Contra la subida de impuestos a las plusvalías a corto plazo.
El Gobierno justifica esta nueva subida de impuestos por dos razones:
a) regresar al modelo de tributación vigente en España hasta 2006, que nos equipara con la tributación de las plusvalías en el resto de Europa y especialmente con la alemana,
b) combatir la especulación para fomentar la inversión a largo plazo.
El sistema alemán no penaliza las plusvalías obtenidas en el corto plazo. Tanto las generadas a corto como a largo plazo tributan al 25% (tipo único muy inferior a los marginales del IPRF español).
La mayoría de países europeos separan las plusvalías del resto de rentas y las gravan con tipos impositivos inferiores a los marginales.
Los países en que tanto las rentas del trabajo como las provenientes del ahorro tributan conjuntamente suelen presentar gravámenes mucho más bajos que los españoles (tipos únicos o flat tax que giran en torno al 15%).
Es tramposo afirmar que con esta reforma regresamos al modelo vigente hasta 2006. En aquel sistema las plusvalías a corto tributaban según los tipos marginales del IRPF, y las generadas a largo plazo al 15%. Actualmente los tipos marginales del IRPF son mucho más elevados. Las sucesivas subidas fiscales, especialmente las del pasado mes de diciembre de 2011, hacen imposible comparar el modelo que entrará en vigor en 2013 con el existente hasta 2006.
La medida ni siquiera ayudará a reducir el ingente déficit público. El propio Gobierno cifra su impacto recaudatorio en solo 90 millones de euros.
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Adrià Pérez Martí
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