Por supuesto que los resultados no son por el COVID. La pérdida viene principalmente por los proyectos de Dubai y Argelia, que ya vienen torcidos desde antes de la pandemia. Ya se criticó que la empresa no dorara nada de pérdidas en esos proyectos el año pasado. Pues bien, la empresa se ha visto obligada a hacerlo este año. No puede defenderse que una empresa factura 71 millones (si, leen bien, 71 millones, cuando hace poco facturaba 1.000 en un año), y pierde 114 millones (facturando 71 millones) por el efecto del Virus. Se han pasado a 2020 provisiones de esos Proyectos que deberían haberse realizado en 2019 al menos en parte. Además de eso está claro que la empresa pierde porque no tiene suficiente actividad para toda la plantilla, no hay proyectos y ello hace que las nóminas y gastos generales caigan a peso. Estos resultados deberían provocar la dimisión del Consejo y Comite y la entrada en Concurso de Acreedores, y por supuesto deberían provocar que mañana mismo la SEPI deniegue la ayuda a este muerto en el que se ha convertido DF. Descanse en Paz DF