A ver si de verdad le conceden la ayuda solicitada a la SEPI.
De ser así, a Duro Felguera le pasaría como cuando recogemos a un perro abandonado, este se convertiría en un gran compañero fiel y pondría toda su capacidad en hacerlo bien el resto de su vida.
Se tomarían decisiones muy medidas y repensadas y los resbalones y pasos en falsos quedarían en el pasado.
No hay nada como estar al borde del precipicio para dar un golpe de timón a lo grande y resurgir de las cenizas.
De verdad que desearía que dentro de tres o cuatro años, esta situación parezca una pesadilla que nunca ocurrió.