Porque hay tanto DINERO NEGRO en España. El Pais Domingo (I)
Sumergidos en billetes
El atesoramiento de dinero negro dispara en España el volumen de efectivo y de billetes de 500 euros
LUIS APARICIO
NEGOCIOS | Economía - 07-12-2003
El Efectivo en manos de las familias españolas representa el 10% del producto interior bruto frente al 5% en la eurozona
Ya hay 43 millones de billetes de 500 euros, que han superado, con 21.331 millones de euros, en valor total a los billetes de 50 euros
Entre 1980 y 2000 la economía sumergida de origen fiscal creció en 5 puntos, pasando a representar el 20,9% de la economía legal
Las familias españolas atesoran gran parte de su riqueza financiera en dinero contante y sonante. Un efectivo que supera los 56.000 millones de euros y no se justifica con las necesidades de pago. Además, se ha disparado el volumen de billetes de 500 euros, que cumplen esta función de atesorar. Tras estas cifras tan abultadas que nos alejan de las costumbres de nuestros vecinos europeos se esconde el importante peso del dinero oculto y la economía sumergida.
Nunca los españoles tuvieron tanto dinero en efectivo en sus bolsillos. Con datos del Banco de España, correspondientes al primer semestre de este año, el volumen de efectivo superaba los 56.000 millones de euros. Abundante dinero atesorado que no se justifica con una de las redes de sucursales, y también de cajeros automáticos, más tupida de toda Europa y también de las más utilizadas. Como los españoles no sólo disponen de los más modernos medios de pago, sino que también los usan, resulta sorprendente que atesoren tanto dinero en efectivo.
La explicación es sencilla, ya que buena parte de ese efectivo corresponde a dinero negro, un dinero que escapa a los circuitos de Hacienda. Una parte siempre difícil de cuantificar, ya que por definición es opaco. No existen, pues, datos concluyentes, pero sí la convicción de que las familias españolas no necesitan ni utilizan tanto dinero en metálico para atender los pagos diarios del periódico, la compra de alimentos o del abono mensual de transporte. Esa chapuza doméstica por la que no se percibe factura, esos miles de euros no declarados en la compraventa de una vivienda, van sumando cuantiosas cifras que finalmente entran a formar parte de los datos macroeconómicos de la economía española.
Las comparaciones con otras economías así lo indican. Tomando como referencia el producto interior bruto (PIB), es decir, la riqueza que anualmente se genera en un país, en España, el dinero en efectivo representa aproximadamente el 10% de esta riqueza. En la zona euro, este porcentaje desciende hasta el 5%, y en Estados Unidos la relación ronda el 6%. Se trata de zonas y países que no nos aventajan en sistemas de pagos electrónicos que lleve a estos ciudadanos a prescindir del dinero en metálico.
También supone una parte importante de la riqueza financiera neta de las familias, descontando a los activos financieros totales las deudas contraídas. Así, a junio de este año, el 7,7% de esta riqueza la tenían las familias españolas en dinero contante y sonante.
Comparado con algunas inversiones, el dinero en efectivo se acerca a la cifra que las familias tienen colocadas en planes de pensiones (71.000 millones de euros) y prácticamente triplica al ahorro que colocan directamente en activos de renta fija (21.000 millones), como letras, pagarés, bonos y obligaciones.
La aparición física del euro en enero de 2002 supuso un punto de inflexión y una nueva pista indicativa de que este efectivo atiende a pagos y escapa al control de Hacienda. En diciembre de 2001, el efectivo en manos de familias españolas experimentó un brusco descenso, hasta colocarse en 41.059 millones de euros. El ejercicio precedente se había cerrado con 53.000 millones. Un descenso de 12.000 millones de euros que, curiosamente, ya no precisaban las familias españolas para atender sus pagos. Un viaje de ida y vuelta en esta conversión del euro que ha afectado a casi dos billones de las antigu