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RINCÓN GASTRONÓMICO - OTTOCENTO

Ya han terminado las vacaciones y con ellas la terrorífica temporada del chiringuito, el bocata mortadela, el tinto de verano y la ensalada mixta de todos los días. Así que como cada viernes vamos a salir a cenar fuera como Dios manda.

Hoy toca un sitio que conocí hace poco tiempo y de pura casualidad. Hablamos de OTTOCENTO. Un restaurante lleno de encanto en pleno barrio de Chueca, muy cerca de la parada de metro de Chueca.

Al cruzar su puerta, un intenso mar azul nos envuelve y nos traslada en un viaje a través del tiempo 150 años atrás, resucitando una de las tabernas más míticas de la capital: La Carmencita. Al mirar sus lámparas, al vernos reflejados en sus espejos y al sentir el frío tacto de los octogenarios azulejos de la pared, es inevitable imaginar el Madrid de finales del siglo XIX. Y es que reflexionar sobre el paso del tiempo es un ejercicio indispensable para entender la filosofía de un local cuyo lema es “Ama el momento”.

¿Y qué mejor para amar el momento que un restaurante lleno de pequeños detalles? Nada más sentarte en la mesa descubrirás la primera sorpresa: dos plastidecores junto a un mantel individual de papel blanco. ¡Saca al artista que llevas dentro mientras esperas por los aperitivos! Las tarjetas de Ottocento esconden otro original detalle pues, aunque todas tienen en común una cara azul con los datos del local, los reversos tienen preciosas fotos ocres en los que una vez más el regreso al pasado es la nota dominante. Por último, las imprescindibles cerillas hacen que los recuerdos de Ottocento sean más luminosos y menos evanescentes. ¿Y qué decir de la música? Maravillosa siempre. Una deliciosa combinación de mambo y jazz que pone la guinda a un ambiente fantástico.

Pero lo mejor de todo es que la puesta en escena no hace sombra al menú. Si bien es cierto que no es muy extenso, todos los platos están muy cuidados y, sin duda, te sorprenderán. Para empezar, nada mejor que la Provoleta Dúo o el Tartar de Atún Rojo. He probado las dos y no sabría con cuál quedarme. Dos auténticas delicatessen. A continuación podéis seguir con las Milanesitas de Solomillo, la Suprema Fugazzeta y el Solomillo Argentino. Las tres opciones son deliciosas. Aunque no lo probé, una señora que se sentaba en la mesa de al lado se quedó impresionada con su Rissotto Negro. La verdad es que eran tales los halagos que apetecía meter el tenedor y probar ese rissotto. Pero uno, aunque es de pueblo, intenta mantener siempre las formas por lo que me quedé con la duda.

Para terminar, los más golosos pueden rendirse ante el Chocolate en Tres Texturas, la Panna Cotta de Pistachos o el Panqueque de Dulce de Leche. Son unos postres tan exquisitos que no me sorprendió cuando mi novia (otrora tierna, adorable y generosa) mostró sus afilados colmillos de leopardesa y con una terrorífica y gutural voz gruñó: “no quiero compartir postre... quiero uno todo para mí”. Al ver sus mirada inyectada en sangre comprendí que me rendía a sus deseos o mi vida corría peligro. Menos mal que el dulce de leche la devolvió a su cálido estado natural, mientras la Panna Cotta sacaba el miedo de mi cuerpo (mmmmmm... panna cottaaaaa....)

Como todo psicótico hipocondriaco, tengo mis costumbres (otros las llamarían manías de pirado pero yo prefiero “costumbres”, que me parece más aséptico) y no puedo abandonar un local sin cotillear antes el lavabo. El de Ottocento es muy auténtico. La expresión “cadena del water” cobra todo su sentido al ver la cisterna. Ya no se ven lavabos de los de antes. “Lávate las manos como hacía Valle-Inclán” puede ser un buen eslogan para Ottocento. Por cierto, al salir del baño ten cuidado con no chocar contra los camareros pues prácticamente tendrás que atravesar la cocina. Otro sorprendente detalle de del restaurante de hoy.

Los precios son muy razonables para la calidad y originalidad de platos y ambiente. Calculad entre 25€ y 35€ por persona (sin vino y sí con Coke – sé que soy un gañán, no lo puedo evitar). Si vais a hacer una reserva, pedid la mesa número 10. Es la que está pegada a una de las ventanas y, sin duda, es el mejor rinconcito del local.

Y después de cenar, os propongo ir al cine a ver “2 días en París”. Una de las comedias románticas más inteligentes y divertidas que he visto en mi vida. Nada que ver con las típicas pelis ñoñas de Hugh Grant en plan chico-conoce-chica, amor, desamor, otra vez amor en el último momento (a ser posible en un aeropuerto) y chistes puntuales por parte del “amigo grotesco” del prota. “2 días es París” es una película fantástica, con un gran guión, muy buenas interpretaciones y una dirección magnífica. ¡No os la perdáis!

Ya tenéis plan para el fin de semana. Un fuerte abrazo y ¡a gastar esos dividendos!



DATOS DE OTTOCENTO:

Dirección: C/Libertad 16, esquina San Marcos (barrio de Chueca)
Teléfono: 915 22 48 38 / 915 21 69 04
Página web: http://www.ottocento.es/
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  1. #7
    Anonimo
    20/01/08 23:41

    De momento no tieness crítica Sr. Ian Wright, pero tu sigue con este rinconcito, que el fin de semana largo de mayo tengo reserva en un room mate para patear Madrid, ya te contare, BRAVO TÚ, BRAVO TODOS Y LA MADRE QUE NOS PARIÓ, un abrazu neñu y se buenu...

  2. #6
    20/01/08 19:52

    Coño Ruben!!! Qué sorpresa jajaja!!Qué ye de tu vida, ho? Espero que te haya gustado el Ottocento. Si no es así, tendré que compensarte con unas botellinas por Gijón. Un abrazo, cabronón!! :))))

  3. #5
    Anonimo
    17/01/08 21:37

    Hola buenas Don Jose María, en otros tiempos nos hubieses cortado la cabeza por llamarte por tu nombre legal, como nos criamos juntos y tus palabras casi siempre me convencieron, me voy a guiar de tu rincón gastronómico para sobrevivir un fin de semana en la Capital .De no resultar, la critica espero la recibas en algún barucu de nuestra querida tierra.
    Un abrazo y mucha suerte del que un dia te dio envidia de sus patillas. Rubén.

  4. #4
    Anonimo
    02/10/07 13:12

    Si vienes a Bilbao pasate por CASA RUFO.


    Saludos

  5. #3
    Anonimo
    04/09/07 23:21

    ¡¡EL CERVANTES DE NUESTRO SIGLO!!

  6. #2
    Anonimo
    01/09/07 22:20

    Amigo Rebuzner como estas?, quería saludarte y decirte que sigo leyendo tu blog, tu entrada de hoy me a parecido excelente, creo que deberías probar por ser escritor que te iría muy bien, desde Quito – Ecuador casi que me transporte al Ottocentro mientras leía. Bueno saludos y hasta pronto.
    Juan José Jiménez

  7. #1
    31/08/07 22:50

    Precisamente este tipo de detalles hacen la felicidad.

    Saludos.
    Rafa