Sobre la vacuna nos van dando "información" sesgada y con cuentagotas. Primero hacía falta una dosis, luego dos... ya vamos por 3 dosis...
Y luego nos van a decir que esto del COVID no se va, que hay que vacunarse anualmente, etc etc
En el frente turístico tenemos a un Reino Unido que, materializado el Brexit (por fin!), ya está fuera de la UE, y al que no le interesa en absoluto que sus nacionales vengan a España de vacaciones. Le interesa que consuman en el Reino Unido.
Boris Johnson, que no es santo de mi devoción precisamente, hace de la necesidad virtud y se anota un doble tanto, le da la estocada a la economía española mientras defiende la "salud" de sus nacionales y aboga por una postura mucho más razonable que la de España, que abre las puertas de par en par a turistas que vienen de un país donde las nuevas variantes del COVID campan a sus anchas y los contagios suben.
De hecho nadie entiende cómo España ha podido desperdiciar la oportunidad de oro que ha tenido durante estos últimos años para establecer alguna clase de pago turístico, tasa o visado para capitalizar la invasión que sufríamos cada verano, y que mucha gente no echa de menos en absoluto (recuerden el clásico "Tourists Go Home").
Resulta que ahora en España descubrimos de nuevo, como pasa siempre, que en esta crisis los curritos van a tener que rescatar a las familias ricas dueñas de hoteles, restaurantes, edificios de pisos turísticos etc, normalmente radicadas en Baleares, Canarias y Cataluña. Los pobres españolitos rescatando con sus impuestos a los ricachones del ladrillo, que se han cargado a base de cemento y hormigón la costa española.