Pongámonos en la piel de un mecánico, al que le aparece por la puerta un coche de 15 años, en los que no se ha hecho ninguna operación de mantenimiento, que ha sido conducido de forma temeraria, hasta el punto de que por la combinación del estado del coche y la conducción se ha acabado estrellando contra un muro.
Tras la grúa, lo más probable es que aparezca el propietario del vehículo, que lógicamente preguntará por aquellas reparaciones que el coche necesita; lo normal es que el mecánico después de bufar diga; pues hay que cambiar ruedas, frenos, la dirección, las defensas, los pilotos, la junta de la culata…. Pues imaginemos que se le pide concreción o en el peor de los supuestos, que le diga un par de cosas para cambiar.
Pues esto es lo que parece imperar en estos momentos por todos lados. Todo el mundo pide y ofrece unas pocas medidas concretas para salir de esta situación y esto es exactamente la misma burrada que se le pide al mecánico.
En el fondo el símil es muy apropiado porque nos hemos tirado años en los que ha valido absolutamente todo para que los beneficios de las empresas cotizadas y en general todos los mercados financieros hayan subido de forma espectacular. Nos hemos encontrado con la burbuja inmobiliaria, con los precios del petróleo que se han triplicado, con unas contenciones de sueldos para generar competitividad, (muy mal entendida en las empresas), con unas condiciones en los mercados en los que los consumidores han perdido todo el poder, con unas modificaciones fiscales que han trasladado de forma espectacular el coste del estado a los trabajadores,…
En definitiva, nos hemos encontrado con toda una serie de medidas que han conseguido trasladar el poder en cada uno de los mercados hacía uno de los lados. En el mercado laboral el poder ha ido hacía las empresas de forma que los trabajadores nos hemos convertido en “condición aceptantes”; en los mercados de gasolinas, energía, alimentos tenemos que aceptar también todo lo que nos obliguen, por supuesto cuando hablamos con bancos, no nos queda otra que aceptar lo que ellos digan, (aunque sea darles una porrada de dinero o todos los cambios que se planteen).
En fin, para resumir, decir que el objetivo de este blog es tratar de identificar, explicar y razonar aspectos que van mal y decisiones que se han tomado o que están tomando que en definitiva es lo que hay que corregir si queremos que la situación se enderece. Es posible que me haya repetido en alguna ocasión, pero es fácil deducir que si alguien me pregunta por acciones o medidas concretas que hay que tomar para subsanar esta situación, se puede ir sentando y tomándolo con mucha paciencia.
Realmente han sido muchas pequeñas medidas concretas que se han tomado para beneficiar a un sector, a costa de la economía, lo que al final ha supuesto el colapso de la economía. O dicho de otra forma, han sido muchos fallos de mantenimiento y de conducción que han llevado al tortazo. No vale aquella típica autocrítica que se hace para quedar bien del “Algo habremos hecho mal”, porque simplemente si hemos llegado a esta situación es porque cuesta y mucho encontrar “algo que se haya hecho bien”.
¿Ahora venimos con el cuento de cosas concretas y no demasiadas?. Pues se siente mucho, pero no hay forma de solucionar esto, sin ponernos a arreglar tantas cosas que más que una lista tendríamos un listín que competiría dignamente con la guía telefónica. De hecho el problema más grave de este sistema es que absolutamente nadie se preocupa del sistema, sino que se van parcheando las cosas que se van pudiendo; sin tener en cuenta absolutamente nada.
Cuando el coche está destrozado, o se arregla entero o se tira a la basura, pero no sirve de nada ponerle una rueda y cambiarle alguna bujía. La gran diferencia, que tenemos entre la situación en España, (y algo muy similar en el resto del mundo) es que no cabe la opción de elegir entre arreglar el coche o no. En esto no hay discusión, y por tanto las únicas discusiones han de ser aquellas que traten de definir el “Cómo arreglamos el estropicio que tenemos montado” y por supuesto, como evitamos que nos vuelva a pasar lo mismo.
Pues en el fondo de esto se trata; ¡hay que arreglar el coche!; o ¡Hay que cambiar el sistema!. No es muy concreto, pero todo el mundo lo entiende, y entiende que esto es cambiar una gran cantidad de piezas.
En definitiva, lo que tenemos claro es que ahora lo que se busca es alguna forma de empezar a trabajar en la recuperación del coche, cambiando lo que sea necesario para al final tener un vehículo de 4 ruedas que sirva para desplazarnos con comodidad, la máxima eficacia y seguridad.
El problema es que algo tan obvio, parece que no se entiende y está claro que lo primero que está fallando son los mecánicos que en lugar de arreglar el coche, van poniendo y quitando piezas al tumtum con la esperanza cada vez más lejana de que se arregle sólo. Si usted fuese el dueño del coche; ¿Qué haría?. Cambiar de mecánico y atarlo corto. Es así de sencillo y es el más puro sentido común.
Pues es así de obvio. Es lo primero que tenemos que hacer; establecer la necesidad de cambiar las personas, (las de ahora están quemadas), y luego establecer los medios que nos permitan funcionar; en este caso, lo básico y lo que tenemos que discutir es el modo de funcionamiento de la sociedad. Yo no puedo entender esto sin entender las listas abiertas y la eliminación del engendro de la disciplina de voto, (como había puesto en su día). Se trata de que cada uno de los representantes responda y no se esconda.
Podemos proponer también un sistema de elecciones a las fiscalías, (es importante que los fiscales respondan de los ciudadanos en lugar de ahora que responden al político).
Pero en definitiva, se trata de ver cómo nos vamos a organizar con el mecánico para conseguir que el coche sea reparado. O lo que es lo mismo que el sistema funcione, lo cual es una necesidad.
Y después de esto, ¡solo después de esto!, es cuando tenemos que empezar a hacer una lista de las cosas que han fallado, (lo que viene a ser el parte médico y todos los daños), y comenzar todo el proceso de reconstrucción de nuestro coche.
¿Qué si ley Tobin si, o ley Tobin no?. Pues esto es como elegir después las mejores piezas para nuestro coche. Todos tenemos una opinión, (y yo soy el primero que tiene las ideas muy claras al respecto, y por supuesto no son secretas), pero en esto lo importante es descubrir, discutir y construir. ¿lo qué?. Pues cada uno querrá una situación utópica distinta y cada uno ha de defender lo que estime oportuno y se discute y aquí tiene que ganar el que convence y el convencido. Pero en todo caso, creo que hoy no tiene sentido que discutamos sobre los puntos de un programa, sino que tenemos que centrarnos en cómo conseguir que los programas (sean cuales sean), tengan en cuenta al ciudadano y que nazcan con vocación de cumplimiento o de guía de las políticas.
Hoy no tiene sentido tanta concreción, porque lo importante es que primero entendamos que ya no vale parchear el coche; luego que tenemos que buscar la forma de que exista un proceso que llegue al fondo, luego un diagnóstico que incluya el concepto sistema, (no es sencillo, porque no se trata de ir arreglando problemas sin ton ni son, que es exactamente lo que están haciendo ahora los gobiernos), y después de ponernos de acuerdo en cómo nos organizaremos, tocará el trabajo final que es llevar esto a cabo y empezar a concretar.
Y la única concreción que debemos entender hoy en día es que un sistema económico es un sistema mediante el cual las sociedades se organizan para producir de la forma más eficiente, (con los menos recursos posibles), los bienes para provocar el mayor bienestar posible a todos los miembros de la sociedad. Esto es lo único concreto que (económicamente) nos importa a todos ahora, y es la lección 1 de economía que es su definición.