Re: Hoy me he reido en el banco.
Pues vengo. Pero pedir perdón sinceramente ante una persona es más útil que cualquier justificación o excusa que pedir sinceramente perdón por la ofensa ocasionada y la falta de respeto de un empleado que atiende al público al que se supone que le han indicado varias veces que ante todo debe de ser educado y afable con los clientes. No es necesario que lleque al "peloteo".
Los seres humanos nos comunicamos por la palabra, y una palabra de disculpa tiene un sentido para el que la recibe, pero también para el que la dice, porque se está escuchando y asume que tiene que cambiar.
Una disculpa es una señal de respeto hacia el punto de vista del otro. Las palabras «lo siento» no tienen en sí mismas ningún poder mágico, lo que sí lo tiene es la disposición de ver una cosa desde el punto de vista del otro.
Sin embargo, cuando pedir perdón se convierte en algo repetitivo y vacío de contenido ya no resulta efectiva.
Cuando un comportamiento se ha vuelto algo habitual, hay que pensar que el otro no quiere o no puede cambiar. En ese caso habría que plantearse el problema en sí mismo y la persona que lo ejecuta, es falso (a).
A partir de aquí, la persona ofendida tienen el derecho de analizar si las disculpas son sinceras o no y en tal caso actuar de la manera que hizo.