Con el informe de esta semana pretendemos arrojar algo de luz a un tema más matemático pero que afecta a la forma de medir la rentabilidad de una cartera, haciendo énfasis en las implicaciones que esto supone tanto para asesores como clientes.
A la hora de calcular la rentabilidad en cierto periodo de tiempo de una cartera de activos financieros, existen dos métodos principales, donde el debate sobre qué método es mejor es una constante ya que arrojan resultados diferentes. ¿Pero por qué ocurre esto? ¿Qué implicaciones tiene en la cartera? Y sobre todo ¿Cuál es más recomendable usar?
En este informe explicaremos los dos, pero ya podemos anticipar que la respuesta sedecidirá en base a las preferencias de cada uno, donde el factor diferenciador será la existencia o no de flujos dentro de la cartera de inversión (entradas y salidas de dinero).
MONEY WEIGHTED RETURN (MWR)
Este método se denomina como “rentabilidad ponderada por dinero”, y mide al final de un período determinado, si el propietario de una cartera de inversión ha ganado dinero o no. La característica de este sistema es que incluye las aportaciones o retiradas de dinero realizadas por el cliente, así como la fecha en la que se realiza el movimiento. De forma simple, con esta medida si el cliente gana dinero el retorno será positivo mientras que si pierde dinero será negativo.
La forma de calcular esta rentabilidad, es simplemente usar el cálculo de la TIR (tasa interna de retorno). Es la tasa de descuento con la que el valor actual neto es igual a cero.
TIME WEIGHTED RETURN (TWR)
El método de “rentabilidad ponderado por tiempo” difiere con el anteriormente descrito, en que no es sensible a las aportaciones o retiradas de dinero. Es capaz de excluir del cálculo de rentabilidad el factor de flujos de dinero. Por ello, es el más utilizado si queremos comparar directamente la rentabilidad generada por nuestras decisiones de análisis de inversión. De esta forma calculamos cuánta rentabilidad hemos generado puramente gracias al mercado con nuestra selección de valores.
Debido a esta característica, se pueden comparar rentabilidades entre carteras con independencia de los importes y flujos. Ya que solo captura los movimientos del mercado, este método es el usado principalmente por los fondos de inversión. Como las gestoras no mantienen control sobre las entradas y salidas, para calcular sus rentabilidades solo está en su poder visualizar y comparar cuánto ganan al mercado.
La fórmula para calcular la rentabilidad por este modo, tendría la siguiente forma:
A continuación mostraremos un ejemplo de una cartera con entradas y salidas, calculando la rentabilidad TWR mes a mes, junto con el acumulado a fin de año.
Con esta tabla, podemos observar cómo la TWR refleja solo la rentabilidad de mercado, obviando las aportaciones. Así por ejemplo, en el mes de Octubre es muy visible este efecto. Retiramos 40.000 euros de la cartera, pero sin embargo nuestro montante pasa de 107.245 euros a 84.658 euros, es decir existe una revalorización del propio mercado que ha subido la cartera. Por lo que en el mes de Octubre la rentabilidad calculada por importe sería negativa, pero si no calculamos el TWR estaríamos obviando que con el mercado se ha obtenido un 16.2% gracias a nuestras posiciones de cartera.
¿QUÉ MÉTODO ES MEJOR USAR?
Como ya hemos mencionado anteriormente, la respuesta a esta pregunta va en función de las preferencias de cada uno. Y centrándonos más en el apartado del asesoramiento de carteras a clientes, la respuesta depende de a quien vaya dirigida la información.
En este sentido, al cliente le interesa recibir su rentabilidad medida por el Money Weighted Return ya que así puede tener un control de sus flujos aportados y como se han ido revalorizando a la fecha que desee.
Desde el punto de vista del asesor de la cartera, o de la persona que toma las decisiones de inversión, interesa controlar la rentabilidad por medio del Time Weighted Return para poder evaluar cómo han sido las decisiones. Además, con la rentabilidad medida por este método, podremos comparar la cifra con otras carteras o con un Benchmark, ya que no influyen los flujos de aportaciones o reembolsos.