Y en cuanto a pagar con efectivo, hay otros aspectos psicologicos m´s profundos no tratados.
como la sensación de poder tocar el dinero fisicamente. El verlo, el palparlo, etc. Será todo lo incomodo que querais, por cierto, si os molesta enviarmelo a mi que muy gustoso iré donde sea, aunque sea con monedas de centimo. Recuerdo que me sentó muy mal que en una oficina bancaria me miraran mal por ingresar muchas monedas, y eso que eran de importe grande y a pagar poca cantidad, pero claro, los cajeros están muy acostumbrados a lo facil, a meter el dinero en billete en el dispensador de billetes que les cuenta el dnero y no necesitan recontar, salvo para su comprobación. El caso es que me sento tan mal que fuí y les pedí que hicieran el favor de entregarme 1.000 euros en monedas de centimo. Cuando me las entregan para no molestar en caja pedí que por favor me dejaran un sitio visible donde pudieran ver y controlar que no me quedaba con ninguna pero que a su vez dejara seguir con el resto de clientes. Esto ya le puso al cajero de los nervios. Me decían que no hacía falta que si encontraba alguna falta que me la pondrían y yo cuan señor r que r, les insistia en contanlas. Al final y despues de un enfado me lo permitieron, una vez contado meto el dinero en la misma bolsa y se la entrego al cajero para que me lo vuelva a ingresar en mi cuenta, eso ya fué el acabose, terminó perdiendo los nervios completamente y ya me lo ingresó sin contarlo, y yo para ver hasta donde podían llegar las cosas me quedé con un euro en centimos. Sólo por tocar un poco las narices y comprobar hasta que punto hacían las cuentas. Pues oye, de esto han pasado 3 años y todavía no me han reclamado el euro.
Si hubieran sido inteligentes, no habría hecho falta volver a contarlas, ni yo tampoco hubiera necesitado hacerlo, pues hay dos maneras rapidas y supersencillas, una es a traves de las maquinas contadoras de monedas y en su defecto, que esa es otra, muchas oficinas no las tienen por ahorrar un dinerillo que al final ganarían mas´teniendola. Pero enfín que no las tienen, pues tan sencillo como con una bascula de precision pesar un centimo y luego pesar los 1.000 centimos y hacer la regla de tres. Se hubieran dado cuenta que yo me había quedado con un euro, y cuanto más precision m´s se notaría su falta.
La verdad es que dicho cajero y yo nos teníamos ganas. El resto del personal es muy amistoso y amigable conmigo. Al hilo de esto, mañana hablaré con el director de la oficina y le contaré la anecdota, que el conoce, pero no la 2ª parte, el mangue de 1 euro y se lo devolveré. Lo prometo.