. Pero en todo caso, nos haría preguntarnos: ¿en qué manos estamos?.
Pero aunque no sea un error, se entiende que en la planificación de los recursos de una entidad, interviene más de una persona, con distintos grados y está sujeto a ciertas autorizaciones. Cualquier persona que trabaje con movimientos de fondos, de mucho menor importe, en el que la seguridad sea importante, sabe que estas operaciones están sujetas a la aprobación de distintas operaciones y con distintos niveles de seguridad. O sea, que no todas las personas pueden autorizar las distintas operaciones, (no es lo mismo aprobar un movimiento de 1 millón, que uno de 10, que uno de 10.000 millones), y desde luego se suele usar un esquema reforzado para las no habituales. Además suele haber una fase en la que una persona presupuesta e introduce un máximo, otra persona es la que fija el importe y probablemente se precise al menos autorizaciones previas.
En este sentido parece increíble que una persona en un banco pueda endeudarlo por 10.000 millones de euros, sin que nadie más intervenga. Evidentemente tal y como está el mundo, sería posible, pero en todo caso, me remitiría a la pregunta: ¿en qué manos estamos?.
Por supuesto, parece lógico pensar que si al BCE le llega una petición de fondos extraña, lo normal es que se pongan en contacto con la entidad de referencia y haga una comprobación, que es coger el teléfono y preguntar ¡oye!; ¿ha pasado algo?. En este sentido, no habría duda del error, y por tanto no tendría sentido estar dudando, sobre todo en un contexto como el que estamos en el que todo se puede venir abajo por una duda de este calibre. Máxime en la situación en la que el BCE manifiesta estar vigilante a los movimientos del mercado, y que además está interviniendo (que no manipulando porque el BCE es de los buenos de la peli), para tapar los fallos. Por supuesto, lo de reconocer el error, procedería en el caso de que no se hubiese anulado la orden por un error. Por tanto, si llega un error de este estilo, y el BCE no pregunta es de una negligencia supina, si ha llamado y le han dicho que es un error, es otra negligencia no anular la operación, y si aún así no lo consideramos una negligencia, lo que está claro es que es absurdo que nadie salga a decirlo. ¿Qué esto descarta el error?. Pues hombre, nos queda el recurso de ¿En qué manos estamos?.
Pero es que echando unas cuentas rápidas hay algo que no encaja demasiado en el error, que es la cifra. Si tenemos que es muy raro que la cantidad de la ventanilla de emergencia supere los 1.000 millones para el total de la banca, es fácil imaginar que el error en la entidad tiene que haber sido como mínimo de dos ceros.
Creo que esto lo tengo que explicar: Si el total de los bancos solicitan menos de 1.000 millones normalmente, esto indica que las peticiones de cada una de las entidades son muy inferiores a los 1.000 millones; ¿no?. Por lo tanto el error necesario para superar la cifra de 10.000 millones tendría que ser mínimo de dos ceros, ya que estaríamos hablando de una cifra en torno a los 150 millones que se hubiesen convertido en error en los 15.000 millones. Esto significa que aunque solo sea por los puntos esto tiene que cantar en la pantalla. Por supuesto, esto en el caso de que fuese un banco grande, porque 1.000 millones entre el total de las entidades que pueden acceder a esta ventanilla es muy inferior a este importe, lo cual significa que aunque matemáticamente el error pueda ser de dos dígitos, lo más plausible es que tuviese que ser de 3 o 4 dígitos; y estaríamos hablando de que una entidad que quiera pedir 15 millones hubiese pedido 15.000 millones.
Si queremos hacer el cálculo al revés, podemos pensar en quitarle los 1.000 millones que se solicitan como máximo en el resto de los días. Es decir, si una entidad se ha equivocado, vamos a hacer los cálculos quitándola de forma que el total de la financiación que se pretendería solicitar ascendería a 15.801 millones solicitados menos el error cometido más lo que en realidad la entidad pretendería solicitar. Si el resultado de esta ecuación es 1.000 millones, y despejamos, resulta que el importe ordenado por error menos el importe que se pretendía corregir ascendería a 14.800 millones, (millón más, millón menos). Error que canta mucho en importes sensiblemente inferiores a 1.000 millones, (que recordemos que es la cantidad total del sistema).
Evidentemente es posible que este error sea posible, pero nos lleva a ¿en qué manos estamos?.
Pero es que además los 1.000 millones nos dicen que son un límite que no se suele superar y de hecho que sólo dos veces se ha superado en este año; curiosamente en ambas ocasiones ha sido en esta semana. Lo cual implica que si esta semana se han ido incrementado las peticiones de liquidez, a la vez que las rentabilidades de las deudas públicas se han incrementado y ayer ha subido la banca española un 6%, tenemos todas las señales de problemas de liquidez y de intervenciones del BCE. Por tanto cuesta mucho obviar estas señales para defender que existen problemas de liquidez.
Claro que si defendemos que existen problemas de liquidez, tendríamos que explicar porque se ha reducido la deuda de la banca con el BCE, aunque creo que esto ya lo expliqué en el pasado cuando puse el post de “los bancos ya no dependen del BCE, ¿o sí?”. ¿y si los bancos en medio de las compras de activos por parte del BCE se encuentran con que han vendido los activos al BCE?. ¿no se habrán quedado sin colaterales (garantías) para las operaciones ordinarias con el BCE?.
En fin, puede que sea un error al introducir la orden, pero me da a mí que la pregunta que debemos hacernos es la de ¿en qué manos estamos?; pero no precisamente porque existan tantas negligencias que permitan fallos de este calibre, sino porque viene de una respuesta a dos preguntas: ¿tan tontos creemos que somos los ciudadanos y los operadores?; ¿aciertan?.
Y ya puestos a hacernos preguntas: ¿Podrían darme una NO AYUDA que consista en un préstamo de emergencia al 1,75?. Es que a las personas normales las emergencias son a precio de Cofidis, y se envidian estos préstamos de emergencia, en los que se supone que puedes pedir miles de millones, sin que se paren a pensar ni tan siquiera si has metido la pata al 1,75%.
Si me van a dar lo que pida, (aunque acabe poniendo un par de ceros de más), sin preguntar, ni pedir nada, (porque supongo que no se habrá justificado también por error la necesidad de unos 15.000 millones) y al 1,75% supongo que tendré que hacer esfuerzos por hacer entender a todo el mundo que no he tenido ayudas; (a lo mejor eso explica porque todo el mundo está empeñado en repetir la letanía de “no hemos tenido ayudas”).