Lo primero que hicieron los países en problemas fue apuntarse a la tesis de Irlanda de aquello de “el rescate más barato de la historia”. En definitiva se trataba de garantizar y avalar al por mayor.
Efectivamente en el momento en que se aprueban dichas medidas, tenemos un momento inicial en el que la medida no nos cuesta absolutamente nada. Esto pasa con las familias que avalan a otras personas, con los socios de una pequeña pyme que avalan a su S.L., y pasa con los estados. Acordar avalar o firmar el aval supone un esfuerzo inicial reducido, sobre todo si no se piensa lo que se está firmando, y tan sólo estamos centrados en la confianza que para el acreedor facilita este aval.
En lo que respecta al reino de España, en octubre de 2008 aprobó la concesión de una línea de avales para las entidades financieras para garantizar emisiones de hasta 100.000 millones de euros. En teoría, se garantizaban las emisiones que realizasen las entidades financieras hasta el 31 de diciembre de 2009, pero actualmente estamos en la situación de la quinta prorroga de este programa, (de junio de 2011), por lo que sigue en vigor hasta 2012.
Actualmente España garantiza emisiones de 61.564 millones de euros, (entre las emisiones de 2008 y las de 2009), y las entidades pueden solicitar avales por los cerca de 38.500 millones restantes. Si bien es cierto que los avales prestados suponen una comisión que cobran para las arcas del estado, al final debemos recordar que los avales no son una forma simple de ganar un poquito de dinero, sino que como aparece en la normativa de concesión del aval, estamos obligados a pagar la cantidad avalada en el plazo de cinco días desde cualquier incidencia.
Por tanto, ante cualquier problema con los bancos tenemos que ir acumulando efectos. Ayer ya hablaba de que teníamos la obligación de aportar los fondos necesarios, en un contexto en el que no tendríamos posibilidades de conseguir fondos; pero es que tenemos que recordar que además nos encontraríamos con la obligación de pagar el RESCATE ANTERIOR, (que más que gratis fue aplazado en su día).
Pero si se aplazó el pago del rescate de 2008, tenemos que recordar que también se aplazaron los pagos de los rescates posteriores, que también consistieron en aportar una mínima cantidad de fondos, (que en principio deberían estar ya desembolsados y por tanto no podrían ser reclamados), y la aportación de avales.
Por ejemplo, en agosto de 2011, aparece en medio de lo que el ministerio de economía llama: , donde en el último párrafo de la nota de prensa, tras las medidas de rebaja del IVA, cambios en los anticipos a cuenta de sociedades y medidas para las farmacias, nos encontramos con lo siguiente:“El Ejecutivo aprueba un conjunto de medidas que aúnan la apuesta del Gobierno por la consolidación fiscal y la normalización del sector inmobiliario” “En cumplimiento del acuerdo alcanzado la pasada primavera por los jefes de Estado y de Gobierno europeos de ampliar las garantías para incrementar la dotación efectiva de la Facilidad Europea de Estabilización Financiera (FEEF), el Gobierno también ha incluido en el Real Decreto aprobado hoy una modificación en la ley de Presupuestos del ejercicio actual para aumentar el volumen de garantías asumidas por España, hasta un total de 92.543,56 millones de euros.
En septiembre del año pasado se autorizó por primera vez el otorgamiento de avales por parte de la Administración a favor de la FEEF, hasta un límite de 53.900 millones de euros. La entrada en vigor del acuerdo europeo implica la modificación de la ley de presupuestos con el fin de aumentar el compromiso asumido en otros 38.643,56 millones, ya que España sólo puede asumir nuevos compromisos financieros si cuenta con la preceptiva autorización presupuestaria.”
El esquema de funcionamiento es simple; los estados garantizan la deuda que emite esta entidad, que es la que pide prestado el dinero, para prestar a los países, (hoy a los que tienen problemas pero en camino de flexibilización). Los estados supuestamente rescatados pagan la deuda y pagan sus intereses, lo que permite que a su vez el fondo pague a sus acreedores.
El problema es que ante un impago de los países que se financian con estas operaciones, el fondo no cobra, por lo que los países han de aportar el importe suficiente para estas operaciones, bien directamente o bien mediante los avales.
Es en este punto donde entra en juego un pequeño detalle de diseño, que no es otro que el rescate de los países, no era en realidad rescate de países sino que era rescate de los bancos, (a pesar de que hasta hace bien poco se negase). Esta es la razón por la que los países supuestamente rescatados quedaban después más endeudados, pagando un tipo mayor por la deuda, sin patrimonio y con la economía destrozada.
Estos matices nos llevan a que el impago después del rescate era inevitable y lo cual nos lleva a explicar tanto las presiones del centro europa para imposiciones en constituciones varias, (y otras presiones que se suceden a diario), como que estas presiones no surtirán efecto eternamente.
En definitiva, lo que nos queda es pagar el coste de los anteriores rescates a las entidades financieras que evidentemente pueden tumbar ahora los países como si fuese un dominó.
¿De verdad es tan difícil entender que existen posibilidades reales de que el estado español (y otros) no puedan asumir los pagos que se pueden avecinar?.