TEF cerró 2021, incluyendo dividendos, con una rentabilidad anual del 29,66€, una buena cifra. Confieso que el pasado año tenía expectativas altas porque veníamos de mínimos, era el año de la reducción de deuda y el momento en que se declaró el valor de la acción como prioridad. Pero haciendo valoración anual, creo que no ha ido nada mal, la compañía cerró un ejercicio en el que marcó su mejor tarjeta de visita de los últimos 12 años. Ahora, el objetivo, sobrepasar esa fuerte resistencia de los 4€ y seguir con el plan estratégico de los últimos meses. Por mi parte, creo firmemente que este 2022 será un buen año.