Las acciones tecnológicas dependen en gran medida del gasto de las empresas en bienes de equipo. Debido a esto, son empresas bastante cíclicas (es cierto que unas más que otras, pero todas comparten un importante “poso” cíclico). Esto dificulta la toma de decisiones pues soy de los que opinan que a las empresas cíclicas se las compra después de un periodo de enfriamiento o no se las compra.
Sin embargo, lo que estamos viendo en el mercado me está dando mucho que pensar. La bolsa anticipa un 2008 bastante malo a nivel macro, sobre todo en Estados Unidos. La verdad es que tampoco soy muy optimista (más que nada porque ya pasó bastante tiempo desde la última recesión y, a menos que la economía haya dejado de ser cíclica – cosa poco probable – tarde o temprano tiene que llegar el “descansito”). Este pesimismo generalizado, ha hecho que desde que empezara el año las empresas tecnológicas hayan caído con mucha fuerza.
El problema, lo que me pone las cosas difíciles, es que el verdadero motor del crecimiento de estas compañías (a nivel macro) ya no es ni Europa ni USA sino una retahíla de países emergentes (China e India a la cabeza) que no presentan tantas tensiones como las economías de los países desarrollados. Por tanto, la influencia de las viejas economías será cada vez menor. A esto tenemos que unir las valoraciones atractivas en muchos blue chips tecnológicos. Aplicando cualquier método de valoración, encontraremos a algunas grandes empresas tecnológicas infravaloradas tanto de forma relativa como de forma absoluta. Algunas, incluso, cumpliendo con criterios de valoración típicos de sectores más conservadores. Por eso, más que chips, parece que venden alpargatas.
Otra característica de estas grandes empresas tecnológicas, es la presencia de balances poderosísimos. La ausencia de deuda se combina con millonadas en activos líquidos que no sólo les permitirá afrontar con tranquilidad cualquier periodo de crisis, sino que además les proporciona la fuerza financiera necesaria para continuar en la vanguardia tecnológica mientras cimientan su expansión por las economías emergentes.
Mis favoritas son:
Intel (INTC). El mayor fabricante mundial de semiconductores. PER 21,42 veces y 2,00% de rentabilidad por dividendo. Cuenta con $13.000 millones entre cash y activos financieros de corto plazo y $2.800 millones de deuda total. Descenso del 16,50% desde comienzos de año.
Dell (DELL). El segundo mayor fabricante de ordenadores del mundo. Planea vender sólo en China más de 1.000 millones de ordenadores en los próximos años. Se encuentra en plena reestructuración, flexibilizando la base del negocio. Cuenta con $12.605 millones entre cash y activos financieros de corto plazo y $658 millones de deuda total. PER 15,93 veces y no paga dividendos, aunque acaba de aprobar un plan de recompra de acciones por valor de $10.000 millones. Descenso del 15,38% desde comienzos de año.
Cisco (CSCO). Líder mundial en soluciones de red e infraestructuras para internet y equipos de telecomunicaciones. PER 20,44 veces y no paga dividendos. Cuenta con $24.679 millones entre cash y activos financieros de corto plazo y $6.582 millones de deuda total. Descenso del 6,06% desde comienzos de año.
Son empresas cuyos accionistas deberían estar preparados para soportar fuertes volatilidades, aunque con la tranquilidad de haber apostado por empresas con fuertes ventajas competitivas, mejores que la competencia y con fortísimos balances. No dejéis de analizarlas. Son las Johnson & Johnson de la tecnología.