15. Lee, lee y lee
Las finanzas dan para muchas vidas dedicadas a las lecturas. Si crees que sabes mucho, eres un novato. Cuanto más sabes, más te das cuenta de lo poco que sabes. Esta “carrera” es como subir una montaña. Llegas a lo que pensabas que era la cima sólo para descubrir que era un mero “descansillo” que da paso a otra pared. Sólo cuando eres consciente de tu ignorancia serás capaz de aprender.
16. La Bolsa son sólo negocios
Esto no es un juego, ni algo vibrante. Normalmente las cotizaciones de tus acciones (si has seguido los consejos que te he dado) no te van a hacer saltar de la silla, a menos que una subida del 0,08% en un día te parezca algo espectacular. Olvida esos tópicos que sólo harán que aumentes tu apetito por el riesgo.
A la Bolsa se viene a Rentabilizar, no a Sentir. El análisis de empresas es una labor dura y gris. La mayor parte de las veces te pasarás semanas analizando una empresa para que, al final, decidas no comprar. Y así una y otra vez. Siempre analizas lo mismo de la misma manera. Siempre igual. Gris, gris, gris. Pasarás temporadas de varios años sin operar, manteniendo tu cartera intacta. No sentirás ninguna emoción. Es más, si sientes emociones estás haciendo algo mal. Ve a la Bolsa como si fueras al trabajo. Sólo son negocios. Si una buena empresa está a buen precio, compras. Si no, no compras. Fin de la historia.
17. No busques la fórmula mágica
Es más común en los seguidores del Análisis Técnico, aunque también hay muchos casos entre los Fundamentalistas. No existe la fórmula que en poco tiempo y sin esfuerzo te haga rico. Así de sencillo: NO EXISTE. Y no te equivoques, el PER (o cualquier otro ratio fundamental o método de valoración) no es más fiable que el MACD o que el RSI por el mero hecho de ser un ratio fundamental. Muchos “fundamentalistas” resumen el 90% de su análisis en los ratios de una empresa. ¿Tiempo total empleado para el análisis? 20 minutos. Si le añades algunos ratios sobre el balance y la rentabilidad puedes llegar a 60 minutos. Eso es un atajo que no sirve para nada.
Lee los puntos 6, 7, 8, 9, 10, 12 y 14. Analizar una empresa te va a llevar mucho tiempo. Dependiendo de lo que ya conozcas el sector puede llevarte de una semana a un mes. Si analizas una empresa en una hora, a menos que sea un análisis previo de mínimos imprescindibles, no has analizado nada. Personalmente, en unos 30 minutos puedo decidir si una empresa me interesa o si no me interesa. A partir de ahí, voy pasando pequeños filtros hasta que, por ejemplo, 20 días después decido finalmente si la compro o si no la compro. Ya te he dicho que esto es un negocio, no un juego.
18. Desconfía de gurús, bloggers, periodistas y profesionales
Aquí nadie sabe nada. Ni Warren Buffet sabe si al comprar una empresa le va a salir bien o mal. Un analista que trabaje en Goldman Sach no tiene más idea que tú sobre el futuro de una acción y, mucho menos, sobre su futuro inmediato. Da lo mismo que te hayas entrevistado con la directiva, que tengas un modelo de valoración completísimo o que le pongas una estimación de crecimiento del 7,83% en vez de el 9,12%. Lo que intentamos es adivinar el futuro y eso, como todo el mundo sabe, sólo lo puede hacer Aramís.
Si tu análisis te dice “compra”, no dejes de comprar por mucho que hablen del peligro de la macro o porque a un analista le parezca la peor opción del sector. De la misma manera, no dejes de vender por mucha recomendación de compra que haya sobre el valor. Recuerda que nadie sabe nada o, lo que es lo mismo, aquí todos sabemos lo mismo que tú. ¡Hazlo todo a tu manera siempre!
19. Desconfía de las “oportunidades únicas”
Por definición, cuando alguien me propone una inversión con un retorno esperado superior al 10% anual digo NO de entrada. Lo más curioso es que cuando te proponen algo suele ser para ganar un 20% o un 25% anual “seguro”. En esos casos (la mayoría) no dudo ni un instante y cuelgo el teléfono (antes pregunto de qué inversión me está hablando para que en el futuro, cuando vea en la prensa que la compañía ha quebrado, acordarme y echar unas risas).
Si tu broker o tu banquero de inversión o el de la sucursal de tu banco o tu vecino del quinto te propone una “oportunidad única”, piensa qué tendrá esa oportunidad para que no se la quede enterita Emilio Botín. ¿Por qué se complica la vida Botín dirigiendo el Santander, si desde su propio banco me ofrecen invertir en huertos solares (es un ejemplo imaginario) que dan una rentabilidad del 25% anual?
20. Compra empresas, no acciones
Es la conclusión inevitable de todo este artículo. Actúa como un empresario que toma participaciones en empresas para obtener un objetivo de rentabilidad predeterminado. El empresario se guía por la rentabilidad y no huye despavorido ante el primer problema. Analiza la estrategia, la filosofía y el proyecto de la empresa. Hazlos tuyos y ya serás un auténtico empresario. Utiliza tus productos y “mima” tus empresas. Piensa sólo a largo plazo y analiza cada acontecimiento (desde una subida del paro hasta la crisis subprime) no por su impacto en la cotización sino por su impacto en la rentabilidad a largo plazo de tu empresa. Te aseguro que cuando cumplas los 19 puntos anteriores, esto te saldrá solo.
Y si al llegar hasta aquí has visto que no eres capaz de seguir estos consejos, no lo dudes y deja tu dinero en manos de buenos profesionales (hay algunos, en serio) o mete tu dinero en activos sin riesgo. Vivirás mejor y perderás menos.