El empeoramiento de las perspectivas macroeconómicas representa actualmente el principal riesgo para la estabilidad financiera, según ha señalado el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, añadiendo que al riesgo geopolítico se suma la "incertidumbre política", en relación a las políticas comerciales y las políticas fiscales, que podrían dar lugar a tensiones adicionales que lastren las perspectivas de crecimiento.
"Tenemos buenas noticias con respecto a la inflación, pero con respecto al crecimiento y a la actividad la situación es bastante frágil", ha reconocido Guindos en la rueda de prensa para presentar la última edición del 'Informe de Estabilidad Financiera', elaborado por el BCE, donde ha advertido de que si bien un aterrizaje suave sigue siendo el escenario de referencia para la zona euro y las economías mundiales, "los riesgos para el crecimiento se inclinan a la baja".
De hecho, el economista considera que la fragilidad en términos de crecimiento "es quizás el principal riesgo al que nos enfrentamos en la economía mundial y para la estabilidad financiera".
A este respecto, el vicepresidente del banco central ha advertido de que esta situación se complementa con la llamada incertidumbre política, incluyendo lo que podría pasar con las políticas comerciales y con las políticas fiscales, que pueden dar lugar a tensiones adicionales con un claro reflejo en términos de crecimiento, agravando las perspectivas de crecimiento "y esto podría dar lugar a problemas en términos de estabilidad financiera".
"Las distorsiones comerciales no son buenas para la economía mundial", ha apuntado Guindos en referencia a las recientes elecciones en EE.UU., para señalar que al subir aranceles, hay que tener en cuenta que la contraparte va a tomar represalias, lo que puede desembocar en una especie de círculo vicioso que podría dar lugar a una "guerra comercial", extremadamente perjudicial para el crecimiento, la inflación y la valoración de los activos financieros y tangibles.
En segundo lugar, ha avisado del riesgo relacionado con la atención que los mercados están prestando cada vez más a la evolución de las políticas fiscales, lo que se reflejan en el rendimientos de los bonos a largo plazo y que, si empiezan a subir, dará lugar a una revalorización en otros mercados financieros, lo que podría aumentar las tensiones y crear mucho estrés.
"Cuando nos referimos a la incertidumbre política, nos referimos principalmente al futuro del comercio y a las posibles distorsiones comerciales que podrían producirse en el mundo y, simultáneamente, a la evolución de las políticas fiscales", ha resumido.
VULNERABILIDADES.
En este entorno volátil, el BCE identifica tres vulnerabilidades principales y fuentes de riesgo para la estabilidad financiera en la zona euro, incluyendo las altas valoraciones y fuertes concentraciones de riesgo, lo que hace a los mercados financieros vulnerables a acontecimientos negativos, que podrían verse amplificados por las entidades no bancarias por su situación de liquidez y apalancamiento.
Asimismo, el documento advierte del aumento de las vulnerabilidades soberanas debido a la mayor incertidumbre política y geopolítica, los débiles fundamentos fiscales y el lento crecimiento, mientras que avisa también de que, si los riesgos para el crecimiento se materializan, las grandes preocupaciones en ciertos sectores corporativos y de los hogares podrían afectar la calidad de los activos de los bancos y las entidades no bancarias de manera importante.
En cuanto a las perspectivas para los mercados inmobiliarios, el BCE señala que los mercados inmobiliarios comerciales siguen estresados por los desafíos que plantean el trabajo remoto y el comercio electrónico, mientras que los precios de la vivienda estarían estabilizándose.
No obstante, la entidad advierte de que, si bien el aumento de los riesgos crediticios ha sido gradual hasta ahora, las pyme y los hogares de bajos ingresos podrían enfrentar tensiones si el crecimiento se desacelera más de lo previsto, lo que, a su vez, podría afectar negativamente la calidad de los activos de los intermediarios financieros de la zona euro.
"Las pérdidas por exposición a bienes raíces comerciales corren el riesgo de aumentar aún más y podrían ser significativas para bancos y fondos de inversión individuales", apunta el informe, subrayando que, en conjunto, la capacidad de los bancos para absorber un mayor deterioro de la calidad de los activos sigue estando respaldada por altos niveles de rentabilidad y por fuertes reservas de capital y liquidez.
A este respecto, el BCE recomienda que las autoridades macroprudenciales mantengan los requisitos de reservas de capital existentes junto con medidas basadas en los prestatarios que garanticen estándares de crédito sólidos para preservar y fortalecer la resiliencia del sistema financiero en el incierto entorno macrofinanciero actual.
EL BCE NO ES TODOPODEROSO.
Ante este panorama, el vicepresidente del BCE ha defendido que las decisiones adoptadas por la entidad en el pasado han dado lugar a noticias positivas en términos de inflación, ya que la tasa se sitúa actualmente muy cerca del 2% y la confianza en que se situará a medio plazo en línea con el objetivo.
Sin embargo, en cuanto al escenario de bajo crecimiento y de crecimiento potencial para la economía de la zona euro, Guindos considera que "tiene mucho que ver con políticas estructurales", con la falta de competitividad y productividad.
"La política monetaria no es todopoderosa. No podemos abordar todos los problemas", ha afirmado el vicepresidente del BCE, añadiendo que el banco central tiene la capacidad para abordar el problema de la inflación, pero advirtiendo de que la razón principal del entorno de bajo crecimiento que atraviesa Europa tiene que ver con la ausencia de un mercado único real.
"No tenemos integración en los mercados de bienes y servicios, falta de innovación, y esto no está relacionado con la política monetaria", ha apostillado