El mayor accionista de Talgo negocia con Stadler lanzar una contraopa
- Trilantic activa un 'plan b' ante la negativa del Gobierno a la opa húngara sobre el fabricanteLa firma suiza no compite en la alta velocidad, tiene una fábrica en España y contratos con Renfe
6:00 - 25/03/2024
El fondo de inversión británico Trilantic Capital Partners, accionista mayoritario de Talgo, ha arrancado conversaciones con la compañía suiza Stadler para deshacer su posición en el capital del fabricante español, algo que pretendía ejecutar con la venta de su participación al grupo húngaro
Magyar Vagón (Ganz-MaVag) pero que
ha visto frustrado tras la negativa del Gobierno de España a la opa ya anunciada ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), a falta de que se presente el folleto.
Según ha podido conocer elEconomista.es de fuentes próximas a la operación, Trilantic ha optado por acelerar un 'plan B' ante la negativa del ministro de Transportes, Óscar Puente, a aceptar la entrada de capital húngaro en el fabricante. Y tras tantear un mercado que ya previamente había mostrado su rechazo generalizado a Talgo, ha encontrado en la helvética Stadler un posible comprador que podría complementar su gama de productos con la tecnología española de alta velocidad y ancho variable. Tanto Stadler como Trilantic han declinado confirmar o añadir comentarios a esta información.
'No' a los húngaros
El Ejecutivo de Pedro Sánchez ha ido suavizando su postura desde la primera negativa del titular de Transportes, Óscar Puente —su homólogo de Industria, Jordi Hereu, consideró el pasado jueves que estas declaraciones "no eran oficiales"—, pero
en Moncloa siguen recelando del origen del capital de Magyar Vagon. La participación del Gobierno de Viktor Orbán en el ofertante a través del fondo estatal Corvinus, los estrechos vínculos de sus directivos con el primer ministro y que no se haya aclarado la estructura del fondo Solva II, propietario último de
Magyar Vagon, no ayudan a despejar las dudas de las autoridades españolas.
Por estas razones, y desde que se confirmó la propuesta de opa,
el Gobierno ha declarado en repetidas ocasiones que Talgo es una empresa estratégica y que la operación requiere de su visto bueno dado el acceso de Talgo a información sensible de la red ferroviaria, y por tanto, de la seguridad nacional. Desde Moncloa se ha ido deslizando una clara incompatibilidad de los posibles vínculos indirectos de Rusia a través de Hungría con la situación de "amenaza de guerra" desvelada por la ministra de Defensa, Margarita Robles, la semana pasada. "
La etapa de la ingenuidad se ha terminado", exclamó Hereu.
Aun así, el titular de Industria dejó abierta la puerta a la inversión extranjera a cambio de "saber en manos de quién acaba teniendo el control estratégico de industrias estratégicas del país", algo que sí podría cumplir Stadler.
Vistas las dificultades para que la operación húngara progrese, y ante las intenciones de Trilantic de salir del capital de Talgo, en el que lleva presente más de una década, el propio fondo de inversión está promoviendo una contraopa a los húngaros con una operación gestionada directamente desde Londres, pero que está supervisando el gabinete de Pedro Sánchez. El posible comprador, pese a ser de un país extracomunitario, sería considerado menos hostil que Hungría al contar con una filial en España (Stadler Rail Valencia), una fábrica en Albuixech, y pedidos en curso contratados por Renfe. Pese a todo, esta situación no le eximiría de supervisión gubernamental, dado que el 'escudo antiopas' continúa activo para cualquier inversor extranjero.
Un actor global y conocido
En caso de que la negociación llegue a buen puerto, Stadler tendría que
lanzar una opa sobre la totalidad de la compañía,
dado que la Ley de opas obliga a llevarla a cabo si se pretende adquirir más del 30% de cualquier compañía. Trilantic controla indirectamente el 40,06% a través de la sociedad Pegaso Transportation Internacional S.C.A., con la que articula el pacto parasocial alcanzado con la familia Oriol, propietaria original de Talgo, y la familia Abelló, presentes a través de su sociedad de inversión Torreal. Ambas dieron el visto bueno a vender sus partes al holding húngaro si se mantenía su titularidad en España.
La compañía suiza, un gigante mundiales de la fabricación de trenes, cuenta con suficiente músculo financiero como para garantizar su apoyo al fabricante español en un momento crítico para su supervivencia. En 2023 facturó 3.711 millones de euros y ganó 142 millones con una cartera que multiplica por seis la de Talgo, hasta 25.112 millones.
Sus 13 fábricas, la mayoría de ellas en Europa, permitirían resolver los problemas de capacidad industrial de Talgo, cuyas sus dos plantas (Las Matas y Rivabellosa) están saturadas. Esta fue la principal razón por la que el consejo de administración del fabricante vio con buenos ojos la opción de Magyar Vagon, que días atrás desveló que cuenta con ocho fábricas en Hungría capaces de absorber todos los pedidos.