Booler, son dudas muy normales; me alegro que lo preguntes, porque seguro que más de uno estará en la misma situación...
Un bono tiene un valor nominal o de emisión; por ejemplo, 1.000 euros. Ese es el precio que pagan los que lo compran directamente al emisor, pero a partir de ahí, el bono cotiza en el mercado, y si por ejemplo un bono se emitió al 5% y las nuevas emisiones se están emitiendo al 8%, ya nadie querrá comprar por 1.000 euros el antiguo bono al 5%, y quizá acepten comprarlo por 850 euros, lo que significaría comprarlo con descuento (un descuento del 15% respecto al precio de la emisión), en cuyo caso diríamos que el bono cotiza al 85%. Y si además la solvencia del emisor se ha puesto en duda, quizá la cotización baje al 70%, por lo que lo compraríamos por 700 euros. Eso responde a tus dos primeros puntos (por cierto, sumar los porcentajes no tiene sentido, es como sumar la cotización de Telefónica con la de Iberia).
Respecto a la diferencia entre invertir en renta fija e invertir en fondos, es que en renta fija tú eliges lo que te parece mejor para ti, y en fondos es el gestor quien elige lo que le parece mejor... mejor para él y para el banco que le paga, no para ti. Al respecto, te recomiendo que te leas estos dos artículos para que sepas los chanchullos que hacen los bancos con los fondos, y con dinero que no es suyo sino tuyo:
https://www.rankia.com/blog/fernan2/2008/02/fondos-de-inversion-lo-que-el-banco-no.html
https://www.rankia.com/blog/fernan2/2008/02/fondos-de-inversion-2-lo-que-el-banco.html
Respecto a dónde comprar renta fija, teóricamente sí que es como dices, pero en la práctica la gran mayoría de directores no van a saber comprarte emisiones de renta fija, y en muchos casos te cobrarán comisiones abusivas, por eso Llinares pactó en Banco de Valencia unas buenas condiciones para poder operar:
https://www.rankia.com/blog/llinares/2008/04/cuenta-para-operar-en-renta-fija.html
No es que sea una maravilla, pero sí los menos malos... con diferencia. Te lo recomiendo.
s2
La realidad está hecha de cisnes negros, no de elefantes rosas; sobreoptimizar te fragiliza y lleva al desastre