El autoseguro no es sino la retención del riesgo. Ello significa que en lugar de transferirlo a entidades especializadas ( aseguradoras o cautivas) se opta por asumir directamente el coste de las consecuencias derivadas de la materialización del riesgo con cargo a recursos propios.
Exige CAPACIDAD FINANCIERA ya que supone costear mediante recursos propios el riesgo. Si la tarea de la Gerencia de Riesgos es el mantenimiento de la capacidad financiera y productiva de la empresa y ( con ello ) garantizar su supervivencia, es totalmente lógico concluir que sólo deberá recurrirse al autoseguro en caso de que exista un FONDO de obligada constitución, sometido a un cierto interés y con total liquidez. Hoy día, por cierto, las empresas deben reflexionar muy seriamente acerca de la conveniencia de tener dichos fondos comprometidos y no disponibles para otorgar liquidez a la actividad y operativa propias de la empresa.
Dicho fondo deberá reunir una serie de requisitos:
• Deberá prever la intensidad del siniestro, del daño causado y, en consecuencia, del importe máximo a provisionar. Se tendrá que tener en cuenta que el riesgo debe ser acotado y deberá contemplar la existencia de un cierto grado de dispersión evitando cúmulos.
• Deberán existir estadísticas fiables satisfactorias, tanto en intensidad como en frecuencia. A lo largo de un periodo determinado que permita evaluar adecuadamente dichos factores y sus plazos de retorno. Este es el llamado Tiempo Representativo. Desgraciadamente pocas son las empresas que gestionan con un cierto procedimiento el conocimiento de sus riesgos y la frecuencia con que se manifiestan. Lo que no se puede medir se desconoce, por definición y, en materia de Gerencia de Riesgos es inasumible recurrir al autoseguro a ciegas.
• La estadística también comportará el importe acumulado, permitiendo conocer las pérdidas y beneficios alcanzados con el autoseguro y, además, las causas del siniestro, su estacionalidad o ciclos a fin de administrar y planificar dicho fondo.
El autoseguro sólo tiene por objetivo el ahorro de costes de carácter financiero. Deberán considerarse factores externos que influyen en su conveniencia:
• Hoy a la empresa le preocupa su masa de inmovilizado, y el fondo lo es.
• La inversión en seguros (no son un coste) si se ha hecho la contratación adecuada, suficiente y necesaria supone un ahorro de costes y suprime la necesidad de incrementar inmovilizados.
• El objetivo del autoseguro debe ser flexible y adaptado a cada riesgo y su idiosincrasia; ello exige un elevado nivel de vigilancia y administración.
• Dentro del objetivo del autoseguro debemos incorporar circuitos alternativos que supongan un incremento de la seguridad.
• En cualquier caso, si se recurre al seguro como solución para el tratamiento de los riesgos, es extremadamente importante depositar la confianza en aseguradores y reaseguradores de elevada solvencia y en la gestión de un mediador (visión de conjunto) que sea capaz de administrar el programa de seguros con eficiencia y solvencia profesional. De hecho, un buen mediador representa la externalización del departamento de gerencia de riesgos con una notable disminución de costes.
Debemos, finalmente, considerar ciertas limitaciones a la hora de pensar en el autoseguro como posible solución:
• Existe una cierta inercia o pereza dificil de vencer en el empresario a la hora de montar adecuadamente el programa de autoseguro y su fondo (especialemente, este último).
• El fondo no es un gasto deducible en el Impuesto de Sociedades.
• Frecuentemente existe inexperiencia o falta de estadísticas suficientes para valorar el fondo necesario.
• Deberá existir un volúmen adecuado que compense recurrir al autoseguro y que suponga un ahorro importante respecto a la transferencia histórica al seguro.
A nivel privado o particular pocos son los patrimonios que pueden permitirse el lujo del autoseguro salvo frente a riesgos de nula trascendencia (la rotura de un cristal o la avería de un ordenador). Por el periodo de retorno del presunto ahorro alcanzado recomiendo olvidarse del autoseguro en el seno de una familia.