El BdE pide a las entidades que reduzcan costes y sucursales
El Banco de España insta a las entidades financieras a reducir costes y racionalizar su red de sucursales
Colpisa
Madrid
El Banco de España advierte a las entidades financieras que los tiempos de bonanza han concluido. En el discurso que el gobernador dirigió este martes al consejo de la institución, instó a bancos y cajas a operar cada vez más en otros países de la zona euro, a buscar nuevos 'nichos' de negocio distintos del ladrillo y a restringir costes y racionalizar su red de sucursales como "tareas perentorias", porque no se repetirán los brillantes resultados obtenidos en los últimos catorce años. La desaceleración de la economía española no les va a permitir trasladar a los clientes la totalidad de los costes de financiación, al tiempo que aumentará la proporción de morosos.
A finales de 2007 -según la memoria anual de supervisión bancaria que publica el instituto emisor- el número de oficinas operativas con que contaban las entidades de crédito en España ascendía a 45.597, tras aumentar en ese año un 4%. La densidad de la red alcanzó un máximo de 12 oficinas por cada 10.000 habitantes mayores de 16 años. Es una trama que constituye un arma de doble filo, porque si bien es el principal soporte del eficaz modelo de negocio de la banca española, al mismo tiempo encarece sus costes.
La crisis financiera internacional desencadenada el pasado verano encontró a las entidades españolas bien preparadas, reconoció Miguel µngel Fernández Ordóñez. Su modelo de negocio en España -el mismo que los grandes grupos aplican allende las fronteras- sigue el formato tradicional de captación de recursos y su distribución a empresas y familias, y tiene potentes elementos de inercia, muy positivos en estos tiempos de dificultades.
Tampoco debiera suscitar recelos el proceso de titulización -cesión de derechos de cobro de los préstamos- protagonizado por la banca española, dijo, porque se ha realizado mediante instrumentos transparentes y tiene como soporte unas hipotecas de las que responde todo el patrimonio de quien las ha suscrito. Por añadidura, la gestión de bancos y cajas, y las exigencias del Banco de España, han permitido acumular "bolsas notables" de provisiones.
Colapso y perturbación
En otras palabras, la crisis de las hipotecas 'basura' no ha supuesto pérdidas directas para las entidades españolas, pero el bloqueo resultante de los mercados monetarios y de renta fija privada del área del euro ha tenido un impacto relevante. Al cerrarse de forma súbita los mercados -explica el instituto emisor- el colapso de las emisiones ha generado una "intensa perturbación".
Matiza el Banco de España los factores que han atenuado las dificultades de financiación en los mercados mayoristas, como la menor demanda de crédito consecuencia de la desaceleración económica o el recurso al Banco Central Europeo, donde constata que las entidades españolas ya acuden en proporción equivalente al peso que tienen en el Eurosistema, cuando su demanda era muy inferior, tradicionalmente.
Desde mediados del mes de abril se ha activado el mercado de obligaciones bancarias y cédulas hipotecarias, y un grupo de entidades pioneras han emitido unos 20.000 millones de euros en muy poco tiempo, resume. Aunque a plazos más cortos y precios más altos, lo importante es la superación del bloqueo, y el Banco de España anima a los bancos y cajas de ahorro a seguir incrementando la presencia en los mercados internacionales.
"Es improbable que las condiciones en las que se ha desenvuelto el sistema financiero en los últimos catorce años vuelvan a repetirse", concluye el instituto emisor. La economía española ha entrado en fase de ajuste, ha decaído el crecimiento de la construcción residencial -lo que ha arrastrado al crédito a la promoción, construcción y adquisición de viviendas- y no retornará la disponibilidad casi ilimitada de recursos financieros a bajo precio.
No volverán los tiempos de fuertes crecimientos de los ingresos. Bancos y cajas -sentencia el supervisor- han de acostumbrarse a que el negocio nacional crezca como el Producto Interior Bruto -lo que no es precisamente un buen augurio, dada la fuerte desaceleración económica- al agotamiento de los sistemas de ganancias vía gestión de los fondos de pensiones y de inversión, y a los mayores diferenciales en la colocación de sus pasivos en los mercados internacionales.