... ¿Cómo es que cuando las empresas estaban activas según ellas los sellos se vendían y frevalorizaban para pagar a los inversores y ahora, tras 6 años de concurso, se nos dice que se necesitan muchos años para ir colocando los 150 millones de sellitos en el mercado ?. ¿ en que mercado, si el propio TS ha venido a reconocer que el negocio de las empresas ERA PIRAMIDAL ?. ¿no es eso mismo lo que figura en los informes de la aeat y en las querellas de la fiscalia especial anticorrupcion ? ...
Francamente, cada vez que intervienes te vuelves a lucir con la misma cantinela, una y otra vez y que no es más que un reflejo de la ignorancia, simpleza y superficialidad, que te caracterizan.
Efectivamente, los sellos se vendían y revalorizaban, cuando las empresas estaban activas, al igual que podría suceder ahora, siempre que no se saquen todos de golpe, al mercado. Los contratos que la empresa tenía suscritos con sus clientes, tenían una periodicidad, escalonada en el tiempo (algunos hasta los diez años) para efectuar el compromiso de recompra, contraído, si se diese el caso. Por lo mismo, es una aberración contable, traer todos los compromisos futuros, a tiempo presente. Es la misma operativa, que realiza la británica, Stanley Gibbons, con sus clientes. Resulta verdaderamente asombroso, que no se consiga entender éste hecho tan claro como sencillo.
Sobre la pregunta de, ¿en qué mercado?, la verdad es, que, ya no merece más contestación a éstas alturas. Y, sobre el supuesto reconocimiento piramidal, del Tribunal Supremo, mejor no comentarlo, tampoco, porque en tí se da esa simbiosis, perfecta, que, confunde la realidad de los hechos con la fantasía de los deseos.
No voy a comentarte nada, tampoco, de la seriedad que reflejan los informes que mencionas. Tan sólo te bastaría, con consultarle a un profesional cualificado, para ello. Pero, sí que resulta curioso, observar, tus reprobaciones hacia las instituciones, en la esfera política, del Estado (que yo comparto) y por contra, le concedes credibilidad, legitimándolos, a unos órganos de la Administración, dirigidos por funcionarios igual de corruptos e incompetentes.