Los valores tradicionales y los tipos de interés impulsan un 'rally' amplio en el mejor mes desde 2008
Lo más interesante de noviembre no es que haya sido un mes extraordinariamente alcista, sino que lo ha sido por sorpresa. Las subidas mensuales del 7,8% en el Eurostoxx, del 8,8% en el S&P, del 8,7% en el Dow Jones, del 10,7% en el Nasdaq, del 8,5% en el Nikkei o del 11,5% en el Ibex eran sencillamente impensables hace un mes, cuando tras tres meses consecutivos de descensos, que habían llevado al S&P a caer por debajo de los 4.200 puntos, predominaba un ambiente inversor muy negativo, y eran muy pocos los que apostaban por un fin de año alcista en las Bolsas. Al final, noviembre ha sido el mejor mes para el S&P y el Nasdaq desde julio de 2022 y para el Dow Jones desde octubre de 2022.
La caída de los tipos de interés, tanto de largo plazo como de corto plazo, ha tenido mucho que ver en ese espectacular comportamiento de las Bolsas en noviembre. Si observamos el bono del Tesoro americano a diez años (T bond) vemos que ha cerrado a un tipo de interés del 4,20% el pasado viernes, muy por debajo del 5% de fines de octubre, y en cuanto a los tipos de corto plazo, incluso miembros de la Fed como Christopher Waller, considerados “halcones”, dicen ahora que la bajada de los tipos de intervención por parte de la Fed puede estar muy cerca. Las manifestaciones del mencionado Christopher Waller en este sentido el pasado miércoles provocaron una subida de las Bolsas el jueves, al entender que la Fed se siente cada vez más cómoda con la idea de bajar los tipos.
Lo anterior explica el festival alcista de las Bolsas y explica también que se hayan sumado al rally las empresas más tradicionales, representadas en el Dow Jones, y las compañías de menor capitalización, representadas en el Russell 2000. La bajada de los tipos de interés, la que ya se ha producido en noviembre y la que los inversores descuentan que está por venir en 2024, es un poderoso combustible tanto para las compañías tradicionales como para las pequeñas empresas, y eso explica que en noviembre no hayan subido sólo las tecnológicas.
Sectores más tradicionales y sensibles a tipos de interés como el inmobiliario suben ahora con fuerza. El sector de “real estate” acabó el mes como el segundo mejor del S&P 500 con un alza del 12%, sólo superado por el 13% del sector tecnología. Los mejores valores del S&P en noviembre han sido empresas del sector viajes como Cartival o Expedia Group, o de medios como Paramount Global. Y a nivel de índices, no sólo sube el Nasdaq, sino que se incorporan, como decíamos, los índices más tradicionales. La semana pasada el Dow Jones ha sido el mejor entre los grandes con una subida del 2,4% y el Russell 2000 de valores de pequeña capitalización ha subido nada más y nada menos que un 3% en la semana. La bajada de tipos de interés y la expectativa de una mayor bajada en 2024 explica también las fuertes alzas de nuestro Ibex, que en la semana ha subido un 2% (el doble que el Eurostoxx) y que supera ya los 10.000 puntos, una cota que no alcanzaba desde 2018.
Pero obviamente detrás de la bajada de los tipos de interés hay más cosas, sobre todo está la bajada de la inflación. El pasado miércoles supimos que la inflación de la zona euro ha caído en noviembre al 2,4%, una caída en parte explicada por el petróleo que ha cerrado noviembre muy por debajo de 80 dólares, tanto en el caso del Brent como en el del crudo ligero americano (WTI). Además, el jueves se publicó el deflactor del PIB en Estados Unidos, el llamado “PCE deflactor”, que en octubre subió el 0,2% y en el año el 3,5%, en ambos casos muy en línea con las expectativas.
A estos buenos datos de inflación se unen los buenos datos de crecimiento económico. En Estados Unidos, la tercera lectura del PIB del tercer trimestre que se publicó el pasado jueves, ha arrojado una subida del 5,2%, y a ese buen dato hay que unir el de las ventas del Black Friday y el Cyber Monday, que han sido parecidas a las del pasado año, aunque este año con mayores rebajas, lo cual da pie a esperar una campaña de ventas navideñas bastante en línea con la de hace un año.
Con este “momentum” tan positivo no es de extrañar que, como decíamos la semana pasada, algunos analistas, por ejemplo, los de Bank of America, pronostiquen un S&P en 5.000 puntos para el 2024. En realidad, estamos ya a menos de un 10% de ese nivel y la pregunta es si en diciembre vamos a ver ya niveles muy próximos a 5.000 puntos en el S&P. El optimismo de los inversores al terminar noviembre invitaría a pensar que sí, ya que ahora mismo es difícil imaginar algún obstáculo que impida a las Bolsas seguir subiendo. El llamado índice del miedo (Fear and Greed Index) de la CNN y el bitcoin, que es un claro “proxy” del apetito por el riesgo, ha superado este fin de semana los 40.000 dólares.
Un análisis más sosegado nos invita a diferenciar dos planos, el del corto plazo y el del largo plazo. En el corto plazo puede pasar cualquier cosa, y el año puede cerrar tanto en niveles más altos como más bajos, pero todo invita a pensar que habrá diciembre alcista. Pero en el 2024 si bajan los tipos será porque la economía no despega y eso es algo que las Bolsas deberían descontar negativamente.
Esta semana el plato fuerte es el informe de empleo americano de noviembre que se publica el viernes, aunque hay todavía algún resultado empresarial tardío y algún que otro dato macro interesante. Pensaríamos más bien en una semana de calma de las Bolsas tras un noviembre realmente extraordinario.