Re: ¿Cómo hacer que la democracia funcione para todos?.
El dilema de la región
Democracia convive con altos índices de desigualdad y pobreza
Por: Maite Garmendia http://www.prensalibre.com/pl/2004/agosto/27/96249.html
No es cualquier democracia la que se ha conquistado en América Latina”, señaló el ex canciller argentino Dante Caputo. Y es que, en la región, “la libertad convive en un triángulo con la más alta desigualdad del planeta y con niveles de pobreza elevadísimos”. “Éste es el gran dilema que hay que resolver”, agregó.
Caputo estuvo esta semana en Guatemala, donde participó en el seminario “La Democracia en Centroamérica, Panamá y República Dominicana: logros, desafíos y perspectivas”.
En ese evento se debatió sobre el informe “La democracia en América Latina. Hacia una democracia de ciudadanas y ciudadanos”, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ( http://www.undp.org/dpa/spanish/mmbSpeechesArchive/2004/mmb21Apr04proddal.htm ), cuya redacción dirigió el ex canciller argentino.
¿De dónde parte el documento?. Caputo —que cuenta con una amplia carrera política en su país, además de haber trabajado en organismos internacionales—, señaló que nace de “una idea sencilla”, la de la “singularidad latinoamericana”, en la que conviven, con riesgo, la libertad, la desigualdad y la pobreza.
En la región se suceden los gobiernos democráticos, pero, por ejemplo, aún más del 40 por ciento de sus habitantes son pobres. En Guatemala se supera el 50 por ciento.
“La falta de solución al problema de la pobreza y de la distribución de la riqueza y el ingreso va a devorar nuestra democracia y nuestra economía de mercado”, dijo.
Para Caputo, afirmar lo anterior no es pesimismo. Al contrario, indicó: “Dado que nuestras democracias han representado conquistas fantásticas (...), nos debemos a la franqueza, hasta la crudeza, de reconocer nuestros déficit y nuestros problemas”.
Más que elegir y ser electo
“Algunos creen que la democracia es elecciones, y punto. Es más que eso. Aunque —las elecciones— sean perfectas, pueden hacer fracasar la democracia”, señaló Caputo.
El argentino lo ejemplificó. En los últimos 10 años, 12 presidentes de la región no concluyeron su mandato, “no porque hubiera deficiencias en el proceso electoral o fraude”.
“Las elecciones fueron limpias, correctas, pero las crisis por las que cayeron —los gobiernos— se debieron básicamente a la imposibilidad de resolver demandas sociales”. Y es que, con el paso de los años, muchos indicadores no han mejorado significativamente en América Latina.
En las dos últimas décadas —explicó Caputo— se ha avanzado en la democracia electoral y en la aplicación de reformas económicas, relacionadas con el “Consenso de Washington”. Pero, ¿qué ha pasado con la pobreza y la desigualdad?. Bien poco.
Por ejemplo, en el período 1981-90 la indigencia afectaba a un 20.4 por ciento de la población. En 1998-2003, bajó sólo tres puntos, al situarse en el 17.4 por ciento, según datos del informe.
“Hay que asumir el desafío”
Dar vuelta a esa realidad es el gran desafío. Renovar el sistema de partidos políticos, compatibilizar la economía con la democracia o superar la crisis de representación, son parte del reto.
Caputo agregó que se precisan dos debates: uno sobre el problema del Estado, y otro sobre el de la economía. “Sin poder, la democracia es ficción. El Estado tiene que tener poder”.
“La dimensión del desafío es enorme: es imaginar un Estado que no sea el del pasado, que no sea el de hoy y que recree las condiciones para resolver los problemas de la desigualdad, la pobreza y el déficit de ciudadanía civil y social”, concluyó