The Financial Services Authority (FSA), que se puede traducir como Autoridad de Servicios Financieros, fue un órgano cuasi-judicial encargado de regular la industria de servicios financieros en el Reino Unido entre 2001 y 2013.
El consejo de administración del FSA fue designado por El Tesoro de Su Majestad, a pesar de que su función era independiente al Gobierno. Se estructuró como una compañía limitada por garantía, y fue financiada en su totalidad por los honorarios cobrados a la industria de servicios financieros.
La FSA adoptó su nombre en 1997, en lugar de lo que se conocía como
Securities and Investment Board o SIB (Junta de Valores e Inversiones en Español), entidad fundada en 1985 y que hasta entonces cumplía con el rol regulador del
sistema financiero.
Pero no fue hasta diciembre del 2001 que la FSA comenzó a ejercer los poderes que le otorgaba la Ley de Mercados y Servicios Financieros del 2000. De ese modo, se buscaba dar fin al modelo de autorregulación de la SIB. Esto, después de una serie de escándalos en la década de 1990, que terminó con la caída de Barings Bank.
Debido a la falta de reglamentación percibida por los bancos durante la crisis financiera de 2007-2008, el Gobierno del Reino Unido decidió reestructurar la regulación financiera y la abolición de la FSA.
El 19 de diciembre de 2012, con la Ley de Servicios Financieros 2012, se disuelve oficialmente la FSA con efecto a partir del 1 de abril de 2013. Sus responsabilidades se dividieron entre el Banco de Inglaterra y dos nuevas agencias: la Autoridad de Regulación Prudencial (Prudential Regulation Authority) y la Autoridad de Conducta Financiera (Financial Conduct Authority).
La oficina principal de la FSA se encontraba en Canary Wharf, Londres, con otra oficina en Edimburgo.
Funciones del FSA
Las principales funciones de la FSA eran:
- Regular bancos, asesores financieros, compañías de seguros, intermediarios y entidades vinculadas al negocio de las hipotecas.
- Impulsar la confianza del mercado en el sistema financiero del Reino Unido.
- Fomentar la conciencia y comprensión del sistema financiero de Reino Unido.
- Proteger al consumidor.
- Prevenir y reducir los impactos de los crímenes financieros.
- Lograr una mayor estabilidad financiera.
- Fomentar la transparencia en el sistema financiero.
División de la FSA
Como mencionamos previamente, al disolverse la FSA, sus funciones se repartieron entre otras dos nuevas autoridades.
Por un lado, la Autoridad de Regulación Prudencial (PRA por sus siglas en inglés), tiene como función principalmente asegurar que los proveedores de servicios financieros (bancos, sociedades de préstamo inmobiliario, cooperativas de crédito, compañías de seguros y empresas de inversión) mantengan un nivel de capital suficiente y establezcan un adecuado control de riesgos.
La PRA ejerce su rol de supervisión para poder intervenir en caso alguna entidad financiera no esté desarrollando sus actividades de forma segura, por ejemplo, si está realizando inversiones de muy alto riesgo.
La PRA es parte del Banco de Inglaterra. Sus decisiones las toma un comité conformado por varios miembros, entre los que se encuentra el gobernador del Banco de Inglaterra y el director ejecutivo de la Autoridad de Conducta Financiera.
La Autoridad de Conducta Financiera (FCA por sus siglas en inglés) tiene la función de supervisar el mercado financiero, principalmente protegiendo a los consumidores. Así, se encarga de regular la conducta de alrededor de 50.000 negocios, supervisa 48.000 empresas y establece estándares específicos para aproximadamente 18.000 compañías (según datos oficiales de la web de la institución).
Los individuos y las firmas deben estar autorizados por la FCA para llevar a cabo ciertas actividades financieras. Una vez logrado el visto bueno, serán supervisados para asegurar que siguen cumpliendo los estándares definidos por la FCA.
Los objetivos de la FCA son, en resumen, proteger a los consumidores, asegurar la integridad del sistema financiero del Reino Unido y promover la competencia en interés del público.
La FCA se constituyó como una entidad independiente, financiada con las tarifas de las firmas que regula.
En resumen, la PRA se centra en la supervisión de las entidades financieras con énfasis en el control de riesgos, mientras que la FCA está más dedicada a la protección de los consumidores.