El sur de Estados Unidos, la extensísima zona que va desde el océano Atlántico al Pacífico que se conoce como el Sunbelt (el "cinturón del Sol") ha sido históricamente un lugar bastante inhóspito para el ser humano. El calor tórrido de las zonas desérticas y el calor húmedo de las que no lo son por cercanía al Golfo de México y al Atlántico, calor que no remite a lo largo de buena parte del año han sido frenos poderosos para el desarrollo económico de esta zona. Históricamente, esas condiciones climáticas han influido negativamente sobre su crecimiento por razones de oferta -la escasez de agua en las zonas de desierto- y de demanda - las razones a las que atiende la Fisioeconomía, y es muy probable que haya sido la mayor tolerancia al calor húmedo de los negros del África ecuatorial adaptados a ese clima lo que esté debajo de su "elección" como los esclavos idóneos para trabajar forzosamente en el sudeste norteamericano. Más adelante, tras la guerra Civil y la abolición, y obviamente no (o no sólo) por razones climáticas, esta misma población trabajadora emigró al norte industrial, por lo que la vida económica en el caluroso Sunbelt languideció todavía más. Todos tenemos una imagen de la vida en el sur de los Estados Unidos: el cine nos la ha dejado: el calor húmedo, los días y noches agobiantes, la vida en los porches a la espera de que caiga el calor, la imposibilidad de trabajar en las horas centrales del día.
El caso es que, como reconocen todos los historiadores del Sunbelt, todo esto empezó a cambiar tras la II Guerra Mundial gracias a dos avances técnicos. El primer "avance" no es nada novedoso pues tiene una larga historia que se remonta a la Mesopotamia de hace más treinta siglos. Se trata de la creación de presas y la canalización para regular las dotaciones de agua. La construcción de grandes presas en EE.UU. en la década de 1930 permitió que zonas desérticas fuesen habitables y hasta cultivables. Pero es el otro avance técnico el que aquí interesa más: se trata del hoy humilde y corriente aire acondicionado. Hasta la difusión de aparatos de aire acondicionado baratos, la vida en el Sunbelt, sobre todo en las zonas de calor húmedo era extremadamente fastidiosa. Como señala Stan Cox, "antes del aire acondicionado, la vida en América seguía un ciclo estacional determinado por el tiempo. La productividad de los trabajadores declinaba en proporción al calor y humedad ambiental de modo que en los días más cálidos los empleados dejaban de trabajar temprano y las empresas echaban el cierre. Tiendas y teatros también cerraban incapaces de acomodar a grandes grupos de personas en unos interiores insoportables". Con el aire acondicionado llegó la inversión de demografía sureña y de ser una región que expulsaba gente al Norte desarrollado empezó a atraer población. Primero fueron los jubilados, pero más tarde también se instalaron nuevas empresas de tecnología y de servicios, y hoy, el Sunbelt es una zona económica pujante. Desde el punto de vista de la Fisoeconomía, la climatización habría cambiado el metabolismo de los habitantes del Sur pues, en un sentido muy real, habrían pasado a vivir en un clima templado. Puede que esto último parezca un tanto exagerado pero me pregunto qué parte del día, qué cantidad de minutos, no de horas, pasa por término medio un ciudadano de Florida que no trabaje en la agricultura a la intemperie teniendo en cuenta que su casa, su trabajo, su coche y el centro comercial donde vive su tiempo de ocio están climatizados (el 25% de la energía eléctrica de Florida se usa en climatización).