Allá por donde vayamos, nos encontramos siempre con los discursos que nos proponen toda una serie de reformas, que se acompañan de latiguillos como el “necesarias para el crecimiento”, “necesarias para el empleo”, “para la reactivación del crédito” o la famosa competitividad. O más bien se acompañaban con estas frases, porque en el caso de Grecia, la realidad es que se comprueba que hace tiempo que se olvidan de estas frases y ya se ha pasado a la siguiente fase.
Actualmente estamos en la fase de la extorsión pura y dura. Es decir, hoy nadie habla de que las reformas sean para crecer, o que sean para crear empleo o para ser más competitivos o incluso para la reactivación del crédito. Hoy se reconoce que las medidas que se piden para Grecia la condenan a una depresión, y ya como argumento se nos dan unas previsiones de que el país puede crecer a partir del 2014, (o vaya usted a saber cuándo, porque yo ya ni presto atención a las tonterías).
En septiembre coloqué una recopilación de los post tratando de explicar cómo se había llegado a esta situación, con el único (y poco elegante) objetivo de tratar de exponer el “ya lo dije”. En definitiva lo que se trata es de que necesitamos imperiosamente desterrar dos grandes dogmas que nos aprisionan y condicionan todo el pensamiento.
Por un lado tenemos que empezar a pensar ya en la irresponsabilidad de los países, porque la realidad lo que nos muestra es que el grave error de los países europeos no ha sido gastar más o gastar menos. El grave problema de los países periféricos es que nos hemos introducido en una unión monetaria y económica, donde todas las decisiones se tomaban pensando en lo que interesaba a los países del núcleo. Tanto el BCE, como el resto de agentes implicados en estos aspectos se han cansado de repetir indefinidamente que las instituciones piensan en el conjunto de la eurozona, pero lo han entendido como media y no como el total. De esta forma, justifican la toma de decisiones que beneficia al núcleo duro y arruina al resto.
Pero es que por otro lado, después de tener los tipos bajos porque interesaba a una Alemania metida en plena reunificación y a un sistema financiero atrapado entre la implosión de la burbuja punto.com y los efectos de los atentados del 11-S; y crear burbujas en el resto de los países de la eurozona, toca el interés de subir los tipos para generar el carry trade. Es simplemente imposible que los países soporten políticas monetarias y económicas adversas y de esta forma se entienden las quiebras y las situaciones.
Por otro lado tenemos que empezar a decir que los rescates de los países en realidad eran rescates a los bancos, que se instrumentaron imponiendo unas condiciones que para los países y los ciudadanos eran inasumibles.
Cuando nos cuentan que debemos salvar a Grecia, por temas de solidaridad e imponiendo toda serie de penalidades y costes para evitar la tentación de que vuelvan a cometer los mismos fallos, lo que estamos es ante una moralina diseñada para defender todas las atrocidades que se nos ocurra, pero que falta de forma palmaria a la verdad.
Hace más de un año, escribía que la única posibilidad de Grecia era la salida del euro; y remataba así:
“Lo que va a pasar no es difícil verlo, (ha pasado muchas veces), las posibilidades de que funcionen las propuestas que nos llegan de FMI son nulas, (ya se han probado), y la única duda es si se tomará la decisión que proceda a tiempo, (si Grecia o nosotros lo estamos), o bien si esto acabará en deflación y default”
Aún no ha llegado la quiebra de Grecia, pero lo que está claro es que la discusión sobre la quiebra de Grecia tan sólo tiene el interés de una porra. ¡Queda por saber hasta cuándo podrá aguantar!. Desde luego, con el plan de ajuste que se le está imponiendo, la respuesta puede cambiar, ya que si se le dan los 8.000 millones adicionales a cambio de un plan de ajuste que difícilmente puede ser más salvaje, la quiebra será mucho peor, a cambio de diferirla en algún tiempo.
En estos momentos, más que nunca, todos hemos de pararnos y pensar en el futuro; y optar por una solución. O se construye Europa o simplemente se rompe la baraja.
Y ojo, ¡construir Europa no es crear los eurobonos!. Este sistema lo único que permite es incrementar el endeudamiento, sin cambiar absolutamente nada, (como no ha ocurrido con Grecia), a cambio de asumir un riesgo mucho mayor para todo el mundo, (principalmente para los periféricos, en contra de lo que se está diciendo por ahí).
A pesar de que se esté definiendo la integración fiscal como la forma de salir de esta situación, lo que debemos entender es que la integración fiscal en la situación actual de funcionamiento de la Unión Europea sería un drama aún mayor que la situación actual. Si una política monetaria adecuada a los intereses de una parte de la UE, unido a unas recomendaciones de política fiscal nos ha llevado a la situación actual, unir la política fiscal, (aunque casi inexistente) sería un completo desastre.
Para que la unión europea pueda funcionar, necesita algo tan complicado, pero tan simple como un punto en algún lado que diga algo así como:
“Los europeos son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.”
Sin esto, sin que se tomen las decisiones pensando en el poder de Alemania o Francia, no tiene absolutamente ningún sentido ninguna unión monetaria. Si de repente tenemos un poder político, unas normas comunes y una verdadera unión, ya no se salvará a Grecia, si no que se salvará a los ciudadanos europeos, (sean trabajadores, pensionistas, empresarios o financieros), que residan en lo que es Grecia.
Pero cuando estamos hablando de salvar Grecia, ya estamos predestinados a causar mil penalidades a estas personas, a cambio de salvar bancos, sin que arreglemos absolutamente nada. Y lo peor de todo es que para nada, porque si el plan es dar tiempo a los bancos para salir, lo que alguien debería entender algún día es que extendiendo la miseria, simplemente no habrá de donde salir, ¡aunque se tenga todo el tiempo del mundo!.