Yo creo que no. Pero todo el proceso va lento.
Así como Internet hace unos años era un fenómeno minoritario en España, hoy se puede decir que su uso se ha generalizado. Con la pasta, mucha gente tiene miedo, y parece que le gusta ir a la oficina, ser atendido por alguien con corbata, oír los teléfonos sonar, ver al de la caja repartiendo billetes y monedas a los clientes. El efecto psicológico es que es real todo lo que se vive dentro de una sucursal (y más aún si tienes la suerte de que en medio de tu estancia se produzca un atraco -sin sangre-). Todo ellos gusta a muchos clientes.
Sin embargo, operando desde casa con tu ordenador, todo se reduce a unas cifras escritas en tu balance, todo muy frío, da la impresión de que nada de ello sea real. Si a eso añadimos el miedo a los hackers, al phising, a los virus, etc, pues tenemos el terreno abonado a que la gente se decante por la banca física.
Pese a todo, creo que poco a poco, en la medida en que el personal vaya viendo las ventajas de los bancos online y las medidas de seguridad vayan mejorando, se ganará la partida a la banca tradicional.
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