La deuda pública, gran estímulo de la inflación
En las próximas tres décadas la deuda pública de Estados Unidos y otras grandes economías se disparará. La necesidad de imprimir dinero con que pagarla y una muy limitada mejora de la capacidad productiva harán difícil mantener la inflación bajo control.
El déficit de Estados Unidos en 2022 fue mucho menor que el registrado en 2020 y 2021 a causa del aumento de los ingresos y la reducción de los ingentes estímulos destinados a contrarrestar los efectos de la pandemia.
Sin embargo, este dato es engañoso. Según las
previsiones de la Oficina Presupuestaria del Congreso estadounidense,
el déficit federal anual durante el periodo 2022-2052 se situará en una media del 7,3% del PIB, más del doble de la media del último medio siglo, y tenderá a aumentar año a año, hasta alcanzar el 11,1% del PIB en 2052.
Esto significa que la deuda federal de Estados Unidos pasará de suponer menos del 40% del PIB en el año 2000 a más del 185% en 2052. Se espera que el ratio de la deuda respecto a la producción del país empiece a dispararse en 2024 y supere su máximo histórico en 2031, cuando alcance el 107%.
Este enorme incremento del endeudamiento se debe en gran medida al aumento de los costes por intereses, ya que se multiplicarán por más de cuatro a lo largo del período y alcanzarán el 7,2% del PIB en 2052, según las estimaciones. En cuanto al déficit primario, en el que se excluyen los desembolsos netos por intereses, casi se doblará en los próximos 30 años, con lo que en 2052 rozará el 4%.
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