La Vanguardia, 8 de febrero de 2014.
BMW ha dado el primer paso en lo que puede ser una nueva revolución en el mundo del automóvil, la sustitución del acero por un material mucho más ligero, la fibra de carbono. Y una todavía pequeña empresa española, Carbures, se encuentra en primera línea de esta tecnología, que ha desarrollado al amparo de sus contratos con Airbus. Ayer dio un salto de gran importancia para lo que puede ser la industrialización en serie de componentes de automoción con la adquisición de la empresa catalana Mapro, especializada en el diseño y frabricación de sistemas de ensamblaje y pruebas.
Mapro tiene planta de fabricación en Manresa con una plantilla de 150 personas, más de la mitad ingenieros. Está participada en un 22,5% por Avançsa (empresa pública de la Generalitat de Catalunya) y su primer accionista es Jaume Claramunt, que continúa como consejero delegado. Como presidente ejecutivo ha sido nombrado Josep Maria Tarragó, vicepresidente de Carbures.
El importe de la operación ha sido declarado confidencial por las dos partes aunque como referencia cabe recordar que la última cifra de facturación publicada por Mapro es de 30 millones de euros. "Estamos a las puertas de una auténtica revolución en la industria", dijo Josep Maria Tarragó, que explica que la fibra de carbono está ya bien introducida en la aeronáutica pero no en la automoción, entre otros motivos porque aun no se ha desarrollado una maquinaria que permita grandes fabricaciones en serie, de forma rápida y a coste razonable. Carbures ha estado investigando en este campo, tiene la tecnología patentada y con la adquisición de Mapro prevé entrar ya en la industrialización de máquinas y lineales para la producción de series largas de piezas y estructuras para automóviles.
Con esta adquisición Carbures avanza además en su proceso de diversificación de la actividad. La empresa surgió como spin-off de la facultad de ingeniería química de Cádiz, que tiene como presidente al profesor Rafael Contreras, CEO de la empresa. Inicialmente su capital se recaudó entre catedráticos y científicos. "¿Alguien tiene 5,000 euros para perder?" fue su reclamo inicial, según recuerda Tarragó. Pero en los 2 últimos ejercicios Carbures ha sido uno de los fenómenos del Mercado Alternativo Bursátil (MAB), donde su valor se ha multiplicado por 20.
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