Hace algo más de un año, escribía un post sobre la pantomima de 100 personas que vendían unas medidas diseñadas para beneficiar al sector financiero y a las grandes empresas, a costa de la economía. Estas personas, se hacían llamar economistas, cuando en realidad actúan como vendehúmos a sueldos encargados de transmitir una idea que le venía bien a un grupo determinado.
Pues la cosa ha avanzado y ahora son 50 los que se definen como economistas, (con los mismos argumentos y por tanto las mismas conclusiones que he puesto en su día). No tengo ni idea de que la reducción del número se debe a que existen menos “economistas” dispuestos a venderse ante unas ideas que se están desmoronando o si se debe a la política de recortes que se extiende por todos lados. Sin embargo, me da igual 50, que 100. Siguen siendo demasiados, y sobre todo con demasiada presencia, los impresentables que para apoyar negocietes o grandes pelotazos, (me importa un bledo el importe del beneficio), están ocasionando un daño tremendo tanto a la sociedad como desde luego al colectivo de Economistas. ¡Ojala pudiese reclamar en algún sitio los daños que provocan que yo no pueda decir alto y claro mi pasión!.
El número de economistas no es lo único que ha cambiado, sino que además de las reformas que siempre pedían, (las que por cierto han conseguido y no han servido más que para empeorar la situación), ahora se dedican a proteger al euro del ataque de los “economistas en contra del euro”. En el confidencial, nos cuentan básicamente la historia, en el artículo “ofensiva de Telefónica y Santander, para contrarrestar los anti-euro”.
El esquema es muy sencillo; a estas entidades (y otras), les interesa y mucho mantener el euro, al precio que sea. Se entiende que existe una campaña de economistas en contra del euro, y por tanto, estas empresas, lo que hacen es contratar otra campaña para vender las excelencias del euro, los sacrificios, los recortes, la recapitalización de la banca, la reforma laboral y todo lo que se les ocurra que les viene bien directamente.
Pues cualquier economista que participe en este sarao, (instrumentado a través de FEDEA y de la Fundación de estudios financieros), no es un economista, sino que es un publicista, metido a justificar los intereses de un grupo particular sobre los intereses de la economía y lo que es más grave sobre la realidad. Podrán ser más reputados, podrán tener premios, podrán tener el nombre de economistas, podrán tener micrófonos y podrán tener más dinero y recursos que un menda y unos cuantos como yo, ¡pero no son economistas!; y sinceramente lo creo, no tienen el valor de quien sabe que es lo importante; ¡que no es contentar a Santander y Telefónica!.
Cualquier persona que se preocupe del sistema económico, tendrá que tener en cuenta el daño que estas entidades provocan a la economía. ¿cree alguien que alguno de estos cincuenta economistas, tan liberales ellos, van a tratar de pedir alguna norma que limite el poder de alguna de estas dos entidades?. Se puede tener una ideología determinada y defender el libre mercado o defender el comunismo o lo que cada uno entienda como opción correcta, pero lo que no tiene sentido es la moralina de una tropa que no ve problema alguno en las tácticas de una empresa de telecomunicaciones, creada con presupuesto público, y que tiene un gran poder de mercado que nadie para; ¡por no hablar del sacrificio que impone Santander, que se traduce en que ni la entidad, ni su famoso presidente paguen apenas impuestos, mientras hace lo que sea para conseguir unos beneficios, (que no siempre son reales), incluso a costa de dejar miles de personas con sustanciosas pérdidas en las inversiones que colocaba!.
Pero es que lo más ridículo de todo, es que cuando estamos hablando del tema del euro, van a tener que entender de una santa vez que esto no es una campaña. Quizás determinadas personas están demasiado ocupadas generalmente en hacer campañas que distorsionan la realidad; quizás estén acostumbrado a que lo que se dice no son más que justificaciones tontas del estilo de “abaratamos el despido para crear empleo”; pero el caso es que no se han enterado de lo más importante.
Cuando se defiende que el euro es un problema, lo que se está poniendo de manifiesta es una realidad. ¡ya sé que esto sorprende!, pero el caso es que cuando yo traté de explicar que el euro no tenía futuro en esta situación, es ¡porque no lo tiene!. No es una campaña para fastidiar a Santander, ni Telefónica, ni BBVA ni a Alemania, ni a Francia.
Cuando coloqué hace tiempo el post diciendo que el euro no tiene futuro, lo curioso del caso es que lo vinculaba a una situación económica; y eso es lo más grave de la situación. Económicamente claro que tiene futuro, pero tan solo si se toman las medidas contrarias a los que estos economistas proponen, (curiosamente lo contrario de lo que estos “economistas” proponen es lo que habrá que hacer sí o sí).
Se pueden poner como quieran con las campañas que les dé la gana, pero han de empezar a entender que esto no va de proponer unas medidas que les interesa a un grupo determinado, sino que va de analizar la realidad y tomar las decisiones que sean convenientes de acuerdo a ¡la realidad!, y pensando en ESPAÑA y no en cuatro grupos de interés.
Tenemos que entender que la campaña se apoya en los comentarios de los medios (y en el discurso), y en todos lados nos encontramos también con aquello de “no pensar en el corto plazo”. Ya tiene bemoles la cosa de que me pongan un plan que se carga la economía, que no piensa en otra cosa más que en las entidades financieras y grandes empresas, que imponga sacrificios a todo el mundo, para que unos pocos consigan unos beneficios temporales, porque se olvidan de que sin economía, ¡absolutamente nada está a salvo!.
Por supuesto, lo del “largo plazo” es el proceso necesario para justificar que ahora les demos lo que quieran a las entidades financieras, mientras nos arruinamos, bajo la esperanza de un futuro bueno, (o no tan malo, que este es el avance), que combina normalmente con un incumplimiento de previsiones pasadas que no se cumplen nunca; no porque no fuesen buenas previsiones, sino que no eran ni tan siquiera previsiones. Simplemente eran coartadas para el marketing.
A ver si estos reputados economistas, entienden que esto se trata de analizar la realidad, no de campañas de opinión y de entender que hay cosas que son viables y otras que no lo son. Y ya pueden tener la mínima inteligencia para entender que se trata de España y no de un par de empresitas, (grandes y con poder, pero empresitas), y que pueden colaborar en las campañas que les dé la gana, pero que al final lo que se trata es de entender la realidad. Y cualquiera se puede equivocar; pero si alguien sincero se equivoca, se equivocará. Cuando alguien se vende de esta forma, para engañar a la sociedad, (y manipular de alguna forma la sociedad es esto exactamente), es la peor de las bajezas.
Y dense cuenta ¡hombre de dios!, que no hay campañas contra el euro. Es que las cosas son cada vez más evidentes.