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¿Por qué sucede siempre, pero siempre, siempre, que los presupuestos que se hacen para los grandes proyectos de inversión pública siempre se queden cortos y haya que acudir a financiación adicional? Una respuesta que se oye mucho por ahí apunta directamentre a la corrupción. Es decir que vía la obligada ampliación de los presupuestos para acabar las obras, se pagarían por parte de los políticos y otros funcionarios públicos los servicios que les hubieran prestado las empresas adjudicatarias de esos proyectos. Pues bien,  tras estos últimos años nadie en su sano juicio descartaría de salida el largo brazo de la corrupción como factor presente en muchos de esos casos de sobrecostes, pero pienso que existe un fenómeno subyacente que llevaría a que incluso sin acudir a la corrupción, los megaproyectos siempre suponen costes más elevados de los presupuestados.

Mi explicación a este fenómeno se encuentra  en el blog de la_sei, el blog de la Escuela de Inteligencia Económica del ICFS (UAM). Y está en el siguiente link:

http://news.icfs.es/?p=48

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  1. #2
    02/09/14 18:41

    Yo trabajo en el ramo, y os puedo decir que eso se debe a varias razones:
    -Deficiencias en la redacción de los proyectos: los proyectos se hacen con unos presupuestos muy pequeños, que las empresas reducen aún más para aumentar su margen, y en un tiempo demasiado corto de tiempo, acabándolos a menudo a contrarreloj la noche antes de la entrega.
    -Bajas en las ofertas de la constructora ridículas, que de hacer la obra así darían pérdidas enormes (o por lo menos beneficio 0 o muy bajo), por lo que luego se hacen modificados con cualquier pretexto para aumentar el presupuesto inicial y rascar algo más.
    -Imponderables: por ejemplo, que la geología de los terrenos no sea la supuesta en el proyecto inicial (lo que enlaza con el primer punto, con mejores proyectos esto no pasaría tan a menudo o no sería tan grave).
    -Caprichos del político de turno o de la dirección de obra: a vecs toman decisiones sobre lo que hay que hacer una vez empezada la obra, con criterios bastante dudosos (aquí entraría desde la ignorancia total de lo que piden hasta la corrupción).

    Si cada uno de estos puntos supone eun 10% de aumento del presupuesto de media, haced la cuenta del incremento total.

  2. #1
    30/08/14 21:49

    Más bien es el dilema del presupuestador: Si te pasas no te lo adjudican y si te quedas corto te lo adjudican y pierdes dinero.