Las perlas de Corsario
Me pareció en su momento, que era una pérdida de tiempo continuada, responder una y otra vez al obtuso estribillo que tanto repite sin cansarse, éste elocuente pirata. No obstante y tras reflexionar, brevemente, no puede uno permanecer impasible ante la facilidad y el peligro que entrañan esas burdas retahilas a las que los demás ya estamos tan habituados. Una amenaza, significativa, para los nuevos visitantes que se asomen a éste foro, tratando de obtener información seria y rigurosa, de buena fé.
La posibilidad de que puedan cerrar página llevándose alguna idea retorcida y sesgada, cuando no completamente falsa, es tan real, que puede merecer la pena, darle a cada ración de "bazofia" su dosis correspondiente de "lavativa", para que se elimine cualquier riesgo contaminante. De éste modo, siempre sabremos, algunos, que los hechos verídicos y objetivos, no van a faltar nunca a la hora de disipar confusiones y errores, en muchos.
Nos vuelve a explicar el pirata, con su habitual simpleza, que el precio final del mercado nunca será coincidente con el valor de los bienes reflejados en catálogo. Como ya decía Unamuno: "sólo un necio confunde valor con precio".
Hay que descubrirse ante la conclusión impecable a la que llega éste personaje de "sainete". Por lo visto, ha debido costarle un considerable esfuerzo. Ese esfuerzo que, sin embargo, nunca se muestra dispuesto a hacer cuando se trata de comprender las razonadas argumentaciones y explicaciones que le ofrecen otros. Como el que nunca ha leido ni se enteró de nada, vuelve con su "burra al trigo" y se repite, torticeramente, en el único, burdo y elemental planteamiento que a él le interesa.
Es un hecho obvio, que en el mercado filatélico, concretamente, los precios a los que se puedan llegar a vender unos sellos, girarán en torno a esa referencia aproximada que constituyen las valoraciones en los catálogos. Lo que no dice el personaje, es que ese precio final podrá fluctuar, tanto por arriba como por debajo de la referencia de catálogo. Normalmente y aún con el preceptivo descuento que se acostumbra aplicar, el precio último suele estar, holgadamente, por encima del valor medio estimado. No es así para él, que arrima, interesadamente, el "ascua a su sardina" y concluye, que, para los sellos que vendió Afinsa, el precio es una "minucia" respecto a lo que pagamos por ellos. Como prueba de ésta lúcida disertación, pone el ejemplo de quienes han ido con sus sellos en mano, por diferentes "tenderetes", intentando venderlos infructuosamente y pidiendo precio por ellos.
No parece haberse leido, en cambio, el informe de liquidación sobre la filatelia de Afinsa, que elaboró, en su momento, la AACC de la empresa y en el que reconocen, entre otras cosas, que únicamente una multinacional, como lo fue Afinsa, con experiencia y conocedora plena de un mercado tan especializado, tendría capacidad para comercializar y poner en venta, exitosamente, el extraordinario stock filatélico que adjudicó en su día a sus clientes.
Tampoco parece reparar, el hombre, que, difícilmente (por no decir imposible), con una empresa a la que le han destruido la totalidad de su fondo de comercio y el prestigio y la confianza que poseía, va a ser posible obtener, tan siquiera, una mínima parte de su precio original, por los productos que vendía. Así, sentencia, sabiamente, que los sellos, al no poderse vender en ningún mercado (según él), no valen nada, realmente.
Quisiera terminar y aún a costa de extender demasiado éste hilo, volviendo a insertar, para que el protagonista se impregne un poquito, al menos, si es posible, el ejemplo ya descrito con anterioridad, por otros compañeros, de una subasta tipo sobre filatelia, que se celebró el pasado verano en la ciudad de Madrid.
También se explican algunas ideas sobre éstos eventos, que les irían muy bien en conocer, a muchos de los que "despotrican" sin fundamento, sobre cuestiones de las que solo muestran su más supina ignorancia.
“Actualicemos nuestro conocimiento con algunas aclaraciones ya publicadas y de lo más interesantes:
A tenor de lo que explica J. A. Cano y con objeto de despejar algunas dudas sobre las valoraciones de la filatelia, valga el siguiente planteamiento:
Estableciendo una proyección razonable y en base a lo que suele darse en las subastas de filatelia, como la que se indica en el ejemplo posterior, se puede estimar, con bastante aproximación, que los sellos de Afinsa, si son adquiridos por Khöler al 10% de su valor de catálogo (con el beneplácito de los AACC), podrían quedar entre el 50% y el 70% de ese valor de referencia, en su precio de salida. Sería ésta una valoración probable aunque conservadora, basada en un cálculo equilibrado, ajustado a la realidad y extremadamente prudente. El precio final de remate, por tanto, sobrepasaría, previsiblemente, con holgura, ese valor orientativo o de referencia que establecen los catálogos.
Todos los importes de los contratos de compra de los más de 190.000 clientes de Afinsa coinciden, escrupulosamente, con los precios referenciados a catálogos españoles e internacionales, algo que puede no ser práctica habitual en el mundo de la compra-venta de sellos y de las subastas filatélicas, sin que por ello sea constitutivo de delito alguno.
Ejemplo:
En la subasta filatélica celebrada el pasado 13 de Julio en el Hotel Wellington, al analizar el valor de salida de los diferentes lotes filatélicos, practicamente en la totalidad de las referencias, se supera el 10% del precio de catálogo (mínimo el 26%) en el precio de salida.
Según los casos más llamativos que se dieron, éstas fueron las relaciones de precios por catálogo:
Lote 201: precio de salida al 41% del catálogo.
Lote 211: precio de salida al 48% del catálogo.
Lote 223: precio de salida al 43% del catálogo y no indica que tenga certificado de autenticidad.
Lote 207: precio de salida al 74% del catálogo y no indica que tenga certificado de autenticidad.
Lote 231: precio de salida al 74% del catálogo.
Precio de salida medio por lote: 56% del precio en catálogo."