Un trabajador por cuenta ajena es una persona que realiza un trabajo en el marco de una relación laboral con un empleador o una empresa. En otras palabras, es un empleado que trabaja para otro individuo o entidad a cambio de un salario o sueldo, y está sujeto a la dirección y supervisión del empleador en términos de tareas, horarios y condiciones laborales.
Un trabajador por cuenta ajena es alguien que desarrolla su actividad laboral, es decir, una
actividad económica, bajo la dirección de otra persona o empresa. A diferencia de los
trabajadores autónomos, quienes son su propio jefe y toman todas las decisiones sobre su negocio, los trabajadores por cuenta ajena son parte de una estructura organizada donde tienen asignadas tareas específicas y horarios a cumplir. La relación laboral se rige por un contrato que estipula condiciones como
salario, horario y funciones, y es el empleador quien se encarga de dar de alta al trabajador en el sistema de
Seguridad Social.
La característica más notable de ser trabajador por cuenta ajena es la seguridad y estabilidad que, en general, ofrece este tipo de
empleo. A cambio de su trabajo, el trabajador recibe un salario fijo, así como una serie de beneficios sociales y laborales. Esto incluye derechos como el permiso de maternidad o paternidad, vacaciones pagadas y prestaciones en caso de enfermedad o
desempleo. Asimismo, los trabajadores por cuenta ajena suelen tener acceso a oportunidades de formación y desarrollo profesional proporcionadas por el empleador, lo cual puede abrir puertas a futuros avances o promociones en la carrera del empleado.
Sin embargo, esta estabilidad tiene su contraparte. Al estar bajo la dirección de otra persona o entidad, el trabajador por cuenta ajena tiene menos libertad para decidir sobre su jornada laboral o el lugar desde donde trabaja. Además, en caso de desacuerdo con las decisiones de la empresa o el jefe, las opciones son más limitadas en comparación con un trabajador autónomo, quien tiene la última palabra en su propio negocio.
En cuanto a curiosidades, a lo largo de la historia, las condiciones laborales de los trabajadores por cuenta ajena han ido evolucionando significativamente. Hace un par de siglos, cuando la Revolución Industrial cambió la forma en que se trabajaba, las condiciones eran extremadamente duras y los trabajadores tenían pocos o ningún derecho. Hoy en día, en cambio, existen numerosas leyes y regulaciones que protegen los derechos de los trabajadores, aunque todavía hay mucho camino por recorrer en algunos
sectores y países.
¿A quién consideramos trabajador por cuenta ajena y a quién no?
En el marco laboral español, se considera trabajador por cuenta ajena a toda persona que desempeñe una actividad profesional bajo las directrices de un empleador o empresa, a cambio de un salario. Pero ojo, no todo el mundo que trabaja en algo es un trabajador por cuenta ajena. Pero, ¿cómo distinguimos quién entra en esta categoría y quién no?
Principalmente, se reconocen como trabajadores por cuenta ajena aquellos que cumplen con ciertos requisitos. Por ejemplo, si tienes un horario laboral establecido por la empresa, un lugar de trabajo fijo asignado por tu empleador y cumples con unas tareas concretas que alguien más ha decidido por ti, entonces, estás trabajando por cuenta ajena. Además, uno de los indicios más claros es que la empresa para la que trabajas realiza las cotizaciones sociales en tu nombre, liberándote de esa responsabilidad.
En cambio, hay figuras que podrían parecer trabajadores por cuenta ajena pero que no lo son. Pongamos como ejemplo a los freelancers o a los trabajadores por cuenta propia, más conocidos como autónomos. Aunque un autónomo puede trabajar para una empresa o incluso varias, no está sujeto a un horario estricto impuesto por un empleador ni a un lugar de trabajo específico. Además, los autónomos se encargan de sus propias cotizaciones sociales y asumen ellos mismos el riesgo de su actividad económica.
También hay que tener en cuenta las cooperativas de trabajo asociado, donde los trabajadores son a la vez socios. En estos casos, a pesar de que pueden existir algunos elementos similares al trabajo por cuenta ajena, como un lugar de trabajo o ciertas tareas asignadas, la estructura de toma de decisiones y el reparto de beneficios y responsabilidades son distintos, lo que a menudo los excluye de ser considerados trabajadores por cuenta ajena en el sentido estricto del término.
En resumen, la clave para determinar si alguien es trabajador por cuenta ajena o no reside en el nivel de control y dirección que un empleador ejerce sobre la persona, así como quién asume las responsabilidades fiscales y sociales.
Características del trabajador por cuenta ajena
Si todavía no eres capaz de identificar qué es un trabajador por cuenta ajena, a continuación te señalo todas aquellas características que lo definen con el fin de aclarar, aún más, este importante concepto.
La primera y más evidente es que trabajas para un empleador. Esto significa que no eres tu propio jefe, sino que te incorpora una estructura ya establecida. Tienes un horario, unas tareas asignadas y un lugar de trabajo que, salvo excepciones como el teletrabajo, suele estar definido por la empresa.
Otra característica importante es el contrato laboral. Este documento, firmado tanto por el empleador como por el empleado, detalla todas las condiciones de tu empleo: qué tareas vas a realizar, cuál será tu salario, cuántos días de vacaciones tienes, entre otros aspectos. Es la hoja de ruta de la relación laboral y ofrece seguridad tanto a la empresa como al trabajador.
En lo que respeta al salario, como trabajador por cuenta ajena, recibes una remuneración fija que se paga normalmente por meses. Esta cantidad puede variar según tu antigüedad, méritos o el sector en el que te encuentres, pero la certeza de tener un ingreso regular es una de las grandes ventajas de este tipo de empleo.
Desde el punto de vista de las obligaciones legales, el empleador se encarga de las cotizaciones a la Seguridad Social. Esto no solo te da derecho a la asistencia sanitaria, sino que también es tu red de seguridad para el futuro, ya que estás cotizando para tu jubilación y para recibir posibles prestaciones por desempleo o incapacidad.
Por último, como trabajador por cuenta ajena, tienes una serie de derechos laborales garantizados por ley. Esto incluye jornada laboral con descansos, días festivos, vacaciones pagadas y, en algunos casos, permisos especiales por motivos familiares o de salud.
El trabajador por cuenta ajena y el trabajador por cuenta propia
A la hora de incorporarnos al mercado laboral, como hemos señalado, podemos incorporarnos, básicamente, de dos maneras: como trabajador por cuenta ajena, es decir, como trabajador de una empresa que esté interesada en contratarnos, y como trabajador por cuenta propia, o lo que es lo mismo, como autónomo en un negocio creado por nosotros mismos. En ambos casos hablamos de trabajadores, como es obvio, pero debemos saber que existen muchas diferencias que distinguen al uno del otro.
En este apartado vamos a conocer todas las diferencias que hay entre ellos para, apoyándonos en los explicado hasta el momento, no confundirlos.
Cuando eres trabajador por cuenta ajena, trabajas para alguien más, normalmente una empresa o un empleador individual. Tienes un horario fijo, un lugar de trabajo asignado y tus tareas están establecidas por tu empleador. Además, el empleador es quien se encarga de hacer las cotizaciones a la Seguridad Social por ti. En este tipo de relación laboral, el riesgo empresarial lo asume completamente el empleador, es decir, si las cosas van mal en el negocio, tu salario y tu puesto, en principio, no deben verse afectados inmediatamente.
Por otro lado, el trabajador por cuenta propia o autónomo es su propio jefe. Puede elegir qué trabajos realizar, para quién y cómo. Los autónomos no tienen un salario fijo; ganan dinero en función de los trabajos que realizan y los clientes que tienen. A diferencia del trabajador por cuenta ajena, los autónomos deben gestionar sus propias cotizaciones a la Seguridad Social y asumir todo el riesgo empresarial. Si el negocio va mal, el impacto es directo en su ingreso.
En cuanto a las obligaciones legales y fiscales, el trabajador por cuenta propia tiene que hacer muchas más gestiones. Deben darse de alta en el
Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), y suelen tener que presentar declaraciones de impuestos trimestrales, algo que el trabajador por cuenta ajena no hace de forma individual, ya que está cubierto por la empresa para la que trabaja.
Una clave de diferencia también reside en las prestaciones y beneficios. Los trabajadores por cuenta ajena tienen derecho a vacaciones pagadas, permisos ya una serie de garantías como el seguro de desempleo, algo que el autónomo no tiene de forma directa, ya que depende de sus propias aportaciones y de la naturaleza de su actividad económica.
En resumen, la principal diferencia entre ambos radica en la estructura de empleo y en quién asume los riesgos y obligaciones.
Cómo ser trabajador por cuenta ajena
Para convertirse en trabajador por cuenta ajena en España, el proceso es relativamente sencillo y estándar, aunque hay algunas variables según el tipo de empleo y la empresa. Lo primero que debes hacer es encontrar un empleo, algo que puedes lograr mediante diversas vías: buscando en portales de empleo en internet, a través de una agencia de colocación, o incluso por el clásico "boca a boca".
Una vez que has encontrado un trabajo y superado cualquier proceso de selección que la empresa tenga, lo siguiente es formalizar tu relación laboral con la empresa. Esto se hace a través de un contrato de trabajo, que es un documento legal donde se establecen las condiciones laborales, como el tipo de trabajo que vas a hacer, el horario, el salario, las vacaciones, entre otros aspectos. Tanto tú como tu empleador firmaréis este contrato.
Después de firmar el contrato, la empresa se encargará de darte de alta en la Seguridad Social. Este es un paso crucial, ya que es lo que te permitirá acceder a diversos beneficios como la atención médica, las bajas por enfermedad o la jubilación en el futuro. El alto en la Seguridad Social también implica que comenzarán a hacerse deducciones en tu salario para las cotizaciones sociales, algo que la empresa gestionará por ti.
A partir de ese momento, ya serás considerado un trabajador por cuenta ajena. Tendrás un horario que cumplir, unas tareas asignadas y recibirás tu salario de acuerdo con las condiciones estipuladas en tu contrato.
Es fundamental que conserve una copia de tu contrato y estés atento a tu primera nómina para confirmar que todo está en orden: que las deducciones son las correctas, que tu salario se ajusta a lo acordado, etc.
Y ahí lo tienes, una vez que dado de alta en la Seguridad Social y tienes tu contrato firmado, ya eres oficialmente un trabajador por cuenta ajena, con todos los derechos y obligaciones que esto conlleva.
El trabajador por cuenta ajena y el falso autónomo
El trabajador por cuenta ajena y el falso autónomo son dos figuras laborales que, aunque pueden parecerse en la superficie, tienen diferencias significativas cuando profundizamos un poco, especialmente en lo que respeta a derechos laborales y obligaciones fiscales. La confusión entre ambos es algo que algunas empresas aprovechan para evitar responsabilidades, por lo que es fundamental entender cómo se diferencian.
Un trabajador por cuenta ajena es alguien que tiene un contrato laboral con una empresa y que realiza su trabajo bajo la dirección y organización de esta. Esto quiere decir que la empresa decide tu horario, tus tareas, tu lugar de trabajo y te paga un salario fijo. Además, el trabajador tiene derecho a beneficios como vacaciones pagadas, cobertura de la Seguridad Social y protección ante despidos improcedentes.
En contraste, un falso autónomo es alguien que, aunque en la práctica trabaja como un empleado por cuenta ajena, está registrado como trabajador autónomo. Esto generalmente ocurre porque la empresa para la cual trabaja quiere evitar pagar las cotizaciones a la Seguridad Social y otros costos que implica tener a alguien en nómina. En estos casos, la persona suele trabajar exclusivamente para una empresa, en un horario y lugar determinado por esta, pero sin los derechos laborales que tendría un empleado.
Este tipo de arreglos son ilegales y perjudican al trabajador, ya que este no tiene acceso a las mismas protecciones y beneficios que un empleado por cuenta ajena. Además, el falso autónomo se ve obligado a hacerse cargo de sus propias cotizaciones sociales, lo que reduce su ingreso neto.
Para evitar caer en la trampa del falso autónomo, es crucial estar informado y conocer tus derechos. Si te encuentras en una situación donde realizas funciones similares a las de un empleado pero estás dado de alta como autónomo, es probable que estés ante un caso de falso autónomo. En estos casos, lo mejor es buscar asesoramiento legal para proteger tus derechos.
Derechos y obligaciones del trabajador por cuenta ajena
Los trabajadores por cuenta ajena tienen una serie de derechos y obligaciones que forman parte del marco legal laboral en España. Es esencial conocerlos bien, tanto si eres empleado como empleador, para mantener una relación laboral justa y adecuada.
En cuanto a los derechos, los más destacados son:
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Salario: Tienes derecho a recibir un salario acordado en tu contrato y que, como mínimo, debe cumplir con el Salario Mínimo Interprofesional establecido por el Gobierno.
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Descanso y vacaciones: Los trabajadores tienen derecho a descansos semanales ya un período de vacaciones anuales pagadas, generalmente de 22 días laborables.
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Jornada laboral: La duración máxima de la jornada laboral es de 40 horas semanales de trabajo efectivo, distribuidas en un máximo de 9 horas diarias, salvo que se acuerde otra cosa.
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Protección en caso de despido: En caso de ser despedido, tienes derecho a una indemnización, cuya cantidad dependerá de las circunstancias del despido y tu antigüedad en la empresa.
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Seguridad Social: Estás cubierto por el sistema de Seguridad Social, que te proporciona una serie de prestaciones como la atención médica, las bajas por enfermedad y las pensiones.
En relación con las obligaciones, estas son algunas de las más relevantes:
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Cumplir con tus tareas: Debes llevar a cabo las funciones y responsabilidades que se te asignan, según lo acordado en tu contrato laboral.
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Horario y asistencia: Es tu responsabilidad cumplir con el horario y asistir al lugar de trabajo establecido por la empresa.
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Seguir las normas de la empresa: Debes seguir las normas y directrices de la empresa, incluidas las medidas de seguridad e higiene.
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Confidencialidad: Tienes la obligación de mantener en secreto cualquier información confidencial de la empresa, tanto durante tu periodo laboral como después de finalizarlo.
Conocer y entender estos derechos y obligaciones te permite tener una relación laboral más equilibrada y justa, y te proporciona las herramientas para defenderte en caso de que alguna de las partes no cumpla con su parte del trato.
Ventajas y desventajas de ser un trabajador por cuenta ajena
Ser trabajador por cuenta ajena, es decir, trabajar para una empresa o un empleador, tiene tanto ventajas como desventajas. Cada una de estas caras de la moneda influye en tu vida laboral y personal, por lo que es importante tenerlas en cuenta cuando valoras tus opciones de empleo.
Ventajas de ser trabajador por cuenta ajena
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Estabilidad laboral y económica: Por lo general, cuando trabajas para alguien más, tienes un salario fijo que llega puntualmente cada mes. Esto te da una estabilidad económica que no siempre está garantizada si trabajas por cuenta propia.
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Beneficios sociales: Como trabajador por cuenta ajena, tienes derecho a una serie de beneficios que incluyen el seguro de salud, el acceso a una jubilación y, en algunos casos, otros extras como cheques de comida o bonos.
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Menos responsabilidad administrativa: Al trabajar para una empresa, te libras de la carga administrativa que conlleva ser autónomo. No tienes que preocuparte de facturas, impuestos y otras gestiones que requieren tener tu propio negocio.
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Oportunidades de desarrollo y formación: Muchas empresas ofrecen planes de desarrollo profesional y formación continua, lo cual es una ventaja para crecer en tu campo y mejorar tus habilidades.
Desventajas de ser trabajador por cuenta ajena
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Menos libertad: Tu horario y lugar de trabajo, así como las tareas que desempeñas, son decididas por tu empleador. Esta falta de control puede ser una desventaja si valoras tu independencia.
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Riesgo de despido: Aunque tengas ciertas protecciones legales, la estabilidad laboral puede verse amenazada en situaciones de crisis económica, reestructuraciones empresariales o conflictos con tu empleador.
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Salario limitado: Tu capacidad para aumentar tus ingresos generalmente depende de un ascenso o un aumento salarial decidido por la empresa. No tienes la libertad que ofrece el trabajo autónomo para ajustar tarifas o tomar más proyectos para aumentar tus ingresos.
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Equilibrio entre vida laboral y personal: En algunos trabajos por cuenta ajena, puede ser más difícil conseguir un equilibrio entre la vida laboral y personal, especialmente si hay jornadas largas o turnos rotativos.
Entender estos pros y contras te ayudará a tomar una decisión más informada acerca de qué tipo de empleo se adapta mejor a tus necesidades y aspiraciones.
Ejemplo de trabajador por cuenta ajena
Para terminar, pongamos un ejemplo práctico que nos permita entender qué significa ser un trabajador por cuenta ajena.
La historia de Marta, una enfermera que trabaja en un hospital
Marta tiene un contrato indefinido y un horario fijo de 40 horas a la semana. Recibe un salario al final de cada mes, y además cuenta con beneficios como el seguro médico, vacaciones pagadas y contribuciones a su plan de jubilación. Sus empleadores se encargan de todas las obligaciones fiscales y administrativas, permitiendo que Marta se centre exclusivamente en su trabajo sanitario.
Por otro lado, Marta tiene menos flexibilidad en su horario y no puede decidir sobre la cantidad de pacientes a los que atiende o cómo organiza su jornada laboral; eso está determinado por el hospital donde trabaja. Aunque tiene oportunidades de formación continua, su capacidad para incrementar sus ingresos está ligada a los incrementos salariales o promociones que pueda conseguir dentro de su lugar de trabajo.
Este caso ilustra el concepto de trabajador por cuenta ajena: una persona que presta sus servicios en una empresa o institución a cambio de un salario, sujeta a un horario y unas condiciones laborales establecidas por un empleador.