Hedge funds
LA OPINION DE fidelity
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Fidelity desmitifica los ‘hedge funds’: “son como los deportivos, potentes pero peligrosos”
@Fátima Martín
Viernes, 19 de agosto de 2005
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Un hedge fund es como un coche deportivo: caro y rápido, pero potencialmente peligroso para los inexpertos. Es la metáfora que utiliza Steve Kowal, director de la unidad de desarrollo de negocios internacionales de Fidelity para este tipo de fondos de inversión, que se han puesto tan de moda últimamente en España. Fidelity es históricamente la mayor gestora del mundo.
Kowal pone de manifiesto que los fondos de cobertura pueden ser en ocasiones una de las formas de inversión menos accesibles e inteligibles, pese a su elevada presencia en los medios financieros, por su novedad, así como por la elevada inversión inicial que suponen. También, por su especial regulación y su falta de transparencia. Todo ello, a pesar de que muchos inversores institucionales emplean estos productos para cubrirse (hedge) o protegerse de riesgos.
Ciertos hedge funds difieren del resto de sociedades de inversión por su mayor uso de derivados -el director gerente del Fondo Monetario Internacional, Rodrigo Rato, alertaba esta primavera de las imprevisibles consecuencias de estos contratos financieros- y su alto apalancamiento en relación a sus activos (endeudamiento).
La definición más aceptada de este tipo de productos es la siguiente. Los hedge funds son sociedades privadas con un reducido número de partícipes en las cuales el gestor tiene una significativa participación personal en el capital social, es libre de operar en una amplia variedad de mercados y de utilizar estrategias de mercado neutrales mediante diferentes grados de apalancamiento.
Un ejemplo clásico de hedge fund ‘estrellado’ es el LTCM (Long Term Capital Management), que se vino abajo en 1998. Incluso antes de desplomarse, su balance reflejaba un endeudamiento de aproximadamente 25 veces su activo y contratos de derivados pendientes de unas 300 veces su capital. La naturaleza deudora de este fondo fue un factor decisivo para su quiebra. Otro ejemplo célebre fue el Eifuku japonés, que perdió casi totalmente su patrimonio en apenas unos días.
Fidelity subraya que este tipo de fondos suele durar poco en el tiempo, lo que hace difícil analizarlos. Además, el inversor de hedge funds debe saber que en ocasiones no podrá acceder al capital inicial durante al menos un año, y que, en lo peores casos, no recibirá reembolso en absoluto.
Con los hedge funds, el único y arriesgado criterio para alcanzar una gran velocidad o estrellarse no es otro que la intuición del gestor de turno. Pero ahí, es conveniente no tener a los mandos a un Raikkonen de las finanzas, el más rápido hasta que rompe el motor, sino a un Fernando Alonso, que sabe aguardar pacientemente hasta llegar el primero a la meta.
Estos comentarios llegan después de que Economía aprobara en julio el nuevo reglamento de inversión colectiva que permitirá estos fondos, a los que llama “de inversión libre”. Su suscripción inicial será de 50.000 euros y permitirá un apalancamiento de cinco veces el patrimonio del fondo.