Crisis del Espirito Santo es sólo la punta del iceberg
La crisis que sobrevuela Portugal puede poner a prueba la vulnerabilidad del sistema bancario europeo, un sistema que ha sobrevivido a punta de escándalos y corrupción con el dinero público durante décadas. La historia sin pena ni gloria de lo más de 145 años del banco Espirito Santo (nació en 1869 con cambio de divisas y juegos de lotería) puede comenzar a escribir ahora sus últimos capítulos. El Banco Espirito Santo (BES) está conformado por un enjambre de tres empresas interrelacionadas, que están en manos de los mismos dueños, que se prestan dinero y hacen fraudes entre sí.
El Banco Espirito Santo cotiza en la bolsa de Portugal y es uno de sus principales cotizantes dado que este es el mayor banco de Portugal. Su accionista mayoritario, Espirito Santo Financial Group, posee el 25% de las acciones del BES. La empresa matriz privada, Espirito Santo International, es propietaria del 49% de Espirito Santo Financial Group (y por lo tanto dueña del Banco Espirito Santo). Esta es la empresa que ha incumplido con los pagos al BES, dejándolo en una situación muy precaria. Desde que estalló el escándalo de corrupción en Angola, que salvó miles de millones de euros del Estado por las garantías de préstamos, la situación de la banca se encuentra en las tinieblas. Es mucho el dinero que ha fluido hacia malos préstamos que nunca se devolverán, y eso es lo que tensiona los balances del Espirito Santo. Como de costumbre, los contribuyentes y los ahorradores europeos podrían verse obligados a pagar por los pecados de gente sin escrúpulos.
La rama de Angola del enfermo Espírito Santo hizo préstamos por valor de 5.700 millones de dólares que no han sido devueltos. Los actuales gerentes tuvieron que admitir recientemente que no saben a quien ha ido el dinero ni qué propósito tenía los préstamos. Las garantías apenas fueron depositadas y las que fueron depositadas, ya fueron liberadas. Sin embargo, y para la amargura de muchos, solo el ex administrador en Angola del BES, se embolsó 750 millones de euros sin ninguna evidencia de haberlos empleado en una empresa legítima. Ahora se reconoce que los principales problemas del BES tienen que ver con esta corrupción que otorgó préstamos ilícitos y fraudulentos, al amparo de la feble regulación del sistema, y de la garantía del 70 por ciento del banco central angoleño.
Burbuja de créditos sin respaldo
Esto fue lo que creó la burbuja de créditos sin respaldo. Y cuando llegaron las vacas flacas dejaron al banco en la ruina. Como los años siguientes no han permitido un atesoramiento sistemático, mecanismos certeros para paliar la crisis, o tasas de crecimiento que empujen por si sola el alivio financiero, la situación sigue siendo de gran precariedad, demostrando que el emblemático Espirito Santo es una institución en bancarrota y al amparo de los torrentes de liquidez del Banco Central Europeo.
El gobierno de Angola, antigua colonia portuguesa, dio al banco una "garantía personal" que asciende a 70% de los préstamos del banco. Sin embargo, existen dudas acerca de si el banco puede mantener la solvencia en el caso de una crisis, incluso con la garantía del gobierno angolés. Una organización de lucha contra la corrupción en el país, Maka Angola, ha afirmado que la razón de la garantía era el valor de los préstamos otorgados a figuras poderosas del régimen angoleño por varios cientos de millones de dólares. Este es el dinero que nunca más será devuelto a las arcas del BES y los contribuyentes europeos deberán salir al rescate.
Otro de los puntos de conflicto del BES, es que ha prestado más de 1 billón de euros a las empresas matrices ligadas a los dueños del banco. Esto induce a que en caso de cualquier impago de estas empresas, la totalidad del banco se puede hundir como un Titanic dado que esta operatoria del fraude fue confeccionada por sus propios dueños. Esto fue lo que obligó a cancelar la cotización del BES el jueves pasado, cuando al promediar la jornada los títulos del BES se desplomaron casi un 20 por ciento.
Los problemas del BES vienen de larga data y la gimnasia financiera entre las empresas del Holding es muy bien conocida por los inversionistas. Apuestan cada vez que el BCE inyecta el dinero, para luego hacer corridas y dejar al banco en peor posición. Lo del Espirito Santo es solo la punta del iceberg y hay más bancos en situación precaria que pueden desatar un tsunami financiero a la primera caída importante de un banco europeo.