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Cuando lo extraordinario se convierte en normal

Tras la crisis financiera del año 2008 la mayoría de las economías avanzadas experimentaron recuperaciones anémicas, sus bancos centrales se vieron forzados a dejar las políticas monetarias convencionales, tales como la reducción de las tasas interés oficiales a través de compras en el mercado abierto de bonos del Estado a corto plazo desplazándose hacia una diversidad de políticas no convencionales. A pesar de que se había alcanzado el límite nominal de cero para las tasas de interés, previamente sólo se consideraba como una posibilidad teórica y se había aplicado la política de tasas de interés cero (ZIRP), el crecimiento se mantuvo débil. Consecuentemente, los bancos centrales adoptaron medidas que ni siquiera existían en su conjunto de herramientas de política hace una década. Y, ahora, están a punto de hacer esto de nuevo.

La lista de políticas no convencionales fue extensa. Una vez que las tasas de corto plazo ya estaban en cero, esta lista incluyó la flexibilización cuantitativa (QE) y las compras de bonos del Estado a largo plazo. Estas políticas estuvieron acompañadas por la relajación del crédito, que tomó la forma de compras por parte de los bancos centrales de activos privados o semiprivados tales como hipotecas y otros valores respaldados por activos, bonos garantizados, bonos corporativos, fondos fiduciarios inmobiliarios, e incluso instrumentos de renta variable a través de fondos cotizados en bolsa. El objetivo fue reducir los diferenciales en el crédito privado (la diferencia entre los rendimientos de los activos privados y aquellos rendimientos de los bonos del Estado con un período de vencimiento similar) e impulsar, directa e indirectamente, el precio de otros activos de riesgo, tales como los precios de las acciones de renta variable y los inmuebles.

 

 

IMF go-home sign

Saving the IMF

In the run-up to the IMF’s annual meeting, former Fund official Ashoka Mody sizes up the best thinking about its post-crisis challenges.

PS On Point: Your review of the world’s leading opinions on global issues.

 

 

Luego hubo lo que en términos anglosajones se denomina "forward guidance" o un compromiso a futuro, es decir, el compromiso de mantener las tasas de interés oficiales en cero durante más tiempo del justificado por los fundamentos económicos, reduciendo, consecuentemente, aún más las tasas de interés a corto plazo. Este concepto hace referencia a los anticipos informativos de las decisiones de política monetaria de los bancos centrales para influir en las expectativas de condiciones financieras. Por ejemplo,  comprometerse a mantener las tasas de interés oficiales en cero, digamos, durante un período de tres años implica que las tasas de interés de los valores con un vencimiento de hasta tres años también deberían caer a cero, siempre y cuando las tasas de interés de medio plazo se basen en las expectativas referentes a las tasas de interés de corto plazo durante los próximos tres años. Y para coronar todo esto, hubo una intervención no esterilizada en el mercado de divisas con el propósito de impulsar las exportaciones a través de una moneda más débil, es decir, ampliando la oferta monetaria para depreciar el tipo cambio sin llevar a cabo ninguna operación de esterilización posterior.

Estas políticas, efectivamente, redujeron las tasas de interés a largo y medio plazo de los valores públicos y bonos hipotecarios. También estrecharon los diferenciales en tasas de interés crediticias  de activos privados, impulsaron el mercado de valores, debilitaron la moneda, y redujeron las tasas de interés reales al aumentar las expectativas de inflación. Por lo tanto, fueron parcialmente eficaces.

Pero aún con todo esto, en la mayoría de las economías avanzadas, el crecimiento (y la inflación) se mantuvieron en niveles relativamente bajos.Dado el desapalancamiento de altas deudas privadas y públicas, las políticas monetarias no convencionales pudieron evitar las recesiones severas y la deflación directa; pero, no pudieron lograr un crecimiento robusto y una inflación del 2%.

Por otra parte, la combinación de políticas no fueron del todo óptimas. Si bien la política monetaria puede desempeñar un papel importante con respecto a impulsar el crecimiento y la inflación, se necesitan políticas estructurales para aumentar el crecimiento potencial y evitar que las empresas, los hogares, los bancos y el gobierno se conviertan en zombis, crónicamente incapaces de gastar porque tienen demasiada deuda. Y, también fueron necesarias políticas fiscales para apoyar a la demanda agregada.

Desafortunadamente, la economía política de la mayoría de las reformas estructurales con sus costes imputados al principio y beneficio recibidos al final implica que dichas reformas progresen muy lentamente. Al mismo tiempo, la política fiscal se ha visto limitada en algunos países por los altos déficits y deudas (que ponen en peligro el acceso al mercado), y en otros (tales como en los países de la eurozona, el Reino Unido y Estados Unidos) por una reacción política contra un mayor estímulo fiscal, lo que lleva a la aplicación de políticas de austeridad que socavan el crecimiento a corto plazo. Así que, nos guste o no, los bancos centrales se convirtieron en, y continúan siendo, los únicos que pueden actuar cuando se trata de brindar apoyo a la demanda agregada, aumentar el empleo y prevenir la deflación.

Como resultado de ello, las políticas monetarias no convencionales arraigadas durante casi una década han llegado a convertirse en convencionales. Y, en vista del persistente bajo y contenido crecimiento y del riesgo de deflación en la mayoría de las economías avanzadas, los formuladores de políticas monetarias tendrán que continuar su lucha solitaria con un nuevo conjunto de políticas monetarias no convencionales dentro de las políticas no convencionales.

Algunas de estas medidas ya se han aplicado. Por ejemplo, las tasas de interés oficiales negativas (NIRP) son ahora estándar en Suiza, Suecia, Dinamarca, la eurozona y Japón, donde las reservas en exceso que los bancos mantienen en los bancos centrales, como resultado de la QE se gravan con una tasa negativa. Los formuladores de políticas han pasado de trabajar en la cantidad de dinero (Quantitative easing, relajación de crédito, y la intervención en el tipo de cambio) para trabajar en el precio del dinero (primero ZIRP, a continuación Forward guidance, y ahora NIRP). Las tasas de interés nominales son ahora negativas no sólo para la deuda, sino también para los bonos del Estado a diez años. De hecho, hoy en día, alrededor de $6 millones de millones de dólares en bonos del Estado en todo el mundo tienen rendimientos nominales negativos.

La siguiente etapa de políticas monetarias no convencionales dentro de las políticas no convencionales en caso de que los riesgos de recesión, deflación y crisis financiera aumentan drásticamente podría tener tres componentes. Primero, los bancos centrales podrían gravar el dinero en efectivo para evitar que los bancos intenten evitar el impuesto a la tasa de interés negativa sobre el exceso de reservas. Si los bancos no pueden cambiar sus reservas a dinero en efectivo (de tal modo que ganen tasas de interés cero), los bancos centrales podrían adentrarse aún más en territorio negativo en lo que se refiere a la aplicación de tasas de interés oficiales.

En segundo lugar, QE podría evolucionar hasta convertirse en financiación monetaria directa de los bancos centrales para los déficits fiscales de mayor tamaño. De hecho, el reciente rumor en el mercado se refiere a los beneficios provenientes de la monetización permanente de los déficits y deudas públicas. Por otra parte, si bien la QE ha beneficiado a los tenedores de activos financieros al impulsar al alza los precios de las acciones, bonos y bienes raíces, también ha alimentado la creciente desigualdad. Un dinero que cae del cielo (a través de recortes de impuestos o transferencias financiadas por dinero recién impreso) pondría dinero directamente en las manos de los hogares, impulsando el consumo.

En tercer lugar, la relajación del crédito por parte de los bancos centrales, o las compras de activos privados, podría ampliarse significativamente. Piense en compras directas de acciones, bonos corporativos de alto riesgo y de préstamos malos de los bancos.

Si las políticas monetarias no convencionales dentro de las políticas no convencionales aparentan ser un poco alocadas, vale la pena recordar que sólo hace unos pocos años lo mismo se dijo acerca de las políticas no convencionales que ahora son convencionales. Y si las condiciones actuales en las economías avanzadas se mantienen arraigadas dentro de una década, los dineros que caen del cielo, la monetización de la deuda, y la imposición de impuestos al dinero en efectivo pueden llegar a ser las nuevas políticas de expansión monetaria,relajación del crédito , Forward guidance, o políticas de tipos, en primer lugar en niveles de cero y actualmente en terreno negativo. Veremos donde termina todo esto, pero no cabe duda que  en tiempos desesperados se requieren medidas desesperadas.

Javier Flórez

@FlorezJav

 

 

 

 

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  1. en respuesta a Comstar
    -
    Top 100
    #7
    18/04/16 19:26

    Sí el dinero es subjetivo, su valor para que discutirlo...Todo dinero que no sirva para intercambiar bienes.y servicios es falso...pues sale de su concepto...un abrazo

  2. #6
    18/04/16 18:06

    Interesante post. Estoy de acuerdo en que hay conceptos que parecen alocados pero que pocos años más tarde son algo normal. El QE o los tipos de interés negativos entran en esa categoría. Hay un concepto interesante, 'la ventana de Overton', que determina el espectro de temas y medidas políticas consideradas admisibles en cada momento. Las propuestas que quedan fuera de la ventana se consideran 'radicales'.

    Creo que medidas como el Dinero Positivo y la Renta Básica están fuera de esa ventana en este momento, pero la ventana se está ampliando ahora mismo drásticamente, viendo que las medidas 'convencionales' están fracasando, así que dentro de poco estos conceptos entrarán en el debate técnico y político. Es más, creo que se terminarán implantando y dentro de un tiempo se considerarán de puro sentido común, como las vacaciones pagadas o el voto femenino.

  3. Top 100
    #5
    18/04/16 16:03

    Creatividad financiera es imprimir dinero falso y ponerle un nombre creativo a la impresión.

  4. en respuesta a Javiflo
    -
    Top 100
    #4
    18/04/16 14:31

    No hay de que javi...hace tres mil.años no había bancos centrales y se adquirían deudas...mucho antes comenzó la moneda cuando una vaca costaba 30 gallinas...y en el intercambio solo se ofrecían 25 para las cinco restantes emitieron monedas...no se la diferencia la verdad...un abrazo...

  5. en respuesta a 8........s
    -
    #3
    17/04/16 23:40

    Los ciclos se repiten pero las medidas aplicadas para intentar solucionar los desequilibrios no. Es un camino inexplorado algunas de las medidas como los tipos negativos por parte de los bancos centrales. Ya pueden hacer lo que quieran los bancos si seguimos emitiendo deuda a lo bestia para financiar los déficit fiscales de los países. Entramos en Lo desconocido y debemos de intentar anticipar las segundas derivadas,aunque no será fácil debido al gran número de factores que impactan.

    Muchas gracias por tu comentario.

  6. Top 100
    #1
    17/04/16 16:36

    Desde hace seis mil años se sigue haciendo lo mismo...no veo ninguna diferencia a los estímulos estos...que los acaecidos en las demás crisis históricas que no terminaron en guerras internas...nuevos neologismos para viejas políticas
    ..un abrazo


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