De "teorías" y "realidades" convincentes. ( 1 )
De "teorías" y "realidades" convincentes.
Continuando donde lo dejamos ayer, en mi opinión, lo primero que debemos hacer –y lo más urgente- es alejar de nosotros el fantasma de que “como las cosas sucedieron como sucedieron” y “tienen su origen donde tienen su origen”, nosotros no vamos a ser capaces de sobreponernos a lo sucedido y cambiarlas. Si hiciésemos eso, nos quedaríamos paralizados ante nuestra aparente –que no real- insignificancia para hacerle frente a nuestro enemigo. Si eso sucediese, flaco favor nos habría hecho el encontrarle una explicación a lo sucedido.
Por el contrario, si nos hacemos cargo de cual es nuestra fuerza real –más de 190.000 familias arruinadas- y nos concentramos en diseñar acciones futuras que alteren “el orden” aparentemente establecido por quienes pusieron en marcha esta aniquilación meticulosamente planificada, provocaremos un vuelco en lo que ellos preveían que sería “el curso normal” de los acontecimientos tras su orden de intervención y les ganaremos por la mano.
En segundo lugar, debemos actuar con pragmatismo e inteligencia, utilizando aquellas herramientas de las que disponemos y que, de manera absolutamente legítima, podemos utilizar para recuperar nuestros ahorros confiscados. Me estoy refiriendo, naturalmente y entre otras muchas más que ya comentaremos en su momento, al Convenio de Acreedores que se va a presentar.
En tercer lugar, y abundando en lo anterior, tomar conciencia de una vez por todas de que este Convenio es un medio para llegar a un fin –evitar nuestra ruina final – y que necesitaremos aunar esfuerzos y diseñar nuestra estrategia partiendo de una tremenda visión de conjunto, renunciando a los particularismos y “opiniones” individuales si queremos lograr –por y para todos- el resultado deseado.
Naturalmente, la tarea no va a ser fácil. En el camino nos encontraremos cantidad de obstáculos –con nombres y apellidos- que se empeñarán en ponernos palos en las ruedas y seguir fomentando la división. Les va mucho en ello. Pues bien: contemos con ello para hacerles frente. Nuestra mejor arma para combatir sus ataques es la firmeza de nuestra acción continuada. Seguir navegando por estas aguas procelosas con la proa puesta en nuestro objetivo. No cejar en nuestro propósito y continuar trabajando juntos en la línea en la que muchos- cada vez más- lo hemos venido haciendo hasta ahora.
Tras el descanso obligado del verano, y anticipándome a lo que está por venir, puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que septiembre asoma por el horizonte cargado de actividad y noticias esperanzadoras. El objetivo inmediato de la mesa pro-convenio constituida en su día a efectos de luchar por sacar adelante un Convenio de Acreedores, es poner en conocimiento de todos los afectados un asunto crucial: Salvo que se adhieran al Convenio y voten a favor del mismo, no recuperarán el cien por cien de su dinero. ¿La razón? Muy sencilla y muy legal: una vez fuera aprobado y ratificado dicho Convenio en la Junta de Acreedores, solamente aquellos que hubiesen apoyado su contenido y el plan de viabilidad de la compañía que lleva incorporado, podrían recuperar –en un plazo máximo de diez años- el total de las cantidades que tenían invertidas. Para ello, el procedimiento sería el que ya hemos venido repitiendo en todas y cada una de las asambleas informativas que hemos llevado a cabo: el 50% de nuestro capital se recuperará en metálico en un plazo de cinco años. El 50 % ciento restante, en los cinco años siguientes.
Pero el resto de perjudicados, aquellos que no apoyen el Convenio de Acreedores y el Plan de Viabilidad -o lo rechacen abiertamente mediante el voto negativo- deberán conformarse con recibir solamente el cincuenta por ciento del capital de sus ahorros -según lo amparado por la Ley- puesto que no formarán parte del listado que contenga los nombres de los votos positivos a favor del Convenio con Plan de Viabilidad incorporado. Se habrán ahorrado, eso si unos cuantos euros: los correspondientes a la hoja de encargo del despacho de abogados. Si eso les compensa con el 50% de su dinero que nunca percibirán, me alegro por ellos.
Que duda cabe que, todo lo anterior, es con respecto a aquellos asociados que, lamentablemente han otorgado poderes a despachos de abogados que, o bien no piensan adherirse al convenio ni por lo más remoto o bien nunca los otorgaron a las asociaciones que les representan. Al parecer, tal es el caso de algunas asociaciones de las llamadas “Oficiales”. Puesto que todo apunta a que los perjudicados no les otorgaron poderes de representación para el convenio, tendrán que otorgarlos ellos mismos, a título individual, al despacho de abogados –ALA- que los clientes hemos contratado para la elaboración y tutelaje del único Convenio de Acreedores que, al menos a fecha de hoy, tengamos conocimiento de que se vaya a presentar.
Por el contrario, aquellos perjudicados pertenecientes a asociaciones cuyos abogados apoyen abiertamente y de forma pública la presentación y posterior ratificación del Convenio en Junta de Acreedores, no deben preocuparse. Sus intereses están debida y legítimamente representados y, por lo tanto, no tienen porque firmar ningún poder a favor del despacho de abogados que nos representa de cara a la presentación del mismo.