El trilex de más a menos y peligrando los 8600 puntejos. UBS rebaja a REE su valoración a los 14,90 euritos, mientras que la empresa cotiza a 15 euros (sube un 1,5% desde apertura). Salu2
Tranquilo, que todos estaremos vacunados antes de agosto y de nuevo, será vencido el virus y la pandemia... Ups! ¿Cuántas veces he escuchado este argumento? El día de la marmota... Salu2
La pandemia del Covid-19 ha hecho saltar las costuras de las cuentas públicas del grueso de países del planeta al obligarles a multiplicar el gasto público mientras sufrían severas pérdidas de recaudación. Como resultado, déficit y deuda se han disparado alcanzando máximos históricos en muchos casos, lo que preocupa al Fondo Monetario Internacional, que hoy ha instado a comenzar a tomar medidas para reconducir los desequilibrios presupuestarios.
Consciente de la necesidad de priorizar todavía los estímulos públicos para evitar que la crisis deje secuelas estructurales mientras avanza la vacunación, en el corto plazo el FMI plantea elevar los impuestos a rentas altas y ricos de forma temporal para sufragar la factura de la pandemia.
A partir de ahí, sin embargo, recomienda a los estados ir preparando planes de consolidación fiscal que permitan rebajar deuda y déficit en el medio plazo, y aconseja a los países “preaprobar” reformas tributarias de calado que, aunque tarden aún años en ponerse en marcha, marquen una hoja de ruta para el reequilibrio de las cuentas.
En el caso de España, como ha anticipado este diario, el FMI asume que el déficit público habría saltado del 2,8% al 11,47% en 2020 (aunque Hacienda ha anunciado que cerró el año en el 10,9%) y que el agujero fiscal solo se rebajará este año al 9%, pese a que el PIB pasará de caer casi un 11% a subir un 6,4%. A partir de ahí, la expectativa del Fondo es que el déficit caiga al 5,77% en 2022 y que siga descendiendo pero sin bajar del 4% para el año 2026 si el Gobierno no toma medidas adicionales.
Lo mismo ocurre con la deuda pública, que ha escalado del 95,5% al 117% del PIB en 2020 (120% si se tiene en cuenta, como pide Eurostat, el coste de Sareb, el llamado banco malo), y que seguirá en este umbral durante el próximo lustro.
Aunque la Unión Europea ha suspendido las reglas fiscales en 2020 y 2021, y estudia hacerlo en 2022, a partir de su reactivación la UE podría volver a exigir ajustes a España por situarse por encima del 3% de déficit que activa el procedimiento de déficit excesivo. Su incumplimiento puede suponer problemas incluso para cobrar las ayudas europeas en camino.
Los datos de España no son una excepción. El FMI constata que los déficit públicos alcanzaron en 2020 un promedio del 11,7% en las economías avanzadas; el 9,8% en las emergentes y el 5,5% en los países en vías de desarrollo.
Semejante desbarajuste, estima, ha sido consecuencia de un incremento en gasto similar a la caída de ingresos, al menos en el caso de las economías más desarrolladas, mientras que en las emergentes y en desarrollo la causa está en el colapso de la recaudación.
En 2021, se espera que estos déficits se reduzcan conforme los estímulos se reduzcan y la economía se recupere, reduciendo el desempleo y elevando los ingresos públicos. La deuda pública, por su parte, saltó al 97% del PIB global en 2020, una cifra sin precedentes en la historia, y se espera que se estabilice en torno al 99% en el presente ejercicio.
Para encarar esta situación, y a fin de cubrir las necesidades financiación más urgentes en relación con la pandemia, el FMI insta a los legisladores a considerar un incremento temporal del gravamen sobre los ingresos altos y la riqueza. Estos recursos, ilustra, podrían servir para mejorar servicios básicos como el de salud o educación, mientras se trabaja en diseños más ambiciosos.
De hecho, el Fondo reclama que los Gobiernos comiencen a diseñar ya planes de consolidación fiscal a medio plazo, así como a “preaprobar” reformas tributarias para dar certidumbre sobre los cambios de calado a poner en marcha en el futuro.
Más allá, el FMI considera que la fiscalidad verde debe jugar un papel esencial en los nuevos sistemas impositivos, mientras que se ha mostrado partidario de impulsar un gravamen mínimo de sociedades armonizado a escala global.
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Lo suyo sería que la fiesta de los ERTE la paguen quienes se han beneficiado de ellos, empleados en ERTE (a futuro) y empresas que se han acogido a los ERTE, y no los demás que no han tenido nada que ver en esto. Deuda pública en España: 120% del PIB (o más)