El 11 de agosto de 2011 se prohíben las posiciones cortas en los valores financieros de los mercados bursátiles de España, Francia, Italia y Bélgica, lo que se viene a sumar a la prohibición del 7 de agosto que se había decretado en Grecia. En la nota de la CNMV se nos cuenta que se busca estabilizar los mercados, y en todos lados se comenta que se busca atajar los ataques especulativos basados en puros rumores.
Este es un gran ejemplo de la putrefacción que tenemos en los organismos reguladores y en todos lados, que llega a niveles que no pueden ser calificados de otra forma como absurdos. Y para esto vamos a ir por partes en varios post.
Se supone que en esta religión que tenemos ahora, los mercados son eficientes, y no han de ser intervenidos. Esta es la razón por la que no se han intervenido los precios de petróleo, los precios de los alimentos, las subastas de energía, los precios de las viviendas, los precios de los tipos de interés de los préstamos y tantos y tantos mercados que han destrozado y están destrozando la economía mundial y que ocasionan hambrunas, aparte de millones de parados, familias destrozadas y personas que pierden su vivienda. No hay más que irse a la página de Intercontinental Exchange, (http://www.theice.com), que es el mercado de referencia en Europa para estos bienes o CME group en USA, (http://www.cmegroup.com/) para comprobar los artículos sobre los que se especula. Desde vivienda, café, zumos de naranja, petróleo, gasolinas, emisiones de CO2, cacao, electricidad, gas natural, arroz, trigo,… Tenemos toda una serie de productos que han disparado sus precios por y gracias a la especulación, todos a la vez, y en base a rumores, y a nadie se le ha ocurrido tratar de frenar, ni prohibir la especulación en estos bienes.
Hace justo un año, publicaba un post preguntándome ¿Por qué no miramos los efectos de la especulación?; y en el fondo es sencillísimo: ¡porque lo que interesan los intereses particulares del sistema financiero!. Metidos en una situación en la que la especulación financiera lo está destrozando absolutamente todo, resulta que la especulación tiene unos efectos perversos ¡cuando toca a los bancos!.
Ni con especulaciones a la baja en deudas públicas, en las situaciones de los países, ni con especulaciones a la alta en ninguno de los bienes básicos para las personas, se ha hecho absolutamente nada, y en diez días en que la especulación se centra en el sector financiero, se olvida todo aquello de “el especulador es bueno”, “la libertad de mercado”, “los especuladores dan liquidez al mercado” y todas estas frases tan bonitas que se han usado para justificar todo tipo de atrocidades y directamente se prohíbe, ¡pero sólo para donde les interesa! Y ¡sólo en el sentido que les interesa!.
Por supuesto, en medio de la discusión de si la especulación es buena o mala, la situación es también un poco curiosa. La propia dinámica de sólo mirar los efectos de la especulación cuando interesa a unos cuantos, vicia esta respuesta. De esta forma, cuando los efectos se reparten entre millones de ciudadanos que se ven obligados a pagar importes mucho más elevados por determinados bienes básicos, parece que no hay problema. Cuando operamos a la baja con deuda pública, o bien con los CDS sobre los países, tampoco, porque resulta que parece que nadie pierde. Por supuesto, cuando se atacan los intereses de las entidades financieras todo el mundo parece estar de acuerdo.
Pero por supuesto, todo este esquizofrénico pensamiento nos lleva a una conclusión que como poco nos ha de llevar a sacar unas conclusiones desesperantes sobre los dogmas que tenemos: y esta conclusión es que al final los que acaban defendiendo la especulación en bienes básicos, (vivienda, alimentación, energía), o sobre los intereses de todos los ciudadanos, (con los países), están en contra de la especulación en bienes financieros.
Y no deja de ser acojonante, porque resulta que cuando se especula en bolsa, estás especulando contra otras personas que de alguna forma han decidido estar allí, pero cuando se especula con la comida, resulta que los efectos lo están pagando millones de personas que no han decidido estar en este circo, y que además no se van a beneficiar de estas situaciones.
Por tanto, se puede estar de acuerdo o no con los límites a las posiciones bajistas en las entidades financieras, pero en todo caso la postura coherente de todos aquellos que ahora piden limites a la especulación es defender que estos límites, se extiendan a todos aquellos bienes necesarios para los ciudadanos. Es decir, antes de prohibir la especulación de cualquier tipo en un mercado financiero o en activos como el oro, plata o similares, se tendría que prohibir la especulación al alza en alimentos, energía, derechos de CO2, materias primas, vivienda, CDS de deuda pública y en general cualquier activo que afecte de forma decisiva a todos los ciudadanos que habitamos el planeta.
O lo que es lo mismo, todo el discurso, y en consecuencia las decisiones políticas, están emponzoñados por mirar tan sólo los negocietes privados de unos cuantos, (aunque sean millones), y desde luego no el interés general, ni la creación de riqueza ni aspectos similares.
Esta es la única razón por la que parece no haber soluciones para unas especulaciones, (que además son buenas), pero que luego en otros casos, resulta que todos los organismos, medios, políticos, analistas y financieros olvidan luego todo lo que han dicho (que si libre mercado, que si liquidez, que si estabilizan no se qué…) para defender la adopción de medidas contundentes contra los malvados especuladores. ¿y si se hubiese luchado contra las distintas burbujas en lugar de seguir intentando mantenerlas con la misma contundencia?.