La exhumación de la momia de Franco y el primer principio de la Macroeconomía.
Fernando Esteve Mora
Ante la sentencia del Tribunal Supremo que autoriza por fin que el Estado pueda exhumar la momia del general Franco del valle de Cuelgamuros (llamado también Valle de los Caídos) se han empezado suceder desde la derecha política y mediática pronuncionamientos que se oponen a esa actuación aduciendo que es un despilfarro económico en estos tiempos de desaceleración económica.
Pues bien, esas opiniones reflejan una cosa y es que quienes las esgrimen son sin remedio ni esperanza alguna de redención unos tontos de solemnidad en asuntos económicos. Y es que la "evaluación" económica de la exhumación del dictador sirve como una "prueba del algodón" acerca del conocimiento económico de quienes sobre ella se pronuncian. De modo que quien arguye en su contra por una "razón económica" está señalando a las claras que carece enteramente de ella, o sea, que nada de lo que diga respecto a cualquier asunto económico merece el más mínimo respeto.
Veamos, si hay una ley o principio básico que todos, absolutamente todos, los economistas mantienen es que, en una economía de mercado, todo gasto de un agente económico es a la vez un ingreso para otro u otros. O sea, que el gasto en que se incurra en exhumar la momia del llamado "caudillo" por sus secuaces (que supongo serán gastos en pagar a las empresas y/o trabajadores del sector privado que tuvieran que intervenir en esa exhumación), no sería un dinero que se "tirase" a la basura sino que aparece como ingresos de quienes participen en ello. Y esto es así al margen de la ideología política o económica que se tenga. Sencillamente es la idea central de lo que se conoce como "flujo circular de la renta", el esquema conceptual básico sobre el que se construye cualquier reflexión macroeconómica.
Desconocer este mínimo de Economía es lamentable y disculpable en camareros, taxistas y demás gentes del llamado "pueblo llano", pero es intolerable e imperdonable en periodistas y políticos. Señor Garicano, ¡cuándo tendrás unas tardes libres y haciendo como hizo Jordi Sevilla con Zapatero, le das unas clasecitas de Economía a don Albert Rivera!
Una "argumentación" en la misma dirección levemente más sofisticada, pero también falaz y tonta, apunta a que el dinero empleado en esa actividad. si bien no se tira, sí que se malutiliza pues tiene un "coste de oportunidad" altísimo pues podría emplearse en "otras" cosas o actividades más útiles o productivas.
Pues bien, al margen de que el gasto (3.738 euros he leído) que pueda ir a pagar los salarios de los trabajadores y los beneficios de las empresas de desenterramiento que participen en esa actividad -dinero que repito no se "pierde"- sea irrelevante ante la magnitud del gasto público en España (cerca del medio BILLÓN de euros, o sea, QUINIENTOS MIL MILLONES DE EUROS), lo que muestra a las claras lo que quienes esgrimen este "argumento" están realmente defendiendo: la permanencia de la momia de Franco en un espacio propiedad del Estado como forma de homenaje a su figura, o sea su profunda congruencia con el régimen filofascista del general Franco y sus "realizaciones", entre las cuales destacan asesinatos masivos, torturas y violaciones sin cuento de todos los derecho humanos. El uso retórico de la noción del "coste de oportunidad" sólo sirve como coartada lingüística en estos tiempos en que no está bien visto (y no es rentable ni política ni económicamente) declarase públicamente "follower" de Franco.
Y es que, en primer lugar, para que haya coste de oportunidad en usar recursos económicos en sacar de Cuelgamuros la momia del dictador y luego reenterrarla en Mingorrubio, es necesario que por así proceder se dejan de producir otros bienes económicos. Y eso no está ni mucho menos claro que ocurra cuando -como es el caso- no estamos en situación de pleno empleo. O sea, que el coste de oportunidad de sacar a la momia de Franco puede que sea cero.
Pero además, y en segundo lugar, hay que tener en cuenta que, aún suponiendo que hubiera un coste de oportunidad en este asunto, hay que ser siempre conscientes de que el uso del concepto del coste de oportunidad siempre puede leerse "a contrario". O sea que, al igual que puede haber un coste de oportunidad en desenterrar la momia que se mide por el valor de los bienes que podrían producirse con los tres mil y pico euros que costase, también se puede hablar del coste de oportunidad de usar esos mismos euros de esas otras maneras medido por el valor para la sociedad de sacar la momia.
O sea, que los que se oponen a que el Gobierno procede y acabe con esta vergonzosa (nacional e internacional) de tener los restos de un dictador fascista conocido sobradamente por su comportamiento traidor y asesino permanentemente homenajeados en un espacio propiedad del Estado aduciendo el coste de oportunidad de hacerlo, no sólo es que no saben nada de Economía sino que están diciendo al resto del mundo ("revelando sus preferencias" se dice en jerga económica) que son ideológicamente unos fascistas, pues valoran más lo que el Estado pueda hacer con tres mil y pico euros (o sea, una nadería) que poner fin a semejante ilegal e indigna anomalía, que no lo es ni para la delirante y manifiestamente estúpìda presidenta de la Comunidad de Madrid, la señora Ayuso del PP, ni para su perruno fiel subordinado el ultraderechista señor Aguado, de Ciudadanos. Con semejantes fantoches -por no decir fachas- como líderes, ¡qué difícil lo van a tener tanto el PP como Ciudadanos para defender no sólo en España sino en Europa que ellos no son de extremísima derecha!